Aldo Ramírez | @ramireztello
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Como no se trata de algún popular club limeño, pasa piola. Sin embargo, la jornada de miércoles del Descentralizado ha asistido a una serie de decisiones arbitrales que obligan a revisar qué está pasando. Fácil es hablar de cosas turbias porque mucha gente disfruta eso, pero más objetivo es decir que los errores arbitrales se dan, y para muestra los botones.

En el Gallardo, el poderío de Ayacucho daba la hora sobre una San Martín sorprendida. Al punto de que los zorros se pusieron dos goles arriba, aunque a los 27' Jesús Chávez ingresó por derecha y cayó en medio de un grito desaforado para que Roberto Pérez comprara. Ítalo Espinoza había hecho contacto con el balón, pero el 'Chucho' convenció al juez principal. Un penal sin explicación -en realidad sí: la mala ubicación del árbitro, a muchos metros de distancia y sin la ayuda del asistente Braulio Cornejo-. Rolando Bogado y Robert Ardiles fueron a reclamarle con todo al asistente -a él y no a Pérez-.

Lo cierto es que la acción fue cambiada por gol, pero no cambió el destino del encuentro. Incluso, Pérez acabó "compensando" -entre comillas, porque así lo suele juzgar el medio aun cuando ambos cobros hayan estado muy ajustados al reglamento- con la expulsión de Aboubacar Kouyaté y el penal que Ardiles no pudo concretar ante Erick Delgado, esto ya al minuto 56.

Jesús Chávez cae en el área. Para Roberto Pérez fue penal, aunque la decisión no estuvo acertada. (Foto: Aldo Ramírez / DeChalaca.com) 

En la UNSA hubo una especie de vínculo entre las escenas polémicas y el partido de la tarde en San Martín de Porres. Al margen del altisonante debate por el autogol de John Tapia por un lateral sacado apresuradamente y un segundo balón que quedó picando en el campo -astucia del recogebola, ciertamente-, quedó como postal la expulsión de Bernardo Cuesta "para compensar" -siempre entre comillas-.

Sin embargo, en la escala de lo inexplicable está el penal sancionado a los 93'+ por una inexistente falta de Carlos Olascuaga sobre Alexis Arias, luego de un perfecto desvío del balón por parte del extremo de Rosario. Hasta aquí, el texto no mencionó el nombre del árbitro.

Se trató de Micke Palomino, quien -de manera discutible- había sido asignado por última vez también en una derrota de Rosario: 3-1 ante Real Garcilaso. En definitiva, el gol de Patricio Arce encendió la furia en tienda nicrupampina, y hasta desató una frase de Fernando Nogara que puede ser icónica: "Si quieren que descendamos, que nos lo digan de una vez".

Micke Palomino señala penal para Melgar en el minuto final. (Foto: Miguel Zavala / Diario El Pueblo de Arequipa) 

La especulación del periodismo es válida, aun cuando en algunos casos la motivación pura sea llenar muchas pautas en los días posteriores. No está mal. No obstante, y aun entendiendo que es más atractivo hablar de conspiraciones o al menos de compensaciones -aun cuando a la luz de los hechos no sean tales-, ¿no es más real señalar que el nivel arbitral no es bueno en esta parte del hemisferio y que los errores que se ven semana tras semana son solamente un reflejo de eso?

Foto: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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