En blanco, sin discusión
San Martín aprovechó el momento poco productivo de Cienciano y con el empate a cero sumó un punto importante en el Cusco de cara a su primera necesidad: ubicarse entre los siete primeros del Apertura para mantener así la opción al título nacional. En tanto, los dirigidos por Franco Navarro ahora -y por sus propios errores- tienen la obligación de empezar a ganar de visita.
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Fotos: Diario del Cusco
Seguro que Víctor Rivera en los vestuarios, poco antes de entrar al terreno, de juego se encargó de remarcar una vez más el fundamento del trabajo de toda la semana. De dejar en claro que el partido en la altura del Cusco sería uno de esos que respetan la táctica y aburren al rival -y, de paso, a los espectadores- en una acción más que necesaria, ya que había que sumar donde los demás no sumaron.
Así, para
Cienciano el partido no fue cómodo, nunca. Inclusive cuando tuvo un jugador más
en el terreno de juego por la expulsión de Ronald Quinteros a los 55. Siempre tuvo la necesidad
de encontrar en los pelotazos alguna oportunidad de falta a favor, un cabezazo
o la mínima fortuna como con la que le alcanzó para triunfar por la más escasa
diferencia en sus tres últimos cotejos en condición de local.
SIN CREATIVIDAD
Las acciones sobre el terreno de juego por parte de Cienciano dejaron mucho que desear. El 4-3-1-2 de Navarro, con un Julio García de ritmo trotón en el puesto de enganche, parecía que no iba a funcionar nunca.
La San Martín supo agruparse, complicar al Papá con Hinostroza y Pérez en la contención y una línea de cuatro en el fondo que parecía no querer salir nunca. A esto se sumó el trabajo en medio campo de tres volantes de creación que se pusieron el overol cuando tuvieron que hacerlo: Sánchez, Díaz y Quinteros. De ellos nacieron los lanzamientos para Pedro García en ofensiva, que por velocidad y talento, y por más solo que este, siempre significa una amenaza.
Aún así,
nada de nada. Cero ocasiones, cero fútbol y muchas reservas hasta los 36, cuando el argentino Díaz,
desde el vértice izquierdo del área grande, sacó un remate que casi sorprende a
Flores. Sin embargo, Chiquito estuvo atento y la desvió al córner.
UN PUNTO AL BOLSILLO
Franco
Navarro sabía que necesitaba abrir la cancha, romper el candado de la
San Martín, y por eso hizo ingresar, aun
falto de fútbol, a William Chiroque. Ante esto los desbordes por la izquierda
del menudo volante no se hicieron esperar, y hasta protagonizó un duelo
personal con Quinteros, quien lo perseguía a fondo por la línea de cal. Eso
hasta que el joven volante santo cometió una falta y concretó su segunda
amarilla para irse a las duchas.
Entonces, a falta de 35 minutos para que concluyera el encuentro, el Periquito ya había sumado la superioridad numérica; solo faltaba saberla aprovechar. Pero no fue así. El orden santo jamás se rompió y Edwin Pérez corrió por los que no estaban, desapareció a Chiroque y se terminó quedando con el show. Es probable que hasta haya exclamado a sus compañeros, aquí no pasa nadie ni con uno menos. Los de Rivera aguantaron, corrieron y metieron por todo lo que quedó de partido.
Ha quedado
claro entonces que con la unidad ganada dentro de la tabla de posiciones la
San Martín no ha escalado al
momentáneamente ansiado sétimo lugar, pero sí está cerca. Y, lo más importante,
que por la actitud parece haber recuperado el oficio que ha caracterizado al
elenco albo desde que es conducido por el Chino Rivera, tras varias fechas
anodinas.
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