Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comReflexiones dirigidas a Christian Cueva y las distintas corrientes de opinión que desata su presente.
    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

Uno de los Principios Chalaqueros que guía a esta marca reza con claridad lo siguiente: No nos metemos en la vida privada de los futbolistas. Nuestra vida privada es peor.

DeChalaca, a lo largo de los años, no solo nunca se ha expresado sobre sucesos extrafutbolísticos, sino que ha combatido, combate y combatirá activamente la farandulización del juego. El avance de las redes sociales, sin duda, ha ayudado a encapsular mejor las comunidades que comparten ese actuar y por tanto hoy es más fácil segmentar públicos consumidores, y así poner de otro lado de la mesa a quienes ven en en el fútbol un mecanismo para impulsar el show de terceros.

En esa línea, el siguiente artículo no constituye una excepción. Es, más bien, una llamada a la reflexión a los distintos segmentos que se han perfilado alrededor de las peripecias de Christian Cueva en su semana de descanso luego de la Copa América.

Cueva ya se supo levantar después de momentos sumamente complicados. (Foto: FIFA)

A LOS QUE PIENSAN QUE CUEVA ES UN CASO PERDIDO. La vida, el fútbol y sobre todo la selección peruana han demostrado hasta el cansancio que no es así. Que se trata de un futbolista talentoso con tendencia a la indisciplina al que se quiso tachar más de una vez, y que con buenas actuaciones, concentración y la adecuada guía de un entrenador ha tapado bocas. Que es un jugador al que el país que busca culpables quiso estigmatizar como responsable de una eliminación por fallar un penal -lo más común en el fútbol-, y que lejos de amilanarse ha sabido seguir destacando con la blanquirroja en el pecho luego de eso. Que no es alguien subestimable.

A LOS QUE PIENSAN QUE CUEVA PUEDE HACER EN SU TIEMPO LIBRE LO QUE LE DA LA GANA. Sí, puede; pero sin duda no debe. Las razones son amplias y diversas, y van desde lo mainstream -el consejo al deportista de élite de cuidar su físico de manera permanente- hasta lo más tangencial, como el impacto que hay sobre la tranquilidad de un seleccionado cuyo éxito reciente se ha vinculado con mantenerse alejado de ese nubarrón farandulero insoportable que hay en este medio. Dicho de otro modo: un deportista de primer nivel, en este tiempo, tendría que estar en plenas condiciones de entender cómo sus acciones pueden poner en riesgo a otros, en este caso a la paz de un equipo al que pertenece y que representa a un país donde ese tipo de actos hace ruido. Todo esto, por supuesto, al margen de lo socialmente inaceptable que es que cualquier ciudadano miccione sobre un neumático ajeno y en un espacio público como un aeropuerto.

A LOS QUE CELEBRAN LOS VIDEOS DE CUEVA EN MEDIO DE CHACOTEO. Este es un grupo especialmente desagradable, no solo porque en general promueve el retraso intelectual de un país poco educado -es el causante directo de que etiquetas como #ChongoPeruano sean tendencia durante los partidos de la selección-, sino porque es acomodaticio. Esa prole de tarados que dice "Cuevita es el amigo que necesitas en toda juerga" es la misma que hace un año, cuando él erró el penal contra Dinamarca, hacía viralización del video en que él era sorprendido por un imbécil en un avión. Es gente que no solo le da de comer a la carroña virtual -la que factura por cualquier cosa que se viralice en YouTube, caso de los audios post goleada ante Brasil, que no son espontaneidades sino parte de una industria bien estructurada de la que vive más gente que la que se cree-, sino que ensalza cuando le conviene y destruye también cuando le conviene.

Que Cueva haya tenido una buena Copa América no le confiere más derechos que si hubiera tenido otro resultado deportivo. (Foto: Prensa Copa América)

A LOS QUE CREEN QUE CUEVA "SE GANÓ ESTA VEZ" EL DERECHO DE CELEBRAR. Este es otro grupo quizá aun más grande y también peligroso. Porque es el que confunde planos en interpretación de que una victoria deportiva da derecho de lo que fuere. Está sin duda azuzado por quienes hacen periodismo marketero sin ética, ese que solo piensa en jugar con los humores de la gente y darle a ella sonrisas cuando está de buen ánimo y bilis cuando anda amarga. Es la gente que habría fustigado hasta el tuétano lo mismo que ahora se vende como hecho gracioso si Perú, por ejemplo, hubiera sido eliminado en primera ronda. Es, sin ir muy lejos, la misma gente que está armando una cuestión de estado en Ecuador por la reunión social que hubo en su concentración luego de la Copa América. Es, en suma, mucho de lo que explica por qué estos países son de Tercer Mundo.

A LOS QUE PIENSAN QUE EL ENTRENADOR DEBE TOMAR UNA DURA MEDIDA. Habría que tomar en cuenta al respecto que las normas internas de cada grupo son propias de él y que, sin duda, Ricardo Gareca ya ha sabido tomar medidas fuertes sin necesidad de publicitarlas a los cuatro vientos como tales. El caso de Cueva y el modo de vivir sus vacaciones es, en la práctica y en frío, análogo a lo que ocurre con un jugador que decide irse a una liga poco competitiva a continuar su carrera atraído por algún tipo de estímulo distinto del meramente deportivo -dinero, por ejemplo-: es su pleno derecho, más allá de que resulte positivo o contraproducente para su carrera. En esa línea, y en atención a cómo se ha conducido el entrenador de la selección, a nadie le sorprenderá que en la lista de convocados para los amistosos de setiembre haya algunas novedades -como pasa cuando un jugador se va a un torneo que no le conviene, pierde competitividad y por ende su lugar-.

A CHRISTIAN CUEVA. Te hemos visto surgir, desde ese partido del 12 de abril de 2008 cuando Víctor Rivera te puso en el segundo tiempo en el Mansiche, contra la Universidad César Vallejo, para que debutaras junto a Junior Huerta, Mauricio Rebaza y Luis Lozada con la camiseta de San Martín. Te hemos visto empezar a brillar exactamente una rueda después, marcando tu primer gol y asistiendo en otros dos en un 4-0 contra la Vallejo. Te hemos visto salir de la botella y convertirte en 'Aladino', dando dos vueltas olímpicas junto a la 'Muela', pasar por Chile y España, volver y ser figura con Alianza Lima pese a tener bastante en contra. Te hemos visto empezar a taparle la boca a uno de nuestros redactores en Temuco, con tu gol a Brasil a los 3 minutos; te hemos visto levantar a nuestra selección con el penal a Ecuador en Lima, cuando ese al que bien calificaste alguna vez de periodismo de mierda los denostaba diciéndoles que estaban muertos; te hemos visto en el Defensores del Chaco cambiándole tú solo la cara a la Eliminatoria; te vimos convertirte en el fichaje más caro de la historia del Sao Paulo; te hemos visto llorar como un niño el 15 de noviembre de 2017 a las 23:09, junto a 33 millones de peruanos; te vimos hacerle el penal a Escocia el día de la despedida, sufrir con nosotros en Saransk cuando se fue encima del travesaño, irte nuevamente a Rusia para empezar allí tu revancha, ponerte el balón bajo la camiseta ante Paraguay para homenajear al hijo que está por venir, regresar a Brasil por más revancha, hacerle el golazo a Costa Rica hace algunas semanas, ponerte la medalla de subcampeón de América...

Nadie puede venir a contarnos quién es Cueva: DeChalaca ha estado allí desde el día mismo de su primer gol, en este partido del Apertura 2008 entre San Martín y Vallejo en el que aparece desbordando a Yuri Miñano. (Foto: archivo DeChalaca.com)

Y estamos seguros de que vamos a seguir escribiendo sobre cómo vas creciendo. Solo ten presente algo: nunca te victimices. Es demasiada más la gente que te quiere que la que tienes en contra; es más, como acá está escrito, no es que tengas gente en contra, solo estúpidos que ven en lo que puedas hacer bien o mal oportunidades para rentabilizar para sí. Y nos has demostrado que eres lo suficientemente inteligente como para darte cuenta de qué es lo que en todo esto no estás haciendo bien. Tienes a un Perú dispuesto a entenderte: entiende tú también lo que te queremos decir con esto.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: FIFA; Prensa Copa América; archivo DeChalaca.com


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