Recorte: diario La CrónicaLa historia del Centenario está indefectiblemente ligada a la de Perú, que en 1930 lo inauguró enfrentando a Uruguay. Cincuenta años después, se invitó a la selección peruana para jugar un partido en Montevideo, donde además el peruano Antonio Maquilón regaló la camiseta que usó en el primer Mundial.

 

Roberto Gando | @Roberto_Gando
Editor

Si se trata de fútbol, en Uruguay su historia se encuentra prácticamente en cada esquina de Montevideo, pues la tradición es parte importante de su cultura. Por ello, en 1980 se tuvo la idea de celebrar con un amistoso la inauguración del estadio Centenario. El plan era repetir el primer encuentro que se llevó a cabo en su cancha, cuando el 18 de julio Perú enfrentó a la celeste en el Mundial de 1930.

La fecha que se escogió fue exactamente la misma, aunque ambas selecciones afrontaban momentos dispares. Así, mientras los uruguayos se preparaban para jugar el Mundialito que en diciembre de ese año se iba a realizar en su país, el combinado peruano no tenía ni siquiera un comando técnico designado cuando se realizó la invitación.

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Los capitanes de Uruguay y Perú en 1930: José Nasazzi y Antonio Maquilón (Recorte: diario La Crónica)En el fútbol peruano, el gran dilema por entonces era con qué entrenador se iba a afrontar las Eliminatorias de 1981. Aunque primero se le ofreció el puesto a Marcos Calderón, éste rechazó el cargo, por lo que se tomó la decisión de contratar a la dupla técnica formada por Juan José Tan y Luis Zacarías, quienes iban a preparar al equipo mientras se definía a qué técnico extranjero se iba a traer.

Con ellos al mando fue que se aceptó la invitación uruguaya, la que además también incluyó el viaje para dos jugadores que habían actuado en el Centenario hacía 50 años. Pese a que se pensó primero en llevar a José María Lavalle, su negativa terminó por definir los nombres de Antonio Maquilón y el de Plácido Galindo en la lista de viaje.

Para jugar aquel amistoso, el combinado peruano se armó sobre la marcha mientras se jugaba el campeonato local. Integrado en su mayoría por jugadores jóvenes del medio, solo se convocó a tres de comprobada experiencia internacional: el arquero Eusebio Acasuzo, Rubén Toribio Díaz y a Oswaldo ‘Cachito’ Ramírez.

El peso de la camiseta

Para arbitrar el cotejo, ambos países se pusieron de acuerdo en que un peruano dirija el choque en Montevideo; mientras que un uruguayo lo haría en la revancha que se acabó jugando en Lima el 12 de noviembre. Finalmente, el FIFA Édison Pérez fue a quien se designó y cuya labor solo tuvo un detalle a destacar: cuando a los 81’ cobró un penal en contra de Perú, tras falta de Roberto ‘Cucurucho’ Rojas sobre el ‘Pinocho’ Ernesto Vargas.

El remate corrió a cargo de Carlos Acevedo, quien falló ante Acasuzo que desvió el balón por un costado. El golero terminó siendo la figura del partido por los constantes ataques charrúas, los que sin embargo no tuvieron éxito y cerraron el resultado en un magro 0-0. Al final, y ante cerca de diez mil espectadores, el momento más emotivo de la jornada no se dio con el balón, sino con una camiseta, la que antes del pitazo inicial fue obsequiada por Maquilón a los dirigentes uruguayos.

Esa camiseta fue la que el capitán peruano utilizó en 1930, la misma que conservaba en perfecto estado y que con el paso de los años acabó formando parte de la muestra peruana que se exhibe en el Museo del Fútbol que alberga el estadio Centenario.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica


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