Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comAhora que Mannucci atraviesa una crisis económica, vale recordar una estrategia que en tienda carlista se siguió para capear una situación difícil similar hace exactamente 45 años: cuando el club decidió convertirse, aunque hoy parezca increíble, en una cooperativa de propiedad de sus jugadores.

Todo tiempo pasado no fue mejor, así antojadizamente se quiera a veces escribir la historia de esa manera. Carlos A. Mannucci afronta hoy un momento económico difícil producto al parecer de la excesiva diversificación de las inversiones futbolísticas del Grupo Ramírez, su principal patrocinador, pero no es el primero que el carlismo ha debido atravesar en su historia.

Hace exactamente 45 años, en octubre de 1969, Mannucci afrontó otra crisis económica que se resolvió de forma muy acorde con la época: aquella de los albores del gobierno militar en el que el paradigma de la "propiedad popular" se puso tan en boga. Ante los salarios impagos de los futbolistas, la Comisión Reorganizadora del club trujillano, encabezada por el directivo Carlos Gonzales, decidió mirar al modelo estatal y adoptar para el equipo una forma de cooperativa: los jugadores pasarían, en la práctica, a ser los dueños del club.

Repartija apenas

En 1969 se decidió que todos los ingresos del Carlos A. Mannucci fueran repartidos entre los jugadores (Recorte: Diario La Crónica)

En realidad, el modelo no llegó a formalizarse más allá del ámbito de los ingresos. La decisión fue práctica: en todos los partidos jugados a partir de octubre de 1969, Mannucci repartiría el 80% de los ingresos recaudados por taquilla entre sus jugadores. Para el club, en tanto, solo quedaría el 20% restante y de esta última proporción serían, además, deducidos los gastos propios de la organización del cotejo en cuestión.

Cabe señalar que la decisión, entonces, obedecía en realidad a la política que se seguiría en tienda carlista por todo el Descentralizado, puesto que el torneo se había recién iniciado a finales de setiembre de 1969, luego de la participación peruana en las Eliminatorias rumbo a México 1970. Mannucci acabó décimo en la tabla y luego mantuvo ese lugar en la Liguilla por el No Descenso, en varios partidos de la cual -como otros participantes provincianos- no fue local en su ciudad de origen sino en Lima.

Así, el modelo se mantuvo estable hasta el final de la temporada, con la premisa de que se repartiría en partes iguales lo recaudado entre titulares, suplentes y cuerpo técnico. Sin embargo, no se cumplieron otras premisas, como que para la temporada 1970 solo se contrataría a futbolistas trujillanos que destacaran en la Liga local. Por el contrario, se recurrió a capitales de mecenazgo y se acabó incorporando a refuerzos como el golero Santiago Carty o, sobre todo, el excampeón mundial brasileño en Suecia 1958 Moacyr Pinto, quien llegó para marcar época y volverse ídolo carlista.

Balance a la antigua

La situación de Mannucci en la actualidad, obligó la realización de algunas actividades (Foto: prensa Carlos A. Mannucci)

Sin duda, la cooperativización era una alternativa de otros tiempos, y que en el fútbol peruano tuvo más correlatos: León, por ejemplo, adoptó la misma figura en los años ochenta. La progresiva -y saludable- privatización de la economía la fue dejando en el baúl de los recuerdos. Pero lo que debería preocupar es que, en la práctica, en muchos de los clubes del interior del país se acaba, a veces, generando modelos de reparto de botín similares para resolver entuertos económicos, aun sin la figura de la cooperativización presente. En eso, en 45 años, el fútbol no ha cambiado-.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Diario La Crónica, prensa Carlos A. Mannucci

 


Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy