Foto: Diario de Chimbote

Esta crónica debió contar las incidencias del partido entre Minero y Gálvez. Pero nuevamente los factores extradeportivos tomaron el protagonismo. El sábado, con los dos elencos en el campo, el partido se suspendió por falta de garantías. Fue reprogramado para el domingo, pero Gálvez optó por regresar a Lima. Ambos piden los puntos. El estadio Huancayo quedó vacío de fútbol.

Antecedentes: Ni es lo mismo ni es igual

Fotos: Diario de Chimbote

Eran las 2:55 p.m. del día de ayer y aparecían los malos augurios. Faltaban cinco minutos para que iniciara el choque entre Minero y Gálvez, pero Radio La 91 de Huancayo transmitía un hit noventero (Vuela Vuela, de Magneto), mientras Radio Televisión Chimbote optaba por la salsa dura. Algo extraño ocurría y las primeras indagaciones lo confirmaban: el partido se suspendía hasta las 3:20 p.m. Y se jugaría sin público.
 

LO QUE PASÓ EL SÁBADO

La razón esgrimida fue la usual: falta de garantías. Las primeras informaciones indicaban que la directiva del Minero no había gestionado el permiso a la Prefectura. Luego, que Indeci no daba el pase. Hasta ahí, nada parecía extraño: se jugaría a puertas cerradas, algo que no suele ser tan anormal en el torneo casero. Se avisó que la espera se prolongaría hasta las 3:30 p.m. Apenas tenía que esperarse el arribo de 10 policías que pudieron actuar ante cualquier eventualidad (una agresión al árbitro, por ejemplo). Pero hacia las 3:15 p.m., los únicos uniformados en el estadio eran los jugadores. Listos para saltar a la cancha, los sorprendió el mensaje del comisario Luis Tumay: “El partido no va”.

La conversación decisiva: el comisario Tumay, los delegados de Minero y Gálvez -Tomás Acha y Norman Luna-, el comandante de la PNP Huancayo y el jefe del IPD local (Foto: Diario de Chimbote)Empezaron las conversaciones al borde del campo. El comisario, dirigentes y demás autoridades. Entretanto, ambos equipos salían a la cancha con sus camisetas respectivas. Fue inútil. La terna arbitral, encabezada por Eduardo Chirinos, permanecía en sus camerinos. Los jugadores tuvieron que ponerse a pelotear esperando la decisión de gente que no llevaba chimpunes.

Recién a las 3:40 p.m. se ratificó la decisión de Tumay. El partido no iba. Radio La 91se había sumado ya a la transmisión; su locutor proponía jugar el domingo, tomando como argumento el ser este un día “más futbolero”. Un dirigente de Gálvez dijo que de ninguna manera: habían viajado 14 horas por tierra y no podían darse el lujo de tirar al tacho toda su planificación, tomando en cuenta que el miércoles hay jornada. Los dirigentes de Minero se defendieron: decían que había faltado una documentación del IPD, pero que Indeci había dicho que no había problemas para luego retractarse. “Pedimos jugar a puertas cerradas, sin público, y la policía no quiere darnos ni los diez efectivos que necesitamos para ello", dijo a Radio Ovación el jefe de equipo Juan Pablo Guzmán. Quedó la sensación, detrás de este endeble argumento, que todo se debió a una negligencia atizada por el feriado largo.

Sobre la noche se oficializó que el partido quedaba reprogramado para hoy a las 11 de la mañana. Gálvez ya estaba en Lima: de ningún modo se presentaría. Los chimbotanos culparon a la directiva de Minero de no realizar a tiempo los trámites del caso; culpa con la que no estarían dispuestos cargar.

 
LO QUE PASÓ EL DOMINGO

A las 11 am, once camisetas naranjas estaban sobre el césped del estadio Huancayo. No había rival enfrente. Solo la terna arbitral, el comisario y los policías solicitados. Tumay dijo que se había hecho respetar el reglamento y que Gálvez perdería los puntos por no presentarse. El reglamento afirma que un partido que se suspende por razones “de fuerza mayor” debe ser reprogramado en las 24 horas siguientes.

Gálvez se quedó haciendo la calistenia sobre el césped del estadio Huancayo (Foto: Diario de Chimbote)La gran discusión de los próximos días será si la suspensión se debió realmente a algo imprevisto e inmanejable o si todo se debió a una irresponsabilidad de la dirigencia local. Los dos equipos piden los puntos, pero ya empieza a correr el rumor de que el encuentro será reprogramado (por tercera vez) para el 2 de julio, en un salomónico -pero no necesariamente correcto- afán por ponerle paños fríos al asunto.

Se vienen horas, días o semanas (en el Perú nunca se sabe) de papeleos. Paradójicamente, un triunfo en mesa a favor de cualquiera de los dos equipos no les sería tan favorable: tanto Minero como Gálvez habían planeado incluir en este duelo a jugadores Sub-19 para sumar en la Bolsa de Minutos. Ramírez Cuba iba a poner de titular a Ricardo Ramos, mientras que 'Rafo' Castillo tenía listos a Joseph Muñoz y Yossimar Yotun. A los dos equipos les falta más de la mitad de minutos por cumplir (Minero, increíblemente, solo tiene 135 de los 1170 minutos exigidos), con lo cual una decisión en mesa abriría una nueva interrogante: ¿qué partido(s) sacrificarían para poner a estos jóvenes y a qué rival(es) acabarían beneficiando?

Una vez más, un problema en el fútbol peruano terminaría convirtiéndose en una bola de nieve.

 
 

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