Ojos chiclayanos que vuelven a ver
Aurich enfrenta a Cristal en una final 46 años después de haberlo hecho por primera vez con algunas desventajas. La voz más legendaria del periodismo chiclayano evoca para DeChalaca la resignación de su ciudad en aquel verano de 1969 y su ilusión actual.
* Óscar Cortez Mendívez es director del programa radial Mundo Deporte y relator principal de RPP Deportes para Chiclayo. Es, además, autor de múltiples libros, entre ellos El Auriche... sopla como un Ciclón, el compendio más importante desarrollado sobre la historia de Juan Aurich.
Los recuerdos del verano de 1969 en Chiclayo tienen sabor entremezclado a alegría y resignación. Que de esta ciudad haya salido el primer equipo provinciano en salir a disputar un torneo internacional es un orgullo inigualable. Pero que a la vez aquella final se haya perdido con algunos hándicaps para el equipo capitalino es un sinsabor que quedó grabado para siempre.
Por entonces acá en Chiclayo la forma de seguir los partidos era la onda corta. Allá en el monte, en las haciendas, que era donde había surgido el Juan Aurich, las familias se reunían en torno de una pequeña radio a batería para seguir los partidos, con sus tragos y demás. En esa época los relatos más seguidos eran los de Óscar Artacho con relatos de Miguelito de Los Reyes: la gente se quedaba pegada a ellos, y a la mañana siguiente volaba por el diario. “Anda cómprame el pan y una Industria”, se decía por entonces al amanecer, pues La Tercera de La Crónica, que era el diario con más contenido deportivo, llegaba generalmente recién a mediodía.
Así, entre relatos y artículos, acá en Chiclayo nos enteramos de que el primer gol de Cristal, obra de Alberto Gallardo, había sido presumiblemente en posición adelantada. De que el árbitro César Orozco, que había cobrado un penal para el segundo gol de Gallardo, había perjudicado en varias pelotas divididas al Aurich. También nos resignaba que Hugo Lobatón, que al inicio había sido alguien muy resistido acá pero que luego se volvió uno de los puntales -porque todo aquel que llega a Chiclayo acaba siendo bienvenido- no pudiera jugar por pertenecer su pase a Cristal. Y sobre todo, que esa definición se jugara solo en Lima y no también en Chiclayo, como es ahora, por lo cual estábamos en notoria desventaja. Después, cuando el Aurich le ganó a la Católica en Santiago de Chile por la Libertadores, la pregunta que rondaba acá era: ¿cómo era posible que un equipo supuestamente inferior al Cristal hubiera podido lograr tal hazaña?
Pero todo eso queda en el recuerdo. Y en el orgullo, porque esa vez, pese a que se perdió, la gente igual salió a la calle a celebrar la clasificación a Libertadores y luego a recibir al equipo. Primero al más grande: Eladio…. Sin ninguna duda. Y después, en ese orden de cariño popular, Jorge Luis Charún, el ‘Perrito’ Vílchez y Hernán Castañeda -quien siempre, más que chiclayano, se autodefinía como “un buen porteño”, por provenir de Puerto Eten-. De Próspero Merino, quien esa vez marcó el descuento desde los doce pasos, se habla mucho más sobre todo por su particularidad de patear los penales de espaldas, o por sus tiros libres estilo folha seca.
Esos fueron momentos, pues, de apoteosis para el fútbol de Chiclayo. Venían la ‘U’, Boys o Alianza “a ver si le ganaban al Aurich”. Tuve la suerte de vivirlos en el programa en el que participaba en Radio Delcar: Diario Deportivo, que se emitía a las 16:00 y en el que estuve hasta que en 1979 fundé Mundo Deporte, la marca con la que hoy me mantengo en las transmisiones deportivas desde Chiclayo para todo el Perú. Con ella hoy disfruto estos momentos de intensidad que, pese a las marchas y contramarchas para la programación de la final, se ha mantenido muy viva. De calles cerradas, de gente que almuerza temprano a las 11 de la mañana para alistarse a disfrutar su partido. Y que, como en el verano de 1969, está muy apasionada por su equipo y la gran forma en que este representa a Chiclayo ante todo el Perú.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica
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