Revolución rusa
De la mano de Andrei Arshavin, quien había estado ausente en los dos primeros partidos, Rusia dominó de principio a fin su cotejo ante Suecia y, dando el batacazo, la derrotó con claridad 2-0 y la eliminó de la Euro. El padre de la criatura -o el patriarca de la revolución-, Guus Hiddink, vivirá ahora un duelo especial cuando enfrente a su país de origen, Holanda, en cuartos de final.
Fotos: EMPICS
Antes del pitazo inicial, el favorito estaba clasificando. Sin haber mostrado grandes armas en sus partidos anteriores, Suecia y Zlatan Ibrahimovic avanzaban a la siguiente
ronda de la Euro con el ciego resultado. Cuando se empezó a mover el
esférico, los rusos decifraron el código Hiddink: la fórmula era jugar a la
holandesa y el fútbol se encargaría del resto.
ROJA MECÁNICA
Con un fútbol inusual y un ánimo de envidiar, los rusos se lanzaron a atacar por todos los sectores del campo para meter contra su arco desde los primeros minutos a la fuerte pero lenta selección nórdica. Con un fútbol chapado a la antigua pero efectivo, al más puro estilo de la 'Naranja Mecánica', Guus Hiddink confundió los colores pero no los esquemas. Puso a su equipo a jugar por las bandas y con la cancha abierta, con un ataque punzante y una presión asfixiante en la marca.
Innumerables fueron las arremetidas de Zhirkov por la izquierda y Anyukov por la derecha. que hacían de los extremos el carril favorito por donde Rusia intentaba atacar. En el medio sector encontraban un círculo de buen toque en Zyryanov y Asharvin, quienes habilitaron al ariete Pavlyuchenko en claras ocasiones.
Se suelta el estrés en tienda rusa cuando a los 24’ una combinación por derecha entre Zyryanov y Anyukov encuentra en el centro del área a Pavlyuchenko, quien con rasante disparo vulneró la portería de Isaksson.
Con la tranquilidad del resultado entre las manos, los rusos
dominaron el segundo acto del partido; los suecos, acusados por la fatiga y la
veteranía de sus jugadores, no tuvieron la capacidad para detener a los rojos. Rápidamente, la figura de la noche europea, Asharvin logró infiltrarse por el
centro para poner el definitivo 2-0.
LÍDER BOLCHEVIQUE
Gracias a la presencia de Asharvin, hoy Rusia encantó al respetable. Cual moderno líder revolucionario, la condujo a la victoria tras no haber estado presente en los dos primeros partidos disputados, debido a que arrastraba una suspensión. Pero como los caudillos son almas vivas que cuando están presentes realizan grandes hazañas, Asharvin les tapó la boca a quienes discutieron su nominación entre los 23 de Hiddink. ”Si va, no va a poder jugar dos de nuestros tres partidos”, eran las voces que sonaron en Moscú y alrededores, que denotaban el pesimismo que viajó dentro de las maletas rusas a tierras austriacas.
Suecia, para variar, hizo gala de su aura mediotablera y de equipo que sempiternamente deja la sensación de haber podido dar más de lo que otorgó al momento de marcharse a casa con el rabo entre las piernas. Hoy, en cambio, los nuevos revolucionarios pueden festejar un nuevo pase a la siguiente ronda que como país independiente jamás habían conseguido, y que tiene como último antecedente la campaña de la Unión Soviética en 1988, cuando perdió la final de la Euro dispputada en Alemania.
Rusia enfrentará en cuartos de final precisamente a esa selección que aquella vez campeonó ante la URSS, y a la cual intentó imitar en su cotejo con los suecos. El partido ante Holanda será una gran lucha entre la 'Naranja Mecánica' y la 'Roja Mecánica', aunque pequen de generosos los apelativos.
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