Futuros con presente. Nuevos nombres para apuntar en las agendas del fútbol mundial.
Uno de los más grandes jugadores africanos de la historia ha sido Abedi Ayew ‘Pelé’, bautizado así por el mismo Edson Arantes do Nascimento -quien tras verlo jugar, le donó su apelativo-. Además de su glorioso pasado, el ídolo ghanés ha dejado para el fútbol un auspicioso presente: su hijo, André Ayew, es una de las nuevas estrellas africanas y se espera prolongue la estela ganadora de su apellido con las sedas de los 'Black Stars' y del Olympique de Marsella, al cual pertenece su pase.
Las sorpresas no fueron muchas en el fútbol de los últimos Juegos Olímpicos. Pero entre ellas cabe destacar el desempeño de una silenciosa selección que, sobre la base de trabajo, dejó fuera a Italia en Cuartos de Final y se colocó entre las cuatro primeras. Bélgica puede alardear hoy en día de una prometedora generación de jugadores llamada a suplir a los Scifo, Ceulemans o Pfaff de antaño. Y Jan Vertonghen, del Ajax holandés, es uno de sus estandartes.
Es un casi un hecho que Brasil no dejará de ser potencia mundial futbolística, al menos en los próximos cien años. Para confirmarlo está la cantidad exorbitante de futbolistas seleccionables que posee en la actualidad y, más importante aún, la infinita calidad de sus canteras. Y, por si fuera poco, los brasileños ya comienzan a exportar talento sin documento de identidad a las ligas más competitivas del mundo. Acá, una verdadera joyita desde el país de la samba: Philippe Coutinho.
La que aparece en el título es la mínima exclamación que puede lanzarse ante el accionar de la nueva perla negra de Alemania: Richard Sukuta-Pasu, quien acaba de regalarle a su país el título de campeón europeo Sub-19 tras anotar el segundo gol en la final ante Italia. Hijo de padres congoleses, el espigado atacante de las fuerzas básicas del Bayer Leverkusen promete seguir -con más brillo- la estela de color iniciada por Gerald Asamoah con la Mannschaft.
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