Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comAlianza Lima tomó el paso más importante en el camino hacia su reestructuración financiera pero dejó pasar la mejor oportunidad para convertirse en sociedad anónima y cambiar –para bien y a futuro- su realidad deportiva y financiera.

 

En diciembre de 2013 se aprobó el reglamento de la ley de reestructuración del fútbol peruano y dejó una idea -negativa- de lo que se vendría este año para los clubes que se allanaron al procedimiento concursal. Era, sin lugar a dudas, un texto legal con nombre, de esos que tan comunes son en nuestro medio. La Sunat, como acreedor mayoritario de estos equipos, tenía la posibilidad de aceptar un plan de pago o, de no considerarlo viable, capitalizar su deuda y venderla (se explicó en DeChalaca TV). Hasta hace unos días ese parecía ser el destino de Alianza Lima puesto que la Sunat, desde siempre, solo ha querido cobrar su deuda y no parecía viable que acepte el plan de reestructuración. Esta semana, contra todo pronóstico, se aceptó un plan de reestructuración que ofrece pagar la deuda de más de 50 millones de soles (entre deuda reconocida, no reconocida e intereses) en doce años.

Este paso dado por Alianza y por la Sunat es el primero y el más importante. Es el que los demás clubes que se encuentran en el procedimiento deberán imitar. Parece ser el inicio del final de este desvarío político-futbolístico-legal que comenzó en marzo de 2012 con un decreto de urgencia y que debería cerrarse por completo con un cambio en el manejo del club.

Convertirse en SA es el mejor modelo deportivo que, de plano, erradicaría a personajes nefastos que vivieron del fútbol como Guillermo Alarcón (Foto: Facebook)

En el Perú el modelo deportivo por excelencia es la asociación sin fines de lucro. Los equipos, salvo excepciones como los clubes de universidades privadas, han sido manejados por socios que las más de las veces se terminaron enfrascando en enfrentamientos entre “facciones” que afectaban, principalmente, a su equipo. No por eso puede concluirse que los socios no tienen el mejor interés del club en mente ni que, en estos momentos, existan socios –no solo en Alianza Lima ,sino en los demás clubes manejados por administraciones temporales– que están comprometidos con su desarrollo. El problema es que eventualmente aparecerá otro Alfredo González, Alarcón, Pacheco, Mallqui o cualquiera de esos nefastos personajes que tanto daño le han hecho al fútbol peruano y a sus equipos. Porque resulta inevitable que aparezcan socios con más afán político que amor por la camiseta y con ganas de desarrollar al club. La historia peruana lo ha demostrado.

La mejor manera de erradicar esos males es con un modelo societario que haga de un equipo un negocio rentable; que busque sacarle provecho a una institución en un mercado que da para hacerlo. A fin de cuentas, es muy fácil jugar cuando lo que se pone en juego no es tu patrimonio. Por eso en DeChalaca creemos que la sociedad con fines de lucro es, al menos en una realidad como la peruana en la que la otra opción sería continuar el modelo de asociación, la mejor opción para el desarrollo del fútbol. Incluído para los mismos socios que, con buenas intenciones de por medio, podrían canalizar sus planes a través de una forma societaria.

Se ha dado un primer paso importante e inteligente. A Alianza Lima le seguirán años de pago que tendrán como meta dejar sus cuentas en azul. El otro reto para esos años que vienen es la conversión a un modelo societario que con finalidad lucrativa busque desarrollar el club, influir a otros clubes a seguir sus pasos y ser una cara importante en la lucha que se libra y que libramos a diario: la formalización y el potenciamiento del fútbol peruano. Pero si todo se queda en el pago de la deuda y después todo vuelve a lo de siempre, de poco y nada habrá servido.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Facebook

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