¿Guastavino o Manicero? ¿Pueden jugar juntos? Estas preguntas forman hace varios meses parte del debate sobre cómo debe jugar Universitario. Sin embargo, más allá de si juegan juntos o no, el problema del cuadro merengue radica en los escasos balones que reciben los medios ofensivos y los delanteros.

 

    Alonso Cantuarias | @alonso_cantu
    Columnista editorial

Desde el Clausura 2016 es recurrente el debate sobre si Diego Manicero y Diego Guastavino pueden jugar juntos o no. En un artículo previo a propósito de la semifinal del año pasado entre Melgar y Universitario, DeChalaca analizó el funcionamiento conjunto de ambos volantes. Se concluyó que el rendimiento crema mejoró con el concurso simultáneo de los tocayos debido a su participación activa no solo en las sociedades que se armaron con los entonces carrileros Andy Polo y Edwuin Gómez, sino también en las articulaciones para encontrar en correcta posición a Hernán Rengifo.

Ante Real Garcilaso, Guastavino y Manicero iniciaron acciones juntos por primera vez en el Torneo de Verano, pero fue poco lo que hicieron durante los 51’ que estuvieron en el campo (el argentino fue reemplazado por Roberto Siucho). La razón de su discreta performance, tanto individual como colectiva, obedece a que ambos no estuvieron en contacto frecuente con el balón y ello se debió a dos razones.

Guastavino terminó tratando de recuperar sus propios balones. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

1. Escasa proyección y participación en el juego de los laterales. Tanto Josué Estrada como Jersson Vásquez se preocuparon más por sus espaldas que por sumarse al ataque. Los espacios que generaba la línea de tres defensores conformada por Werner Schüler, Horacio Benincasa y Adán Balbín obligó a que el 3-4-2-1 planteado por José Carranza fuera en la praxis un 5-4-1 para que su rival, por intermedio de Iván Santillán y Jhoel Herrera, no se diera un festín jugando a las espaldas de los carrileros.

Sin juego ofensivo en las bandas, Universitario se hizo un equipo largo y previsible, pues Manicero y Guastavino tuvieron que retroceder hasta su campo para entrar en contacto con el balón. Sin los aportes de Rodrigo Cuba, Miguel Trauco, Édison Flores o Andy Polo -todos ya fuera del plantel-, Universitario se ve disminuido en esa zona por el concurso de nuevos laterales o extremos que son los que han denotado tiempo de adaptación al plantel más prolongado.

Diego Gustavino tiene un rol más trascendente en la 'U' cada vez que se junta con Diego Manicero (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

2. Salida poco clara de los volantes de primera línea. Tanto Juan Vargas como Ángel Romero tampoco consitituyeron un apoyo para la elaboración de juego ante Real Garcilaso porque sus transiciones de balón no fueron rápidas. La lateralización excesiva del juego así como la imprecisión en la distribución del balón permitieron a la 'Máquina' adueñarse del mediocampo y ello se evidenció en los balones divididos. Las características de ambos jugadores tampoco ayudan: Romero es más un hombre para controlar los tiempos que para iniciar juego, y el ‘Loco’ sigue sin acomodarse en una posición que solo le fue delegada en algunos partidos en la Fiorentina.

Con un juego por las bandas poco explotado y con volantes de primera línea que no facilitan las transiciones rápidas de defensa a ataque, juntar a Guastavino y Manicero es desperdiciarlos, pues su desequilibrio queda neutralizado al jugar tan lejos del arco rival. Mientras en Universitario no se logre crear más juego asociado y se sume volumen ofensivo, el accionar de sus volantes ofensivos se verá limitado a la jugada individual.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Pedro Monteverde / DeChalaca.com


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