El primer regreso de Teófilo Cubillas: Cuando el Nene prodigó

Pocos momentos pueden quedar mejor impresos en la memoria de un hincha de fútbol que el ver in situ a una vieja gloria, y en el fútbol peruano uno de los momentos más recordados se dio cuando el ‘Nene’ Teófilo Cubillas decidió regresar a su equipo, Alianza Lima, para jugar una última temporada en la que se encontró con pocas caras conocidas pero con la expectativa de siempre por verlo jugar.
Como en casa
Aunque para 1984 lo mejor de su fútbol ya era parte de la historia tanto a nivel de clubes como de selección, tener a Cubillas de vuelta en el Perú, jugando el Descentralizado, fue un capítulo de su carrera largamente esperado por una generación que no lo había visto jugar. Y es que para entonces los que lo vieron en 1977 en su primer regreso ya eran mayores, y los que lo vieron pisar por primera vez las canchas en 1966 lo eran aún más.
Con 35 años llegó para afrontar la última rueda del torneo y se encontró con un plantel en el que los más destacados eran José Gonzales Ganoza -‘Caíco’-, Jaime Duarte y José Velásquez, ex compañeros suyos durante su segunda etapa con el cuadro íntimo. El resto lo formaban buena parte de la camada de los ‘Potrillos’ con Luis Escobar al frente en su primera temporada.
El día del estreno llegó el domingo 7 del mes morado en un estadio Alejandro Villanueva con más de treinta mil espectadores. El rival fue Sport Boys, entonces líder y a la postre campeón del torneo. Mejor medida no pudo tener el ‘Nene’ que, sin embargo, tuvo poco tiempo para alistar ese primer encuentro al que llegó con escaso conocimiento de las características de juego de sus nuevos compañeros. Al final, este detalle confabuló en cierta medida contra su rendimiento.
En un partido en el que las ocasiones de gol se dieron en uno y otro arco, Cubillas no alcanzó a cumplir todo lo que de él se esperaba, aunque su condición de figura se mantuvo latente hasta los últimos minutos cuando casi le sombreó un balón al ‘Chacal’ Darío Herrera, arquero de los rosados. Para entonces el resultado ya estaba definido: un 1-1 en el que los goles corrieron a cargo de Johnny Watson para Boys y Juan Illescas para Alianza con un penal para cuya ejecución curiosamente el ‘Nene’ no fue considerado.
Lejos de sentirse defraudados por su poco brillo en el campo, al ídolo aliancista se lo respetó desde las tribunas. Ni siquiera la barra rival tuvo algún ademán en contra de él. Así le fue a un jugador que por lo hecho siempre se ganó cuando menos el reconocimiento de todos.
El torneo siguió, Alianza no alcanzó la liguilla y Cubillas se retiró dejando tras de sí la confianza en un grupo al que luego de varias semanas pudo conocer lo suficiente como para saber que apuntaba para grandes cosas. Y que, en trágicas circunstancias, en 1987 lo motivó a un nuevo regreso, esa vez sí, el último de todos.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recorte: revista Ovación
