La magia de origen magiar
Kenny Romero | @kenny_romero Director Periodístico |
Para Dzsenifer Marozsan (Budapest, Hungría, 18 de abril de 1992), la sociedad con el balón siempre estuvo asociado a sus raíces. Desde casa y desde que tuvo uso de razón. Su padre, Janos Marozsan, fue un destacado mediocampista que incluso llegó a ser internacional con la selección hungara y, desde luego, el que -se entiende- fue el que le inculcó la práctica de este deporte, más aun luego de confesar a las cadenas internacionales que "con él jugaba a escondidas al fútbol".
La actual oro olímpico con Alemania, eso sí, también reconoce que su verdadera ligazón a este deporte se lo debe a su hermano David, a quien siempre quiso imitar. Y por esa razón, la trayectoria de Dzsenifer fue bastante precoz. Todo empezó desde que su padre, Janos, fichó por el Saarbrucken para la temporada 1996/97, elenco que en ese entonces militaba en la Regionalliga y en el que quemó sus últimos cartuchos como jugador. La pequeña prospecto de futbolista arribó a territorio teutón con solo 4 años y se estableció definitivamente en dicho país.
Lo que vino en los años posteriores fue un camino acelerado a la cúspide: debutó oficialmente con la camiseta del Saarbruckenen en 2006, a los 14 años y 7 meses de edad, con lo que se convirtió en la jugadora más joven en la historia de la Bundesliga femenina, y en 2007 anotó su primer gol con dicho club, convirtiéndose también en la anotadora más joven del campeonato alemán. En 2008 fue campeonao del Europeo Sub-17 con Alemania y en 2010 se consagró campeona Mundial Sub-20 a nivel de selecciones, además de ser subcampeona del mismo torneo en 2012 y ser considerada balón de oro a la mejor jugadora del certamen.
Por estos últimos tiempos, Dzsenifer Marozsan, con 24 años, empezó a codearse con el éxito a gran escala: hace algunos meses dejó el Eintracht Frankfurt y se convirtió en nueva jugadora del Olympique de Lyon. Y en Río 2016, con la selección alemana de fútbol femenino, sencillamente alcanzó la gloria: se enfundó la '10', condujo a la Mannschaft hasta la final y en el duelo decisivo ante Suecia destacó para los ojos del planeta con su golazo y el tiro libre que derivó en el autogol que estableció cifras definitivas en el Maracaná.
Foto: AFP
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