Chibolos aplastapibes
Perú le ganó a Argentina una sola vez en la historia del Sudamericano Juvenil. Fue en 1977, en Venezuela, de la mano de Marcos Calderón y ante una albiceleste que tenía como figura estelar a nadie menos que a Diego Armando Maradona.
El calendario de 1977 discurría con novedades para el fútbol. La FIFA, tras un ventajoso acuerdo con Coca-Cola, se había animado a unificar los diferentes torneos juveniles de selecciones en torno de una categoría: la Sub-20, que comenzaría a disputar ese año su propia Copa del Mundo. Túnez era la sede elegida, y la Conmebol debía enviar tres representantes al torneo, como consecuencia de los resultados del Sudamericano de la categoría.
Así, con nueve participantes -todos excepto Ecuador- el torneo se disputó en Venezuela, y en la cancha también se vieron novedades. Perú fue sembrado en el grupo B, que tenía su sede en la ciudad de Valencia y en el que participaban también Argentina, Paraguay, Uruguay y el anfitrión. En las dos primeras jornadas, había sorpresivamente logrado despuntarse el seleccionado guaraní, luego de vencer 5-3 a la blanquirroja y de superar 2-1 a Argentina. Los otros cuatro equipos quedaban rezagados con un punto, inclusive Venezuela, que de modo sorprendente para la época había logrado empatarle 1-1 a un Perú decepcionante.
Las postas del 'Oso'
El 20 de abril de 1977, el equipo que dirigía Marcos Calderón se jugaba sus chances de subsistencia en el torneo ante el rival más complicado posible: Argentina, dirigida por Rogelio Poncini y que contaba como figura estelar con un promocionadísimo jugador de tan solo 16 años que con autosuficiencia extrema regalaba edad en la categoría y, encima, superaba por poco el metro y medio de estatura. Se llamaba Diego Armando, había debutado en Primera División medio año antes con Argentinos Juniors y César Luis Menotti ya le había dado la chance de jugar en la selección mayor en un amistoso ante Hungría. Para entonces, Perú ya tenía que ganarle a Maradona.
En el entrenamiento previo, la preocupación se incrementó en tienda blanquirroja cuando un golpe sufrido por Pedro Bonelli le impidió practicar con normalidad. Sin embargo, el 'Oso' Calderón optó por cuidarlo ese día de forma de igual mandarlo al campo ante los albicelestes. Así, Perú saltó al campo con Luis Alberto Honores en el pórtico; Hugo Gastulo, Duilio Poggi, César 'Chalaca' Gonzales y César 'Huevo' Adriazola en la defensa; Juan José Sato, Teófilo Postigo y la 'Bruja' Bonelli en el mediocampo; Abel Lobatón Vesgas, Miguel Kulisic y Ernesto 'Chino' Labarthe en el ataque.
En tanto, Argentina se presentó con Carlos Nazar en el pórtico; Hugo Alves, Ricardo Fusani, Edgardo 'Patón' Bauza y Jorge Romero en defensa; Víctor Ramos, González y Diego Maradona en el medio; Néstor Candedo, Eduardo Emilio Delgado y Sergio Gurrieri en el ataque. La estrategia de Marcos Calderón para neutralizar al rival pasó por un sistema agresivo en ofensiva pero con una vocación aún más intensa por copar el mediocampo, en el que dispuso un esquema de postas a fin de controlar a Maradona: Bonelli, Sato y Poggi se rotaban la marca del 'Pelusa', en el caso del último a veces con excesivo juego fuerte que según quienes vieron el partido, poco o nada tuvo que envidiarle en términos de sofocamiento a la marca que ocho años después le haría Luis Reyna al propio Maradona por Eliminatorias.
Un Zorrilla nada viejo
Bajo esas condiciones, Perú logró tomar la ventaja de forma sorpresiva: un remate desde fuera del área. Abel Lobatón padre, a los 30', vio descolocado al golero Nazar y a 25 metros de distancia del arco enfiló y lo colgó. Era la ventaja peruana y la presión para un rival algo exasperado por la incapacidad de crear fútbol de su estrella.
Sin embargo, a los 52' Argentina encontró el empate por la única vía por la que a nadie se le había ocurrido marcar a Maradona: la aérea. Un córner cedido por un mal despeje del 'Huevo' Adriazola derivó en una mala salida del meta Honores y Maradona, más con viveza que con estatura, la mandó adentro de testa. El gol distrajo en algo la concentración peruana, y por eso la defensa tuvo que multiplicarse para, con más corazón que otra cosa, contener las entradas de Candedo y Gurrieri, que buscaban a como diera lugar volver a encontrar a Maradona libre.
En eso, los técnicos movieron piezas. Mientras Poncini hizo ingresar al 'Vasco' Jorge Olarticoechea y a Pérez, Marcos Calderón optó por José Luis 'Camote' Vásquez y por un ingreso arriesgado: el del poco experimentado Carlos Augusto Zorrilla, volante de Sport Boys y quien no había jugado hasta ese momento, en reemplazo de Poggi, con lo que se reacomodó el sistema defensivo. La apuesta doble rindió frutos a los 71': Labarthe echó un pase largo a 'Camote', quien con mucha habilidad encontró un claro y de cabeza envió un centro hacia el área, donde Zorrilla ingresó a la carrera y fusiló a Nazar.
"Cuando el profesor Marcos Calderón Medrano me ordenó: Zorrilla, alístese que va a jugar, salté de emoción y felicidad. El corazón me comenzó a latir con mayor intensidad. Parecía como si iba a saltar de mi pecho. Estaba oyendo esas palabras y francamente no creía que eran reales", le contó luego del partido Zorrilla a Hugo Vallejos Muñoz, enviado especial del diario La Crónica. "Vi llegar la pelota que traía un raro efecto. Pensé en todo el Perú. Y me dije allí está el gol. Le di suave al balón, ubicándolo al lado izquierdo, donde ya no podía llegar el arquero Nazar. Y lo que tanto había deseado se convertía en realidad. Había anotado un gol. Y era el gol del triunfo de nuestra patria", prosiguió el juvenil delantero.
La bronca y la historia
Las emociones siguieron a mil hasta el final. A los 81', Gastulo rechazó a poco del gol cuando Delgado parecía iba a poner el empate; mientras, el juego fuerte sobre Maradona se multiplicaba. Marcos Calderón no se anduvo con resquemores estéticos: ordenó defensa a ultranza y Vásquez, Bonelli y hasta el 'Chino' Labarthe retrocedieron a jugar de defensas para taponear el arco de Honores. No faltaron los golpes: Delgado puñeteó asolapadamente a Vásquez y eso provocó la reacción de Sato, quien le pegó un puntapié al argentino. Sin embargo, el juez brasileño Oscar Scolfaro solo expulsó al peruano, y la blanquirrojita debió resistir los minutos finales con solo diez hombres.
Las pulsaciones se aceleraron porque a los 90' Scolfaro dio 3 minutos de adición ante la protesta del cuerpo técnico peruano. Pero se logró resistir hasta el pitazo final. Tras él, la exasperación argentina no terminó: el técnico Poncini, fuera de sí e indignado por el juego violento contra Maradona, corrió hasta los vestuarios en búsqueda de buscar a Marcos Calderón y agredirlo, lo que prolongó el tole-tole.
Argentina, en cualquier caso, se quedó así fuera del primer Mundial Sub-20 de la historia. Perú tampoco llegó a él porque en el siguiente partido cayó ante Uruguay y se quedó afuera. Pero volvió a casa con ese sabor único, especial de ganarle a la albiceleste y al que ya estaba llamado a ser el mejor jugador del mundo.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica
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Carlos Zorrilla DÃaz