Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comAlemania dio la hora en el fútbol femenino y alcanzó el olimpo en Río 2016. Gracias a una soberbia actuación de Dzsenifer Marozsan, las teutonas se calzaron por primera vez en la historia la medalla de oro luego de derrotar por 2-1 a una Suecia que pagó caro sus errores defensivos.
La Ficha - Los orígenes húngaros de Dzsenifer Marozsan

    Kenny Romero | @kenny_romero
    Director Periodístico

El rostro de tensión y felicidad -entremezcladas- de Silvia Neid durante los 90 minutos en el mítico 'Maracaná', sin duda, fue el reflejo de lo que plasmaron en el gramado sus dirigidas, quienes este inolvidable 19 de agosto de 2016, en Río de Janeiro, lograron un hito en la historia futbolística de Alemania. Esta vez no fue a nivel masculino, con aquel grupo que en los últimos tiempos siempre va a tener la valla alta: lo hicieron en la rama femenina, con un plantel comandado por la exquisita Dzsnifer Marozsan que por fin alcanzó el olimpo en esta competición.

Para Alemania, pues, calzarse por primera vez la presea dorada en fútbol femenino, tras sus intentos fallidos en Sydney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008 (en las tres competiciones obtuvo la medalla de bronce), no fue tarea fácil. Sobre todo luego de un primer tiempo en el que las intermitencias en la elaboración no estuvieron a la orden del día. Y ojo que esto no fue solo el rol que evidenció Alemania: Suecia, el rival que llegó con los pergaminos elevados tras eliminar en semifinales al anfitrión Brasil, careció de orden defensivo y cometió varias lagunas indignas de un top ten.

La Mannschaft, por esa razón, explotó su capacidad de reacción en un estadio que le sabe familiar: allí mismo donde hace dos años le permitió a su representante masculino obtener el título mundial. Y si en aquella ocasión fue Mario Gotze quien se robó los flashes con el tanto que se transformó en una nueva máxima coronación teutona, acá el premio individual se lo llevó Dzsenifer Marozsan, la '10' alemana que simplemente cautivó Río. Primero con un derechazo digno de los dioses del fútbol, inatajable para la sufrida Lindahl. Y luego con un tiro libre que se estrelló en el palo pero que permitió apreciar el blooper más lamentable -para los intereses suecos- en esta final: el intento de rechazo de la central Linda Sembrant que se coló en propia meta.

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Luego de ello, ni la gran sociedad colectiva entre Olivia Schough y Stina Blackstenius, que derivó en el descuento de Suecia, ni las arremetidas agónicas de las dirigidas por Pia Sundhage en los minutos finales que paralizaron los momentos de adición del partido, cambiaron la historia que se terminó de escribir en el 'Maracaná'. Alemania también se sabe el mejor de todos en el fútbol femenino. Estableció un momento glorioso en Juegos Olímpicos en una disciplina en la que jamás había saboreado el éxtasis dorado.

Los goles

Foto: AFP


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La Ficha del Suecia - Alemania

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