Foto: Mihay Rojas / DeChalaca.comPara sorpresa de muchos, Pablo Bossi dejó de ser técnico de Alfonso Ugarte. Pese a la regular campaña que cumplen los puneños, la capacidad económica del equipo afectó el trabajo del entrenador uruguayo que así se convirtió en el tercero en dejar su cargo en la Segunda División.

 

Se sabía que este era un año ajustado para Alfonso Ugarte, ya que su economía sufrió un gran cambio respecto a la solvencia que tuvo en las últimas dos temporadas, pero lo que no se tenía en mente era un cambio tan rápido de técnico, pues con cinco partidos jugados y resultados que lo tienen no muy lejos de los punteros, Pablo Bossi resolvió su situación con el cuadro puneño y dejó de ser oficialmente su técnico.

Por lo general, si un entrenador deja un equipo se debe a una mala campaña, sin embargo, en Puno se vuelven a lamentar por lo que ya a inicios de año les costó tener que cambiar por completo al plantel que peleó hasta la última fecha el título en 2013. En entrevista con #DeChalacaRadio, el técnico uruguayo manifestó los problemas que atraviesa el Ugarte para cubrir temas tan básicos como la disposición de canchas de entrenamiento o los viajes, ya que -por ejemplo- detrás del empate 0-0 ante Sport Victoria en la fecha 5, hubo que cubrir un largo trayecto por tierra hasta Ica para poder jugar el partido.

Más allá de las carencias, la responsabilidad al momento de planificar un campeonato es vital para evitar situaciones como la que acaba de pasar el conjunto puneño, pues si desde el inicio se plantean las opciones que se pueden manejar, tanto en logística como en la capacidad para armar un plantel, no habría motivo de excusas al momento de afrontar el torneo. Ni la conversación que tuvo Bossi con el presidente del club, el señor Gustavo Ibarra, alcanzó para darle solución a unos problemas que sin duda afectan el rendimiento de cualquiera que busca ser protagonista, las mismas que ya le tocó pasar el año pasado cuando dirigió a Sport Boys.

Queda, pues, una amarga desazón en la afición puneña, que ve como su representante en la Segunda División se ve impotente ante el poco apoyo que recibe para salir de la realidad en la que se metió tras el cambio en la presidencia a inicios de año. Queda también la sensación de que, si Alfonso Ugarte fuera una institución sólida, no tendría que estar pasando por estas vicisitudes que lo único que hacen es afectar su capacidad para defender en la cancha el nombre del equipo.

Foto: Mihay Rojas / DeChalaca.com

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