Sin HD: Extremismos de Segunda
La noticia sobre la posibilidad de restringir la edad límite para jugar en Segunda División desató un debate inusitado en redes sociales. Muchas críticas sensatas a la sobrerregulación coexisten con contradicciones que rayan en la demagogia.
“Es absolutamente ilegítimo que se impongan restricciones de edad para jugar en Segunda División”
TAN ILEGÍTIMO COMO TILDARLA DE CEMENTERIO DE JUGADORES Y CRITICAR LA PRIMERA MEDIDA QUE BUSCA LIMPIAR ESA IMAGEN. DeChalaca siempre ha sido enfática en afirmar su posición en contra de la sobrerregulación contractual en el fútbol. Sobre todo, en el ámbito profesional, en el cual los clubes deberían ser libres de contratar y decidir si un jugador está en condiciones de desempeñarse en la profesión a la edad que le plazca. Pero a la vez, creemos que en torno de este tema se ha desatado mucha declaración destemplada: después de avistarse la posibilidad de restringir el torneo de Segunda División por edad (presencia obligatoria de cuatro jugadores entre 21 y 24 años y un máximo de cinco jugadores mayores de 25), se ha salido a vociferar como si se estuvieran estatizando cuentas bancarias.
Estas posiciones extremas surgen de jugadores, dirigentes y periodistas que, muchas veces, han sido duros críticos de los torneos de ascenso justamente por el promedio de edad. Para nadie es un secreto que, durante muchos años, tanto la Segunda División como la Copa Perú han sido blanco de férreos cuestionamientos y hasta burlas por el alto promedio de edad de algunos equipos. Frecuentemente, en opiniones emitidas en medios audiovisuales y redes sociales, muchos críticos han calificado a estos torneos como "cementerios de jugadores" por tener a deportistas que ya pasaron la cuarta base. Tantas invocaciones ha recibido Germán Carty que se le deben haber caído las orejas, pero lo gracioso de la ecuación es que el delantero campeón de la Copa Sudamericana es el ejemplo de lo que un deportista debe ser en este país: un entregado al trabajo mental y físico que permite que se siga pateando la pelota pasados los 48 años.
Así, para criticar reglas como la que impuso la Copa Perú desde 2013 -que fortaleció sustantivamente su carácter promocional- y la que ahora se propone para la Segunda hace falta más que posiciones antojadizas o contradictorias. Se necesitan argumentos; pero si la visión es siempre unipersonal y ajustada a la conveniencia de cada persona o club, difícilmente podrá encontrárselos.
“La ADFP-SD está actuando por capricho y sin plantear argumentos”
DECISIONES DE ESTE TIPO TIENEN MÁS QUE CAPRICHOS COMO SUSTENTO. Quedarse en lo superficial al momento de analizar decisiones para luego criticarlas es fácil y no quita tiempo; no hay que invertir en investigar en un país donde esa palabra no tiene definición en el diccionario. Pero la verdad de las cosas es que aunque la ADFP-SD pueda estar pensando en una decisión poco popular, eso no quita que esta no sea el producto de un proyecto de trabajo que busca levantar el nivel futbolístico de Segunda División, más allá de si todos estamos de acuerdo en cuál es la manera para lograrlo.
La institución ahora dirigida por Tomás Acha no está en las nubes cuando propone una medida tan controvertida como esta. Existen argumentos que la sustentan. La discusión sobre si estamos de acuerdo o no es distinta; de hecho, vale enfatizarlo, DeChalaca siempre ha promovido que los torneos deben jugarse sin la imposición de restricciones, pues solo una competencia absolutamente libre garantiza, creemos, una mejora sostenida. Ese mismo objetivo, el de una mayor competitividad a través de un promedio de edad más joven, es el que persigue la propuesta de la ADFP-SD. Por eso, el debate no debe personalizarse en intenciones, que son las de una mejora global, sino en el mecanismo para lograrla.
“No tiene sentido restringir la Segunda División por edades cuando en el Perú se forma tan mal”
NO ES COINCIDENCIA QUE DOS SELECCIONES MENORES HAYAN CLASIFICADO A LA SIGUIENTE FASE DE DOS TORNEOS SUDAMERICANOS SEGUIDOS. Si algo debe quedar claro es que fundamento para promover esta idea, con todo lo cuestionable que pueda ser, existe. En esa línea, se debe señalar que, si bien el sistema formativo en el Perú es deficiente, el hecho de haber introducido regulaciones para promover la inclusión de jóvenes en cancha ha rendido sus frutos, como en los casos de la Bolsa de Minutos y el Torneo de Promoción y Reservas.
El efecto rebote inmediato que dichas normas han tenido ha sido conseguir, como nunca antes se había logrado, dos clasificaciones seguidas al hexagonal final del Sudamericano Sub-20, en 2013 y 2015. El rodaje que los seleccionados tenían por haber contado con competencia permanente y exigente fue fundamental para que existiera una base cuajada y con mejores chances que sus antecesoras, en un país en el que históricamente se ha catalogado como juveniles, sin resquemores, a futbolistas de más de 21 años que no lograban hacer su debut en Primera. Por lo tanto, está comprobado que la sobrerregulación laboral en el fútbol peruano sí funciona en lo práctico más allá de ser discutible en lo teórico. Por ende, se trata de un tema para pensar y repensar, y sobre todo enmarcar en una estrategia ordenada.
“Es mejor promover torneos Sub-15 y Sub-17 obligatorios como los que ha anunciado Daniel Ahmed”
CLARAMENTE SÍ, TAN CIERTO COMO QUE DE LA PROPIA FPF HAN SALIDO IDEAS DE RESTRICCIÓN COMO LA PLANTEADA. DeChalaca sabe, por fuentes fiables, que en el propio entorno de la FPF se ha venido discutiendo propuestas más atrevidas incluso en torno del límite de edad en la Segunda División, al extremo de haberse llegado a sugerir que sea un torneo netamente Sub-23. Existe en la Videna la convicción de que solo forzando a los clubes a impulsar la aparición de jugadores jóvenes se lograrán nuevos resultados positivos en los Sudamericanos de juveniles y menores.
Sin duda, este complejo escenario tiene como primera salida al paso importante en la ADFP-SD la implementación de un Torneo de Promoción y Reservas análogo al de Primera División en el que todos los planteles de Segunda puedan dar rodaje a jugadores jóvenes. Sin duda, sería el escenario ideal, pero chocaría con una cuestión de factibilidad logística y económica: no pasaría solo porque la ADFP-SD cuente con una empresa que financie el torneo como en Primera lo hace Movistar, sino también por una posible falta de capacidad en transporte aéreo para que ocho planteles profesionales más se movilicen cada fin de semana por todo el país. Nuestra geografía, sin duda, juega en contra.
Por eso, quizá pensar un Torneo de Reservas regionalizado en Segunda es un escenario más realista a mediano plazo. Trabajar en ese sentido en conjunto entre FPF y ADFP-SD constituiría un camino adecuado, entre varios temas pendientes de diálogo entre ambos entes, como la definición del número de participantes para esta temporada. De hecho, no han faltado quienes han visto en este proyecto de límite de edad también un guiño político de la ADFP-SD hacia las intenciones de promover menores en la Videna, a fin de allanar el camino hacia la aceptación de dieciséis clubes en la categoría. Por eso, un tema como este merece un análisis más sesudo, y no solamente una oposición basada en la fama de los jugadores que le hagan retuit.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com, Julio Aricoché / prensa Atlético Minero, prensa ADFP-SD, AUF
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