Recorte: revista El GráficoEn su segunda final consecutiva, Brasil partía en 1962 como favorito ante la fuerte selección checoslovaca, que empezó abriendo el marcador pero terminó viéndose superada y liquidada por el garrafal error de su portero Viliam Schrojf que Vavá no perdonó.

 

En 1962, a la final llegaron Brasil y Checoslovaquia. Los entonces vigentes campeones del mundo se presentaron en el Estadio Nacional de Santiago para repetir la hazaña conseguida por Italia en los años 30: la del bicampeonato mundial consecutivo. Mientras tanto, Checoslovaquia venía decidida a ganar su primera Copa del Mundo en el segundo intento, tras haber perdido ante la ya mencionada Italia en 1934.

De esta manera, los europeos se pondrían delante en el marcador a los 15’ con gol de Josef Masopust pero la alegría les duraría solo dos minutos, ya que Brasil encontraría la igualdad a través de Amarildo a los 17’. Ya en la segunda etapa, Zito anotaría el segundo tanto carioca y acercaría a la verdeamarelha a su segunda estrella mundial.

 

 

Sin embargo, el partido se mantenía parejo y cualquier cosa podía pasar con solo un gol de diferencia. Los checoslovacos todavía soñaban con el empate y la posibilidad de ser campeones hasta que llegaría el minuto 78: tras un lateral por la banda derecha cerca al área europea, Djalma Santos mandó un centro bombeado de media vuelta, sin saber bien a donde estaba enviando la pelota. El esférico bajó al campo al borde del área chica y parecía ser un simple embolso para Masopust. Sin embargo, el guardameta juzgó mal el lugar donde iba a caer el balón -tal vez enceguecido por el sol de la tarde mapochina- y este se le escurrió de entre las manos detrás suyo. Edvaldo Izidio Neto, o Vavá, quien se encontraba a un metro del portero, no desaprovechó la oportunidad y mandó la pelota a guardar en el arco vacío. 3-1 y a celebrar el bicampeonato.

Además, tras sus dos goles en la final de Suecia 1958, esta anotación convertía a Vavá en el primer jugador en anotar en dos finales distintas -luego igualado por Zinedine Zidane en Francia 1998 y Alemania 2006- y el único en hacerlo en dos finales consecutivas, récord que se mantiene hasta la fecha. Como para no olvidar que Pelé no era el único que deslumbraba a los aficionados en esa época dorada del Scratch. El rey tenía una corte de lujo.

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El otro minuto 78: el gol de Sunday Oliseh (Nigeria) a España en 1998

Recorte: revista El Gráfico; Video: Youtube / Usuario rluiz66

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