Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comSport Rosario dejó pasar una chance de oro para acercarse a la final del Torneo de Verano. No liquidó un partido que tuvo al alcance ante San Martín y, por eso, los albos edulcoraron el final del que había sido un trámite anodino: se fueron con todo al frente y, vía el ingresado Succar, sacaron el 1-1 del Rosas Pampa.

    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

El fútbol es tan impredecible que en estos tiempos de devoción por el compacto, cualquiera que se quede con la imagen de la jugada que definió el Sport Rosario - San Martín podría lanzar el comentario sinóptico y ligero de que se trató de un partidazo. La imagen es elocuente: el equipo albo lanzado al ataque con tanto frenesí que hasta Ricardo Farro, líder excluyente de su plantel y además sobreviviente de los tiempos en que el cuadro de Santa Anita peleaba títulos y no mendigaba empates, se metió al área huaracina a los trompicones para buscar el gol. Se barrió Saúl Salas, se zambulló Junior Ponce; y no entraba. Hasta que Alexander Succar fue más vistoso que sus compañeros y ensayó una media vuelta de otro contexto. Y así, mediante elegancia mezclada con desesperación, llegó el 1-1.

Pero esa acción es mentirosa por varias razones. Primero, porque sugeriría que el del Rosas Pampa fue un partido parejo, y no ocurrió así. Rosario fue amplio dominador, y aun sin disponer de demasiadas situaciones de gol; sí tuvo, más bien, un amplio control de la pelota y solvencia para tenerla en el campo albo. El partido fue tácticamente gobernado por el local, porque Gerardo Ameli acertó con un 4-trapecio-1-1 basado en la presencia de dobles laterales: Rolando Arrasco le hacía el relevo a Johan Madrid por derecha y Farih Jasaui, de noble despliegue, lograba lo propio con Jesús Rabanal por izquierda. El sistema ejercía un mérito inmenso: darle libertad a Pablo Lavandeira para no recostarlo por un lado y así aprovechar su capacidad de conducción e inventiva.

En segundo lugar, fue una acción engañosa porque ella sugiere que la San Martín fue al frente con intensidad y decisión, cuando ocurrió todo lo contrario. Orlando Lavalle presentó un 4-trapecio-2 tendiente a 4-6-0 muy tacaño y fallidamente fergusoniano. Junior Ponce y Jesús Chávez fueron camuflados de falsos puntas y su tendencia a recogerse y volantear neutralizó las intenciones de ataque albas. Solo en el complemento, cuando la desesperación hizo presa a la visita, el popular '0nur' se animó a disponer un ataque decente: entraron Succar y el argentino Alexis Domínguez, y de jugar sin delanteros se pasó a tener dos '9' netos, algo más acorde con la escena del final.

Sport Rosario desaprovechó la oportunidad para sumar puntos y pensar en una final. (Foto: Visión Deportiva Huaraz 

En tercer lugar, esa escena fue mentirosa porque dejó como saldo la expulsión -conjunta con la de Ponce, por agresión mutua- de Jesús Rabanal, y así empañó el que fue un partido consagratorio de 'Charra' como arma goleadora. Una vez más -ya van tres en el Torneo de Verano-, el ex Universitario y Alianza Lima se elevó por los aires y la mandó a guardar de cabeza tras un centro medido de Pablo Lavandeira. Rosario, de ese modo, hacía gala de algunas recetas que le han funcionado en este sorprendente ingreso a Primera: no solo el buen pie del uruguayo y el juego aéreo de Rabanal, sino también los remates desde fuera que asustaron más de una vez a Farro y los desbordes por los lados, esta vez protagonizados por Arrasco y por Jasaui, como herramientas para llegar con pases profundos al área rival.

¿Y si todo fue tan auriazul en la noche huaracina, por qué entonces no ganó Rosario? Pues porque el fútbol es impredecible. Y porque en el momento en que el local debió cerrar el trámite, dejó que los desordenados embates de la San Martín, que solo había tenido una clara en un desborde de Ponce que encontró la mano izquierda de Salomón Libman, se transformara en ese trompicón del final. Para ese momento, 'Yuyo' ya había alzado los brazos pidiendo a la tribuna que presionara el tramo final del partido, en la típica señal del que se siente vencedor. Al 'Canalla' se le quemó el pan en la puerta del horno, y encima uno edulcorado por un tal Succar.

Las Fotos

Los Goles

Fotos: Visión Deportiva Huaraz


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La ficha del Rosario 1 - San Martín 1

 

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