Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comReimond Manco nuevamente estuvo en el ojo de la tormenta: ahora tras un incorrecto anuncio que afirmaba su vinculación al Sport Rosario. La ola crítica apuntó sus dardos malintencionados contra un jugador que, más allá de sus antecedentes disciplinarios, nunca tuvo un espaldarazo mediático.

Reimond Manco volvió a ser noticia en la semana. Esta vez ni él mismo supo cómo su nombre se filtró en los medios de comunicación, en algunos casos con un tenor bastante tendencioso y que más apuntaba a despotricar de él por un "nuevo" bajón en su carrera futbolística: su fichaje al Sport Rosario, que no fue otra cosa más que un estado de ímpetu del presidente de dicho club tras una conversación con gente de su entorno que refirió la opción de contratar al ex "jotita". Pero lejos de ser eso una anécdota, al actual jugador de León, una vez más, le cayó el mazazo gratuito. Y si bien en mucho de esto tiene que ver su prontuario disciplinario, todo tiene un porqué.

Argumento manco

¿Cómo así Reimond Manco fue anunciado como nueva contratación del Sport Rosario, que se alista para debutar en la Segunda División? La única versión oficial al respecto fue una declaración del presidente y dueño del club huaracino, Víctor Mautino, en la que señaló que el mencionado jugador debió estar acoplándose a los entrenamientos del club en el transcurso de esta semana y que hasta podía tener posibilidades de jugar en la presentación del equipo el próximo domingo. Todo, hasta cierto punto, muy creíble.
Un poquito de Photoshop y ya tenemos: Manco a Sport Rosario. Lo que pudo ser la comidilla en estos días (Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com)

Como una posibilidad de portada o gran artículo abridor en los medios, señalar que Reimond Manco se va a la Segunda es para algunos, a estas alturas del partido, bastante tentador. Pero nuevamente se erró en un elemento básico que, acaso por la evolución de la información y la aparición de las redes sociales, se la suele descartar así por así, cada vez sin mayor compasión: el contraste de la información. ¿Alguien vio, escuchó o leyó las declaraciones del presidente del Sport Rosario? No. No existe registro alguno al respecto. Todo fue parte de una comunicación telefónica en una emisora radial de Huaraz.

Tal situación de por sí ya era rara desde que Reimond Manco tiene un préstamo por toda la temporada con León, además de relativa continuidad y una cláusula de rescisión del dueño de su pase, el Al-Wakrah de Qatar que, es de imaginar, no debe ser una bicoca. Por tal razón, como no había una herramienta óptima para verificar si lo dicho era real, DeChalaca corroboró el último domingo in situ en el Heraclio Tapia cómo Manco aparecía jugando un tiempo con el equipo B de León en una exhibición ante la reserva y, minutos después, como relevo en el amistoso del equipo principal ante Sport Loreto (no fue titular porque se estaba recuperando de un proceso viral). Es más, se le hizo la consulta al mismo jugador sobre su pase al Sport Rosario y este no tenía idea de lo que se estaba planteando.

Manco jugó el último amistoso de León ante Sport Loreto en el Heraclio Tapia (Foto: Mihay Rojas / DeChalaca.com)

En paralelo, en Huaraz, los medios se enteraron de tal información y abordaron a Víctor Mautino, quien horas más tarde tuvo que aceptar que lo señalado fue simplemente un exabrupto y que todo partió de una convesación con gente de su entorno, que influye en las decisiones del club y que solo lo mencionó como posibilidad de negociar para un arribo al equipo. Gran error que hasta generó grandilocuentes portadas regionales de Reimond Manco con camiseta de Sport Rosario y, a su vez, porque desató esa ola malintencionada hacia un jugador del que se hace un disfrute cuando no le va bien o su carrera aparenta ir en curva descendente. 

El 'Jotita' conejillo de indias

De Reimond Manco se ha escrito y hablado demasiado en los medios. Desde que fue promesa en la camada de la Sub-17 de Juan José Oré, su debut con Alianza Lima, su prometedor arribo al PSV Eindhoven y su devaluación futbolística entremezclada con escandalos de poca monta. Es, acaso, el ejemplo perfecto y más reciente del peso que tienen los medios en la opinión pública, que escenifica perfectamente esa frase que reza que "un día puedes estar arriba y en el otro muy abajo". Que él se la buscó, nadie lo duda. ¿Pero eso basta para ser presa fácil o la piñata perfecta a golpear cada vez que se cae? Por cierto, ¿muchos de los que lo critican saben realmente cómo le va en este momento con camiseta de León? Es probable que no hayan visto un solo partido suyo en el Descentralizado en los últimos años.
Tras su participación en el Mundial Sub-17 el acoso mediático fue insostenible. Sus errores ampliaron la novela (Foto: AFP)

Como ya se señaló, todo tiene un porqué. Y esto sí es responsabilidad de los medios. ¿Recuerdan a aquel púber sonriente, que fue uno de los mejores jugadores en el Sub-17 de 2007, y que muchos ya lo veían como el abanderado de una camada que por fin clasificaba por propios méritos a un Mundial de menores? Claro, perfectamente. Era el principal entrevistado en cuanto noticiero o magacín había en ese entonces, pero a la vez, sorpréndase, era el principal dardo por pervertir por otro sector, como para evidenciar aun más aquel absurdo peso periodístico. Un "a ese chibolo voy a inflarlo para luego poder hacerlo mierda en mi columna, van a ver", cuentan testigos que se oyó de un periodista no deportivo enviado especial al estadio La Cocha de Lacatunga la noche del 23 de marzo de 2007, mientras Manco hacía trizas a los defensas ecuatorianos en el penúltimo partido del Sudamericano. Así se maneja esto. Saquen sus conclusiones.

En la actualidad, Reimond Manco, con 24 años, trata de volver a creer -futbolísticamente- en sí mismo y, quién sabe, aspira a jugar nuevamente en el exterior. No es un veterano y tampoco está acabado para este deporte. Si bien es cierto que en su momento fue -o se hizo creer que era- el futuro jugador top de Perú, su carrera tuvo otro rumbo y finalmente no fue capaz de consolidar ese potencial, como ocurre con una gran cantidad de promesas en todos los países del mundo. Él tiene enorme parte de la culpa, pero tampoco es coherente que se le haga un cargamontón, más allá de los problemas que ocurren en su vida cotidiana que, por cierto, es privada. El año pasado se "festejó" su llegada (también truncada) al Gálvez -de la Segunda- y esta vez se repitió el plato con la novela de Sport Rosario. ¿Qué se pide? Solo mesura y, sobre todo, empezar a dejarlo tranquilo.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Mihay Rojas / DeChalaca.com, AFP


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