La noche del miércoles no solo trajo consigo la primera victoria de José del Solar al mando de la selección peruana. Con el 2-0 sobre Bolivia, Perú logró al fin un triunfo en el Monumental, y Juan Vargas pudo convertir su primer tanto con la blanquirroja. Aunque se logró este resultado ante un rival desordenado en todas sus líneas, se pudo notar una leve mejoría en la zona de creación peruana. Atrás, todavía quedan las incógnitas.
En épocas cuando el Perú futbolero comienza a encerrar en un círculo el mapa de Paraguay a la espera de las Eliminatorias, un delantero procedente de ese país hace noticia en el torneo local. En silencio, Richar Estigarribia se ha hecho de un nombre en el medio gracias a su eficiencia de cara al arco rival, que lo sitúa a la cabeza de la tabla de anotadores con 17 tantos en el año.
La expulsión de la gran estrella española del Mundial Sub-17, Bojan Krkic, en la semifinal del certamen entre su selección y Ghana, ha traído a colación un debate eterno en el mundo del fútbol: la preservación del talento versus el cumplimiento de la norma. En la historia, varias grandes ausencias en finales explican por qué tal polémica carece de sentido.
Terminada la gran etapa del Mundial Sub-17 con el octavo puesto conseguido por Perú, es momento de mirar hacia el futuro y observar qué les depara este a las selecciones nacionales de menores. La categoría Sub-15 es la que tiene compromisos más próximos, ya que disputará en octubre del presente año el Sudamericano de Brasil.
La frase que da título a esta nota podría ser exclamada por Eduardo Asca o cualquiera de los otros 11 técnicos cesados a lo largo del año. La presión por los resultados, intensificada durante la última década por un sistema de campeonato demasiado extenso para tan pocos equipos, sigue minando la continuidad de los proyectos futbolísticos en el torneo local.
