Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comPese a ser un país sudamericano, Surinam siempre alternó en la zona de la Concacaf. Sin embargo, hace 55 años enfrentó por única vez en un torneo oficial a algunas de las selecciones más rankeadas en el sur del continente cuando en Lima buscó clasificar a los Juegos Olímpicos de Roma.

 

La historia del fútbol en las olimpiadas se remonta hasta la edición de 1900, juegos celebrados en París y en los que por primera vez se vio rodar el balón. Desde entonces su popularidad creció a tal punto que para 1956 hubo necesidad de dejar de lado las invitaciones y se comenzó a disputar antes una ronda eliminatoria.

Cuatro años después, cuando Roma albergó los juegos, diez selecciones de América se tuvieron que enfrentar para ganar los tres cupos disponibles en una serie que se jugó a dos rondas y cuya última fase se desarrolló íntegramente en Lima.

Idioma de barreras

En abril de 1960 el estadio Nacional se preparó para recibir a cinco países que en dos semanas debían culminar un torneo que se comenzó a disputar un año antes. Argentina, Brasil, México, Perú y Surinam lograron pasar la primera etapa eliminatoria que apenas consistió en dos partidos de ida y vuelta, pero que ahora les tocaba enfrentar un sistema de todos contra todos en una sola ronda y en la que uno descansaba por fecha. El requisito que tenían era que solo podían emplear jugadores en condición de amateur.
Con este autogol de Humber Boerleider, Surinam comenzó a sufrir frente a Argentina su primera derrota en el Pentagonal (Recorte: diario La Crónica)
En Lima la expectativa era enorme pues, luego de superar a Uruguay en la ronda previa, se vio una buena oportunidad de regresar a los Juegos Olímpicos luego del retiro de la selección tras el partido con Austria en 1936. A Perú lo dirigía György Orth, que se encargó de observar jugadores en diversas zonas de la región costera del país con los que finalmente armó su plantel. Pero a medida que se acercó el inicio del pentagonal otra selección fue la que concitó interés, no por su papel de favorita, sino porque resultaba todo un enigma su capacidad para jugar al fútbol.

Esa selección era Surinam, aún conocida oficialmente como Guayana Holandesa (recién recibió su actual denominación en 1975), y que tras eliminar en primera instancia a las Antillas Holandesas, pisó suelo peruano destacando por ser el único representante en el que solo uno de sus integrantes hablaba español (el volante Humbert Boerleider), algo que se tomó como una curiosidad para la época, la primera de las varias que protagonizó en su paso por la capital. Pese a ello, la solución con el idioma fue simple: incluir a una interprete en su delegación.
Gol de Alberto Gallardo para Perú que así igualó transitoriamente el marcador frente a Surinam (Recorte: diario La Crónica)
Una vez en el aeropuerto peruano, los medios buscaron al técnico André Kamperveen para recabar alguna impresión sobre su equipo, destacando el entrenador el poco conocimiento que tenían de sus oponentes y el escaso roce internacional de su plantel, ya que prácticamente estaban limitados a las visitas que recibían de algunos clubes de la zona de Belém (en Brasil) para jugar amistosos.

El primero, es el último

Los partidos se disputaron desde el sábado 16 con un doblete en el que a las 19:30 jugaron Argentina y Surinam y en el fondo Perú contra México. Las tribunas esa noche lucieron abarrotadas con cerca de 50,000 espectadores que disfrutaron con un preliminar lleno de goles.
Un descuido en la organización obligó a que la selección de Surinam vistiera la camiseta de Alianza Lima en su choque ante México (Recorte: diario La Crónica)
Al equipo albiceleste lo dirigía Ernesto Duchini, uno de los más reconocidos adiestradores a nivel juvenil en la historia del fútbol argentino, y contaba en sus filas con nombres conocidos como Alberto Rendo y Mario Desiderio. Pese a partir con todas las apuestas en contra, fue el cuadro surinamés el que abrió el marcador a los 16’ por medio de Gerrit Niekoop. Luego Argentina dio vuelta el marcador en apenas diez minutos (con autogol de Humber Boerleider y tanto de Juan Carlos Oleniak en 25’ y 35’, respectivamente), pero la sorpresa se mantuvo hasta el final del primer tiempo luego del empate conseguido por August Foe A Man de tiro libre a los 45’.

Hasta ese momento hubo desconcierto por el resultado parcial y el veloz juego de un conjunto novato y efectivo, pero todo acabó en el complemento luego que los argentinos se apuntaron con otros cuatro tantos con sendos dobletes de Rendo y Desiderio para redondear el 6-2. Aún así, en la historia quedó que ese primer once de Surinam lo conformaron Johan Hekbert; Ronald Breinburg, Boerleider y Auguste Wooter; Armand Sahadewsingh y Leo Schipper; Leo Marcet, Foe A Man, Niekoop, Jules Lagadeau y Louis Mijnals.
El portero Harry Blijd apenas si logró desviar un remate del mexicano Raúl Chávez en la goleada que sufrió Surinam durante la tercera jornada (Recorte: diario La Crónica)
Luego de semejante aperitivo, Perú no falló frente a los mexicanos y con un gol de Alberto Gallardo ganó 1-0 un encuentro que terminó siendo decisivo en la tabla. Tres días después su rival fue Surinam, que en la previa causó sensación por el calzado que sus jugadores emplearon ante Argentina, con unos vistosos chimpunes de rayas horizontales en blanco y negro, nada usuales para esos tiempos en los que la formalidad imperaba.

Final de cerradura

El martes 19 de abril el programa marcó el debut de Brasil en el torneo venciendo 2-1 a México, mientras que Perú, del que se esperaba un triunfo sin apuros, pasó más de un problema para salir con los dos puntos en juego. Y es que Surinam, tal como contra los argentinos, se encargó de abrir el marcador a los 44’ por medio de August Foe A Man. Esa mínima ventaja se prolongó hasta los 62’ cuando el ‘Jet’ Gallardo hizo despertar a sus compañeros con el empate. Ya luego, con la confianza recuperada, Gerardo Altuna y el mismo Gallardo sellaron el 3-1 en el tramo final.
La cancha de Matute luce invadida de seguidores que observan un gol de Alianza Lima en el arco de Surinam (Recorte: diario La Crónica)
En la tercera jornada, el día 21, los peruanos descansaron y a Surinam le tocó enfrentar a México en el preliminar, selección con la que compartía el mismo color de uniforme (camiseta verde y pantalón blanco), por lo que hubo que recurrir a la improvisación para solucionar el impasse: les tuvieron que prestar la indumentaria de Alianza Lima. Así, de blanquiazul, el cuadro surinamés tuvo su peor resultado del pentagonal y quedó eliminado pues los mexicanos se despacharon con un 4-0. En el otro partido, Argentina venció 3-1 a Brasil.

El domingo 24 comenzó la penúltima fecha con un solo encuentro en el que Argentina se impuso 1-2 a Perú, pero ese mismo día, por la mañana, los dirigidos por Kamperveen aprovecharon el descanso para jugar un amistoso ante Alianza en su cancha de Matute ante una gran cantidad de aficionados que rodearon el campo. Los íntimos le endilgaron un 5-1 en una práctica que los visitantes esperaban fuera propicia para encarar su despedida oficial ante Brasil.
Brasil se perdió esta clara ocasión de gol en los pies de Bruno, a quien el arquero Johan Hekbert logró anticipar (Recorte: diario La Crónica)
Ese día fue el miércoles 27 de abril, fecha en la que la canarinha se tomó un respiro a su urgencia de puntos y con un 4-1 sobre Surinam alcanzó el tercer puesto. Foe A Man, el mejor de su selección en Lima, volvió a abrir el marcador a los 9’ en un último rapto de gloria efímera para los suyos antes de ser goleados. Luego, los argentinos le dieron una mano a los brasileños y peruanos ganando 3-1 a los mexicanos en el encuentro de fondo, resultado con el que los tres aseguraron su presencia en las olimpiadas.

El pentagonal culminó tres días después con el triunfo de Perú por 2-0 sobre Brasil, un resultado que apenas tuvo incidencia para la ubicación en la tabla, mientras que para el equipo surinamés todo acabó en su travesía peruana con un último detalle: decidieron jugar un partido de exhibición en la penitenciaria. 3-0 le ganaron a un conjunto de presos que fueron el único rival al que al final lograron vencer.

Tras los paseos de rigor por el centro de la capital, y con más de un souvenir para el viaje de regreso, lo de Surinam a ese nivel nunca más se repitió. A medida que pasaron los años la cantidad de países que buscaron seguir el mismo camino de clasificación se incrementó, lo que limitó sus opciones a lo que pudieran hacer en las primeras rondas frente a selecciones de escasa competencia, siempre mirando más al norte que hacia el sur.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica


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