Composición Fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com El presidente de FIFA, Joseph Blatter, propondrá una mayor influencia de la tecnología en las decisiones arbitrales. ¿Acaso esta ayudará a terminar con los errores arbitrales?

El pasado 1 de marzo, la organización encargada del reglamento en el fútbol, la International Football Association Board (IFAB), le dio un nuevo espacio a la tecnología en la reunión que celebra anualmente junto a FIFA. Pero no fue para alentar su implementación más allá del actual Goal Control, sistema que define si el balón ingresa o no al arco, por el contrario, mantuvo su posición: la inclusión de videos, como ocurre en el básquet o fútbol americano puede quitar dinámica al juego e influir negativamente.
 
Sin embargo, más de cinco meses después, Joseph Blatter, quien estuvo presente en aquella reunión, declaró a The Weekly, revista semanal de FIFA, lo siguiente que recogemos de la web Pasión Libertadores: “Quiero proponer esta idea: la opción de desafíos de video para los directores técnicos en caso de decisiones disputadas. Los miedos de que esta inovación pudiera cambiar el espírito del juego son infundados, si estos aportes técnicos son tratados con precaución y teniendo restricciones adecuadas". Además, señaló que solo se podría utilizar esta opción cuando las acciones estén paralizadas y añadió lo siguiente:"no provocaría interrupciones adicionales y a duras penas afectaría el flujo del partido".

Joseph Blatter se ha mostrado a favor del uso de la tecnología en el fútbol (Foto: AP)Si se puede, se debe

El fútbol durante110 años de estar institucionalizado a nivel mundial, no utilizó tecnología para decidir o ayudar a los árbitros en el juego hasta el Goal Control. Existen , pues, dos argumentos de quienes están en contra de su inclusión. El primero dice que terminará con la polémica que existe en el fútbol y esta es gran parte del atractivo de este deporte. El segundo apunta que la dinámica del juego se perderá. 
No se puede debatir desde la precisión pero sí desde la interpretación. Una pelota que ingresa al arco, sale del campo o una acción que encuentra en posición adelantada a un futbolista, no conocen de puntos de vista o posturas. En estas situaciones no existe nada que discutir, sino que medir. Por ello, la tecnología no solo tiene mayor precisión que el ser humano, sino que su resultado es indiscutible, así como vemos en las repeticiones que acaban con las “polémicas”. Es hora de hacer más justo este juego.
 
Otra situación en que la tecnología puede ayudar es en el “punto ciego”, es decir, cuando ningún árbitro pudo advertir una infracción que ocurrió en el campo. Como aquella mano de Diego Armando Maradona ante Inglaterra en 1986, o el escupitajo de Frank Rijkaard a Rudi Völler en Italia 1990 que terminó solo con el alemán expulsado. Este tipo de acciones que no se observan son las que en deportes como el básquet reciben ayuda de la tecnología para los árbitros.

La frontera de la tecnología

Donde la tecnología no tiene cabida en el fútbol es en la parte interpretativa. El arbitro tiene que decidir si hay intención en una pelota que chocó en la mano; si hubo agresión del futbolista o fue parte del juego; si buscó lanzarse para sorprenderlo; qué falta merece la expulsión del futbolista o una tarjeta amarilla para amonestarlo, o quizás debe primero advertir al jugador. Cuestión de criterio para actuar e interpretación para decidir.

Con la tecnología se podrían haber evitado errores como el gol no cobrado a Inglaterra en el Mundial Sudáfrica 2010 (Foto: Reuters)Es posible que si a un árbitro le muestran la repetición de una infracción que cobró, mantenga su posición y la tecnología no tiene nada que hacer. Por lo tanto, si se busca ayudar al árbitro más que satisfacer los reclamos de un equipo, la decisión de acudir al video tiene que ser de él ante alguna duda o advertencia de sus asistentes. A propósito de lo que propone Joseph Blatter, pues, si se producen cuatro pausas de menos de treinta segundos cada una en los 90 minutos de un partido, y solamente cuando está detenido, es difícil que rompa la dinámica del juego, siempre y cuando no neutralice el apuro del futbolista por sacar una ventaja deportiva en el desarrollo. La decisión de hacer la pausa también será cuestión de criterio.

¿Cuándo se equivoca el árbitro?

Fuera de las situaciones que requieran precisión, el árbitro yerra cuando no mantiene un criterio uniforme. Es decir, cuando una patada por detrás al minuto uno de juego es amarilla y otra idéntica a los treinta es roja. Cuando el jalón de un delantero dentro del área es falta, pero el del defensor no lo es. Cuando el árbitro maneja la balanza a su favor y busca “no complicarse”: se equivoca.
 
También se equivoca al tomar decisiones incoherentes con el espíritu del juego y el reglamento. Por ejemplo, al detener una acción de riesgo del que ataca, pues debe sacar una amarilla al infractor. Cuando no favorece al perjudicado o no procura el fair play en el desarrollo del partido, entonces el árbitro no es consecuente con su tarea. ¿Eso lo soluciona la tecnología? No. 

Composición Fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com

Fotos: AP, Reuters

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