Los diez del diez
Este 1 de mayo se cumplieron 10 años del partido en el que Waldir Sáenz se convirtió en el máximo goleador histórico de Alianza Lima. Esta temporada, luego de tres años inactivo, regresó al fútbol en la Segunda División dejando la incógnita de si aún tiene goles por ofrecer.
Waldir Alejandro Sáenz Pérez nació un 15 de mayo de 1973, está a punto de cumplir los 40, pero su presencia en una cancha nunca pasa desapercibida sin importar cuántos años pasen. Si bien está identificado por completo con los colores de Alianza Lima, esta temporada retomó la actividad cuando ya se lo tenía como un ex jugador. Walter Ormeño de Cañete lo animó a desempolvar los chimpunes para tener su segunda aventura en la Segunda División, torneo en el que precisamente disputó su última campaña en 2009 cuando salió campeón con Sport Boys. Sin embargo, hace 10 años, vivió un momento aún más importante en su carrera.
La herencia del Nene
Desde que en octubre de 1992 Waldir Sáenz debutó en el fútbol peruano, Alianza tuvo la expectativa de ganar con él a un goleador que hacía años no tenía. Ese mismo año anotó su primer gol, a Boys en el Hexagonal que definió al subcampeón, pero no fue sino hasta la siguiente temporada que cobró su real dimensión al quedar como el máximo artillero del torneo. 10 años después, tras breves pasos por el fútbol argentino, la MLS y Sporting Cristal, regresó por segunda vez a su casa para dejar un sello que sigue indeleble: desplazó a Teófilo Cubillas (nada menos) como el máximo anotador en la historia de los íntimos.
El 1 de mayo de 2003, en partido suspendido por la fecha 8 del Torneo Apertura, Alianza Lima visitó a Bolognesi en Tacna. Hasta antes de ese encuentro, Waldir llevaba anotados 3 goles en el torneo, pero ninguno tan importante como los dos que anotó en el Jorge Basadre, por más que esos tantos solo valieran para rescatar un punto tras el 2-2 final. Aquella tarde bajo el sol del sur peruano, un nuevo ‘10’ tomó la posta que dejó el ‘Nene’ desde su segundo retiro en 1988. Los años pasaron, el record se hizo mayor, pero su cuota de goles bajó de forma paulatina. Su última temporada en La Victoria se dio en 2008, jugando 6 partidos en los que no anotó.
En busca de un Imperial
Pese a que sus anotaciones se dejaron de gritar hace años, en Cañete esperan que el olfato innato que lleva se reactive en su intento por alcanzar el título de la Segunda División. Su debut no fue el más auspicioso, ya que un 0-0 ante Sportivo Huracán fue el marco del regreso de Sáenz al fútbol. En el Óscar Ramos Cabieses de Imperial se quedaron con el grito en la garganta, ya que pese a contar hasta con tres ocasiones de convertir la puntería le falló al goleador. En la siguiente jornada no hubo revancha, ya que no jugó el partido que Ormeño disputó en Huánuco, aunque su pasado le da crédito como para seguir esperando a que se ponga a punto ya que el tiempo alejado de la cancha le pasó factura.
Para Waldir no hay mucho más por demostrar en el fútbol, salvo que su capacidad en el área se mantiene y que es capaz de llevar adelante a un equipo con historia. Ese es el mayor reto que lo puede motivar a ser el que alguna vez fue. Ya lo hizo en 2009 con los rosados cuando casi nadie apostaba por él. Acalló a los críticos con goles aunque estos demoraron en aparecer. El técnico de entonces es el mismo de ahora, el ‘Pato’ Juan Carlos Cabanillas, que supo llevarlo de a pocos hasta que agarró ritmo. Lo mismo puede darse en Cañete, aunque habrá que ver si paciencia le tienen.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com; Recorte: diario El Bocón
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