Cabezas acertadas

La búsqueda de razones para explicar el superlativo rendimiento futbolístico que se ha visto en el Mundial próximo a concluir lleva a explorar no solo propuestas tácticas y capacidades técnicas como las que ya han sido analizadas en esta página web. El sistema, sin duda, también hace su parte, y sustraerse de la gran modificación efectuada para esta Copa del Mundo en la conformación de los grupos sería inadecuado y miope.
El nuevo sistema de elección de cabezas de serie, basado en el Ranking FIFA a partir del ánimo del ente rector de ponderar cada vez de mayor manera la legitimidad de ese listado, recibió múltiples críticas. No solo de los países con historia que se quedaron fuera de la condición de cabezas de serie, sino especialmente de prensas tradicionalistas como una parte de la prensa argentina que, con mucha sorna, se refirió en todos los términos peyorativos posibles a equipos como Suiza o Bélgica en los últimos meses. Pero al parecer, el efecto más bien habría sido positivo.
¿Por qué el nuevo sistema favoreció la competitividad?
PORQUE PUSO FRENTE A FRENTE A GRANDES EQUIPOS. Que partidos como el España - Holanda, el Alemania - Portugal o el Italia - Inglaterra, que con el anterior sistema difícilmente se habrían dado en primera fase y en ningún modo en fecha inicial, hayan marcado en cierta medida la pauta futbolística del Mundial, hizo que el resto de la competencia se viera estimulada. Fue un estímulo competitivo inigualable, ejemplificador para los demás equipos, que esos encuentros hayan sido los primeros: voracidades ofensivas de los grandes que contagian a los que no lo son tanto.
PORQUE POR ENDE, OBLIGÓ A SALIR A GANAR. Como consecuencia de lo anterior, había un mensaje subliminal implícito: si en este Mundial no salías a ganar, lo más probable era que terminaras perdiendo. La paridad de los duelos iniciales hacía que tomar ventaja en ellos fuera clave y fundamental, sin lugar alguno a la especulación que a veces caracteriza a un primer apronte. Dicho de otro modo, en este Mundial no hubo cómo tener tiempo para saber dónde estaba uno parado: solamente se podía salir a matar porque sino el otro lo haría primero.
PORQUE REDUJO AL MÍNIMO LOS PARTIDOS PERDIBLES. A los equipos usualmente comparsas, el nuevo sistema los hizo olvidarse de ese "primer partido ante el grande" en el que podían darse el lujo de perder mientras buscaban la forma. Quizá solo Bosnia tuvo ese espacio contra Argentina, y véase cómo terminó. Pero por ejemplo Irán, por seguir hablando del grupo que a priori aparecía como más disparejo del Mundial, llegó al partido con la albiceleste obligado a sumar, y por eso planteó lo que planteó. O Argelia, que con otra conformación de grupos -basta revisar su historial mundialista- habría sido el típico equipo especulador de instancias iniciales, comenzó jugándole como le jugó a Bélgica.
¿Por qué el nuevo sistema podría haber favorecido a algunos solamente?
El contra que quizá presente esta tesis tiene que ver, irónicamente, con Argentina. Que si no hubiera sido, acaso, por la sagaz maniobra de Louis van Gaal antes de los penales contra Costa Rica, habría estado en capacidad de llegar a la final del torneo sin haber enfrentado a un solo "grande" -entiéndase excampeón o exsubcampeón- mundialista.
De hecho, Argentina enfrentó justamente a Suiza y a Bélgica: los criticados cabezas de serie. Ambos fueron partidos parejos, disputados, que ganó bien pero que, con algunos matices, quizá también pudo empatar o perder. Sin duda, la presión no fue igual para la albiceleste que para otros equipos desde el saque, ¿pero acaso alguno de los cuatro semifinalistas, salvo Alemania contra Francia, tuvo rivales demasiado más complicados en pergaminos en octavos y cuartos? Pues no. Casi a todos les costó lo mismo en dichas instancias: a Brasil, Colombia o Chile; a Holanda, México o Costa Rica; a Alemania, Argelia y, sin duda, una Francia que quizá podría haber tenido mejor suerte en otro lado del árbol clasificatorio. Pero es un caso aislado.
Por eso, al parecer, el nuevo sistema, en agregado, generó un Mundial mucho más parejo, y por ende competitivo. Ese argumento que se esgrime de que "hasta ahora los grandes no han tenido una gran actuación", rebatido en un artículo anterior puede, justamente, colegirse como que no tuvieron espacio para sacar las grandes diferencias de otras Copas. Por eso, parece que la FIFA acertó en esta ocasión.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: AFP, EFE
