Domingo Farfán: Morador letal
Roberto Gando | @Roberto_Gando Editor |
A Domingo Vicente Farfán Gonzales (Tambo de Mora, 22 de enero de 1957), le tocó partir el 13 de marzo luego de sufrir una penosa enfermedad, la misma con la que luchó con gran perseverancia, como siempre hizo durante su carrera en el fútbol. En DeChalaca le rendimos un homenaje al recordado ‘Mingo’, quien jugó por diversos equipos en Perú y Ecuador, aunque fue en Unión Huaral donde encontró su lugar en el mundo futbolístico.
El paso rosa
El fútbol comenzó para Domingo Farfán en el club Amigos del Barrio de Tambo de Mora, además de en el Deportivo Lurinchincha, entre otros conjuntos de su zona que le dieron la oportunidad de mostrar sus condiciones de atacante en Ica. Y fue desde ahí que en 1981 la familia Labarthe se fijó en él para incorporarlo al plantel del Sport Boys, el cuadro chalaco que por entonces armó un equipo con varias promisorias figuras.
Con la rosada debutó el 21 de marzo jugando frente a Sporting Cristal en la fecha 3 del Torneo Metropolitano. Su ingreso a la cancha se dio a los 67’ en reemplazo de Juan Caballero, en un partido que empataron 1-1 en el tiempo regular, pero que los porteños ganaron 4-2 en penales.
Su primer gol, sin embargo, llegó recién en la siguiente temporada: el 8 de agosto de 1982 en Matute, ‘Mingo’ le anotó a Municipal, con el que empataron 1-1 en la fecha 5 del Torneo Regional. Jugando como puntero derecho o como delantero centro, su estancia en el Callao duró una campaña más, aunque en 1983 quedó relegado a la suplencia durante buena parte del año. Solo la ausencia por lesión de otros atacantes, como Héctor La Torre o el argentino Sergio Novoa, le permitió acabar como titular y anotando goles bajo el mando del técnico Hernán Saavedra.
Despegando en la cuna
Ya en 1984, el cambio de directiva en Boys -con la salida del presidente Jorge Labarthe Gonzales- lo llevó a regresar a Ica, donde Octavio Espinosa se alistaba para regresar a la Primera División luego de ser invitado junto a otros ocho equipos. Con los iqueños, nuevamente tuvo como DT a Saavedra, quien lo mantuvo como titular y con el que anotó por primera vez en la fecha 4 de la Zona Metropolitana, cuando visitaron a CNI en Iquitos, perdiendo 2-1.
El final de temporada tuvo a Farfán jugando con Espinosa en la Intermedia A, torneo en el que los equipos que no clasificaban al Descentralizado peleaban su opción de seguir en la categoría, objetivo que al final cumplió. Para 1985 pasó a las filas del debutante Juventud La Joya de Chancay, donde se reencontró con Julio César Antón, con quien había jugado en Boys.
Con el cuadro chancayano tuvo que esperar hasta la fecha 4 del Metropolitano para gritar una anotación. La víctima fue Atlético Chalaco, que el 24 de marzo perdió 0-3 en el estadio Lolo Fernández, siendo ‘Mingo’ el autor de la última conquista con un golpe de cabeza. Ese año, La Joya cumplió un buen primer semestre, pues se clasificó al Descentralizado luego de superar en dos partidos al Deportivo Cooptrip de Pucallpa, al que ganaron 0-2 en la ida y luego por 8-0 en la vuelta, con dos tantos de Farfán.
En 1986 volvió al Espinosa que era dirigido por Víctor ‘Kilo’ Lobatón y debutó con gol, cuando en la fecha 1 de la Zona Metro le ganaron 1-0 a Boys en el José Picasso Peratta el 14 de junio. En el cuadro iqueño, además, se reencontró con su hermano, el arquero Eusebio Farfán, y volvió a clasificar al Descentralizado. Para entonces, ya había asentado su juego como ‘9’, lo que le sirvió el siguiente año para pasar a las filas de Unión Huaral.
Ataque a la naranja
Durante la campaña de 1987, el ‘Pelícano’ se convirtió en protagonista del campeonato, quedando en segundo lugar tanto en el Regional -tras perder la final con Universitario- como en el Descentralizado. La siguiente temporada, la última de Pedrito Ruiz, Huaral volvió a quedar como subcampeón del Torneo Regional por detrás de la ‘U’ y clasificó también a la Liguilla por el título del Descentralizado.
En esos años, Domingo Farfán continuó como la mayor carta de gol de su equipo, destacando sus anotaciones a los equipos grandes. Fue así que le llegó una oferta del fútbol ecuatoriano, donde la Liga de Quito se lo llevó en 1989 para jugar durante un semestre. En ese lapso de tiempo, su mayor huella fue el haber marcado dos tantos en un partido histórico, cuando el 9 de abril vencieron 8-0 al Aucas, la mayor goleada que registra el clásico quiteño.
Para septiembre, ‘Mingo’ ya estaba de vuelta en Perú, donde una vez más el cuadro naranjero lo recibió con los brazos abiertos. En esa segunda etapa, finalmente logró consagrar su nombre con un título, siendo su presencia fundamental para lograrlo, aunque para ello primero debió ganarle el puesto a Alfonso ‘Cococho’ Reyna, quien había sido contratado precisamente en su reemplazo.
Luego de clasificar a la Liguilla del II Regional, Huaral llegó a la última fecha con la primera opción de clasificar a la Copa Libertadores, pero debía enfrentar a Universitario, equipo al que le llevaba un punto de ventaja. La noche del domingo 4 de febrero de 1990 en el estadio Nacional, el sueño huaralino se vio finalmente cumplido luego que Farfán empalmó un remate con la derecha que venció a Juan Carlos Zubczuk; y aunque los cremas empataron, el 1-1 les alcanzó para ganar el torneo y acceder a la final por el título nacional, el mismo que cuatro días después también ganaron al vencer a Sporting Cristal con tanto del ‘Venado’ Ernesto Aguirre.
De talla extranjera
Si bien la primera experiencia internacional de Farfán se dio con la selección peruana, cuando fue convocado por José Fernández para jugar cinco partidos amistosos -anotando un gol frente a Chile el 23 de noviembre de 1988 al empatar 1-1 en el Nacional de Lima-, su actuación más recordada a ese nivel se dio durante la Libertadores en la que además de con Cristal, compartió el grupo con los equipos chilenos de Colo-Colo y la Universidad Católica.
En total, señaló tres goles en la edición de 1990, pero cada uno de ellos de vital importancia: primero, cuando le marcó a la Católica el 20 de abril para que Huaral gane 1-0 en Lima; luego repitió la faena frente a los colocolinos, los que sacaron un empate 1-1 de la capital; y finalmente el 20 de agosto, ya en Octavos de Final, le dio la victoria a su equipo por 1-0 sobre Emelec de Ecuador. Con esas cifras, ‘Mingo’ se convirtió además en el mayor goleador del ‘Pelícano’ en su historia copera junto a Alejandro Luces y a Eduardo Rey Muñoz.
Solo un año después del éxito, a Domingo Farfán le tocó probar el trago más amargo de su carrera, pues Unión Huaral cayó víctima de sus carencias y en 1991 perdió la categoría con la reducción de equipos que le dio fin a los Regionales. Ya en 1992, emprendió la campaña del regreso a través de los Zonales, sistema que ese año se empleó por única vez para definir los ascensos.
Dentro de un plantel que mantuvo a algunos de los jugadores que se fueron al descenso, ‘Mingo’ era la mejor carta de gol en su equipo, pero la fatalidad se cruzó en su carrera cuando el 22 de agosto le ganaron 4-0 a Meteor-Lawn Tennis. Ese día en el estadio San Martín de Porres, un fuerte choque con el defensa César Rosado le provocó una doble fractura de tibia y peroné que lo alejó de las canchas.
Tras aquel incidente no volvió a jugar de forma activa, y aunque se mantuvo junto a los huaralinos en 1993 tras recuperar la categoría, solo lo hizo como parte de una dupla técnica junto a Javier Arce, la que dirigió al equipo durante el Torneo Intermedio a mitad de año. Con el tiempo, ‘Mingo’ siguió siempre cerca del fútbol, a veces jugando y otras enseñando; también se dedicó a la política, siendo electo Alcalde de Tambo de Mora durante dos periodos.
Y así, entre una y otra actividad, lo sorprendió una enfermedad que no le dio mucho tiempo de actuar. Se fue a los 59 años, queriendo que lo recuerden no solo los de antes que lo vieron jugar, sino también las nuevas generaciones de hinchas que alientan a los equipos con los que alguna vez se supo ganar un nombre.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diarios La Crónica y El Comercio
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