Ottorino Sartor: Blindado a los palos
Tan indiscutido como discutido, a Ottorino Sartor Espinoza (Chancay, 18 de septiembre de 1945) le toca ocupar un lugar preferente en el registro de los mejores arqueros peruanos. Su primer equipo fue el Sporting Cristal de Chancay, el cual fundó junto a un grupo de amigos, pasando luego al Juventud Torre Blanca que actuaba en la Liga Distrital de Huaral, cuando apenas si frisaba los 15 años.
Ya en 1961, a Sartor le llegó el momento de dejar su tierra para atajar por un cuadro de Lima, el Association Chorrillos en la Liga de los Balnearios, lo que luego le sirvió como trampolín para migrar a otros clubes de la capital.
Con norte fijo
Con el cuadro chorrillano, manejado por la familia Nicolini -que además del fútbol también le dio trabajo en su empresa-, a Ottorino Sartor le tocó atajar en la Segunda División el mismo año de su arribo. Y fue en este equipo que destacó para que el Arica se fijara en él dos años después, cuando los celestes de la avenida Colonial comenzaron a juntar fuerzas para ascender.
Este objetivo Arica recién lo cumplió en 1964, tras golear 8-0 a Juventud Gloria de Jesús María. En dicha campaña, el portero chancayano solo se perdió el primer encuentro del torneo. Luego, en Primera División, debutó el 17 de julio de 1965 al derrotar 3-0 a Carlos Concha, ylogró mantener su invicto una fecha después al atajar un penal a José del Castillo cuando los celestes de Breña batieron 0-2 a Sporting Cristal. Solo en la fecha 3, Sartor vio caer su valla cuando a falta de cuatro minutos Humberto Arguedas, defensa de Universitario, conectó un cabezazo para empatarle 1-1 a Arica.
En 1969, Sartor vivió su mayor éxito con el Arica al alcanzar el subcampeonato y la clasificación a la Copa Libertadores, previo partido extra ante Municipal. Dos años después, dejó a los celestes para ir hasta Chimbote, donde defendió el arco de José Gálvez entre 1972 y 1973. La primera temporada bajo el pórtico galvista arrancó de la mejor manera: ganó el Regional disputado entre equipos de provincia, lo que le dio derecho a jugar la liguilla por el título a fin de año, en la que los de la franja ocuparon el cuarto lugar.
En su último año con Gálvez, Sartor no pudo evitar el descalabro que sufrió el equipo y descendió, aunque de inmediato lo contrató Atlético Chalaco, con el que recuperó su lugar entre los arqueros más rankeados del medio. Tras cumplir una regular actuación con el ‘León Porteño’, para 1975 fichó por Universitario. Fue un año particularmente complicado por los problemas económicos de los cremas, pero a la vez bueno porque el guardameta cumplió el mejor papel de su carrera con la selección peruana.
Uno para todos
En tiempos en los que el puesto titular lo ocupaban Luis Rubiños de Cristal, Rodolfo Bazán de Alianza y Dimas Zegarra de la ‘U’, Ottorino Sartor irrumpió en el arco de Perú el 8 de junio de 1966, cuando Brasil le ganó 3-1 a Perú en amistoso jugado en el Maracaná. Desde entonces, la lucha fue intensa en cada partido y el primero en ganar la pulseada fue Rubiños durante las Eliminatorias y el Mundial de 1970.
Luego entró a tallar también Manuel ‘Chicho’ Uribe, portero de Defensor Lima que en las Eliminatorias de 1973 atajó en los tres partidos contra Chile. La revancha del ‘Blindado’ -como llamaban a Sartor desde sus tiempos en el Arica- llegó en 1975, cuando Marcos Calderón lo consideró inamovible durante los nueve encuentros de la Copa América que la selección ganó por última vez ese año.
Tras aquel suceso, su presencia con la blanquirroja disminuyó notablemente, en buena medida por la aparición de Ramón Quiroga quien se había nacionalizado peruano. Así, su último partido oficial fue el 18 de julio de 1979 en otro amistoso, frente a Colombia, que ganó 0-1 en el Nacional de Lima a un grupo que era dirigido por José Chiarella. En total, Sartor registró 27 presencias con la selección.
Atrapado en sus redes
A partir de 1976 fue que la carrera de Ottorino Sartor entró en su momento de mayor madurez. Primero lo demostró en el Colegio Nacional de Iquitos, equipo en el que permaneció por tres años; destacó la campaña que los loretanos cumplieron en 1977, cuando ganaron el Descentralizado, aunque quedaron relegados al cuarto lugar en la liguilla por el título.
En 1979, Sartor pasó a Coronel Bolognesi. Mantuvo la regularidad en el arco, y en la siguiente temporada fue pieza vital en el plantel de ADT, la sorpresa del campeonato y con el que se volvió a meter en la liguilla final, además de acumular un invicto de 18 partidos sin derrotas. Ya en 1981, el golero fichó por Sport Boys, que solo se mantuvo en la media tabla, y en 1982 lo contrató Deportivo Municipal como refuerzo para disputar la Libertadores junto a FBC Melgar y los equipos paraguayos de Olimpia y Sol de América.
Con 38 años encima, Sartor tuvo una segunda etapa en Boys durante 1983. Fue titular al inicio, pero luego que en mayo de ese año se le detectaron principios de tifoidea, cedió su lugar a Miguel Munayco y al ‘Chacal’ Darío Herrera. Lo último de su paso por el fútbol activo tuvo al ‘Blindado’ de regreso en su tierra, donde a partir de 1984 custodió la valla del Juventud La Joya, con el que logró el ascenso a Primera División.
Aunque en la siguiente temporada el titular en La Joya fue Juan ‘Papelito’ Cáceres, la presencia de Sartor se mantuvo firme hasta 1986, cuando el 31 de agosto tapó frente a Municipal, que ganó 4-1 en el estadio de Alianza Lima. Luego de ese encuentro, el arco chancayano lo cubrió el golero Marco Alva hasta el final del Torneo Regional, cuando La Joya quedó relegada a la Intermedia, en la que acabó salvándose del descenso.
Retirado del fútbol, Ottorino Sartor sigue ligado a su papel de siempre, el de cuidar la portería, solo que ahora lo hace mediante la enseñanza a las nuevas generaciones que esperan imitarlo en su Chancay de siempre.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
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