Diego Aguirre dejó con mucha pena y ninguna gloria el banquillo de Alianza Lima. Al margen de los errores del uruguayo al comando de los blanquiazules, es inocultable que los desaciertos dirigenciales no son novedad en Matute. El caso Mariño evocó los de Paolo Guerrero y Jair Baylón, y sumó una perla más a una lista larga que no se corta por el lado más débil de la pita.