Minuto 105: El primer segundo penal
La historia que corresponde al minuto 105 comienza un rato antes, en el 83. Y remite también al artículo publicado ayer en esta misma sección, respecto de Camerún y su condición de sensación en aquel Mundial Italia 1990 que fue el de menor promedio goleador de la historia pero que vaya si dejó grandes recuerdos y momentos emotivos, al son de Gianna Nannini y Edoardo Bennato y su Un'estate italiana.
Porque fue hasta los 83' que parecía que la hazaña de Camerún se hacía más grande. Que ya no solo le ganaría un partido inaugural a Argentina o bailaría goles ante Colombia: no, parecía que también podría colarse en las semifinales, y a costa de otro campeón mundial como Inglaterra. El partido iba 2-1 y en ese instante, Gary Lineker se coló en el área en medio de los cuatro zagueros de los 'Leones Indomables'. Benjamin Massing, en parte por inercia y en otra por nervio, estiró el pie de más, y trabó al goleador inglés. El mexicano Edgardo Codesal, que ya había cobrado un penal para los cameruneses -y que luego pasaría a la historia por el penal de la final entre Alemania y Argentina- no titubeó: corrió con las dos manos y lo sancionó.
Pero el penal era muy especial para Lineker. Llevaba cuatro años como ejecutor designado de penales en la selección inglesa y hasta ese momento había pateado... ninguno. Recuerda el goleador en declaraciones posteriores al partido que en ese momento se le vino a la mente el día del primer penal de su carrera, con el Leicester City en 1981: lo pateó cuando el partido iba 5-0 a favor y se dio el lujo de tirarlo afuera. Con ese fantasma en mente llevó la pelota al punto de cal, y con la furia necesaria la tiró a la izquierda de Thomas N'Kono. Empató Inglaterra y al alargue.
Y así se llegó al minuto 105. Rato antes, Codesal, que por lo visto sufría de penalitis, no titubeó cuando Lineker quedó mano a mano contra N'Kono tras carrera larga y el golero camerunés estiró la mano derecha para hacer caer al inglés. Nuevamente el goleador frente al punto de sentencia, y su relato lo dice todo: "Yo siempre me preparé para patear un penal con Inglaterra y siempre practiqué qué haría con él. ¡Pero jamás pensé que podía llegar a tener dos penales para patear la primera vez! Tuve que improvisar: vi que el arquero se movió muy rápido en el primer penal, por lo que decidí que le pegaría justo al medio. Y en esa ocasión particular, todo salió acorde al plan".
El gol eliminó a Camerún. Al final del partido, los 'Leones Indomables' igual se fueron aplaudidos por las cuatro tribunas del estadio San Paolo de Nápoles, y por el mundo entero que los veía por televisión: eran los campeones morales del torneo porque habían logrado lo imposible para el fútbol del continente más sufrido del planeta. Y detrás del arco, alguien más los agasajaba: Gary Lineker, con la camiseta de Camerún puesta tras haberla intercambiado, alzaba el puño derecho en señal de victoria junto a su socio David Platt satisfecho por ese gusto raro de ser el héroe que nunca se preparó para una jornada de gloria.
Foto: AFP