Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEn silencio y con disciplina, Rengifo ha hecho una carrera destacada, aunque subvalorada por el medio. Sobre todo por un club donde debutó en Primera y del que representa la mejor cara de su identidad: el profesionalismo.

 

Sábado 9 de setiembre del 2009. Perú enfrenta a Uruguay por las Eliminatorias Sudáfrica 2010. El Monumental luce una considerable cantidad de público para observar y sufrir junto a una selección eliminada y última. Un equipo con apenas una victoria en el torneo. Un plantel sin tres de sus cuatro figuras estelares, Farfán, Pizarro y Guerrero. Un grupo con Nolberto Solano y Roberto Palacios como abanderados, entregando sus últimos esfuerzos con la blanquirroja puesta.

Minuto 85. Amilton Prado empieza un contraataque por la banda derecha. Envía un pase a la espalda de la defensa uruguaya que exige una carrera de Palacios. El esfuerzo no alcanza para el ya veterano ‘Chorri’, pero sí el corazón. Presiona hasta exigir al portero Juan Guillermo Castillo, quien manda el balón al córner. Tras barrerse,  el ‘10’ peruano se levanta y observa la tribuna norte. Agita los brazos y también los ánimos de los aún crédulos hinchas peruanos.

Rengifo anotó en la segunda victoria de Perú en las Eliminatorias Sudáfrica 2010. (Foto: Andian)

En paralelo a la esforzada carrera de Roberto Palacios, estuvo la de Hernán Rengifo. El arquero uruguayo no tuvo salida. El mal llamado charapa (su lugar de nacimiento es Chachapoyas y no Iquitos) regresa con la mirada hacia el área, en silencio y sin agitar ninguna tribuna, a comparación del ‘Chorri’. Permanece sigiloso en el área. Llega el centro de Palacios a Vargas. Remate y bloqueo. De nuevo sale el remate y aparece Rengifo. En el área, de nueve. Control y pase a la red del delantero olvidado tres días atrás en Medellín. Perú 1 – Uruguay 0.

Perfiles subvalorados

Rengifo quedó olvidado en Medellín tras el Colombia 1 - Perú 0 el 6 de setiembre del mismo año. ¿Qué hizo? Regresó y, tres días después, anotó. Profesionalismo en toda su dimensión. Así ha labrado su carrera. Con perfil bajo se fue de la ‘U’ en 2003. No había lugar entre tanto delantero enlatado. Llegó a Unión Huaral en 2004. Equipo modesto. Luego fue a San Martín. De un equipo modesto a uno disciplinado en lo profesional.

Así empezó su carrera y así la continuó en el extranjero y en Perú. Cumplió con cada camiseta, la de Cristal y Aurich. Rengifo llegó en silencio a la ‘U’ para ser suplente de Raúl Ruidíaz: otro perfil. Un jugador para la tribuna, la portada del lunes y el ‘meme’ del domingo. Pese a ser un actor de reparto, no dejó de cumplir y mostrar la virtud que pocos tienen en Universitario: inteligencia espacial.

Rengifo anotó el segundo de la 'U' ante Municipal. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com)

A Rengifo debe ser fácil dirigirlo, suponemos. Juega y hace jugar. Sabe cómo orientar su postura de acuerdo a cómo progresa la acción. Retrocede y libera espacios para que otros se proyecten, sean Guastavino, Flores o Polo. Así la ‘U’ no sea un colectivo deslumbrante -está muy lejos de serlo-, él guía con sus movimientos. Rengifo está en los detalles. Ataca espacios en cualquier zona del campo solo como Luis Tejada lo hace. Su capacidad no puede discutirse, menos su vigencia. Para la ‘U’ es un lujo, aunque no lo sepan y busquen delanteros extranjeros sin la jerarquía del que ya tienen. ¿Su defecto en el fútbol de portadas? No vende fuera del rectángulo verde.

Clásico es ganarte

El 13 de abril, Alianza y la ‘U’ cerraron un clásico para el olvido en Matute. A puertas cerradas y en silencio total, jugaron los 41’ restantes. Hernán Rengifo ingresó a los 68’ por Diego Guastavino. Bastaron 20’ para que en una acción le deje el área a Ruidíaz, encuentre libertad para recibir y filtre un pase entre varios blanquiazules. Gol del capitán de la ‘U’, pero en silencio, donde manda Rengifo.

Casi tres meses y medio después, el rol protagónico recayó en el ‘11’ crema en otro clásico. Un duelo más verbal y de fricciones que no tenían que ver con el juego en sí. El único recuerdo era de Michael Espinoza y sus errores constantes. La confusión y la tensión creada por un árbitro al que le quedó grande el duelo entre compadres. Así se iba otra edición del clásico. Sin ningún rescate emocional ni futbolístico, sino entre polémicas.

Rengifo le ganó el duelo a Guizasola y anotó el único gol del clásico. (Foto: Andina)

Sobre los 90’, un exabrupto de George Forsyth terminó en un cabezazo de Andy Polo en el área. Allí, en silencio y con una máscara, Hernán Rengifo saltó y le sacó una cabeza a Roberto Guizasola. Le ganó con habilidad y convicción a un jugador que destacó más por lo que hizo sin el balón. Rengifo fue la antítesis del clásico. En silencio, sin agredir o buscar duelos fuera de lo futbolístico, fue el más determinante.

Aquel 9 de setiembre del 2009, Daniel Peredo lo bautizó en su narración como un profesional del gol. Como alguien que siempre pone la cara. Rengifo es ese fútbol que está lejos de los flashes. Que no se valora si no es masivo, del que no se quiere hablar. Es de ese fútbol donde los futbolistas juegan y no actúan. De esa identidad histórica de Universitario que en las últimas dos décadas ha sido borrada de a pocos, por personajes de tribuna, oficina y cancha.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Pedro Monteverde / DeChalaca.com; Andina.

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