Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comHace sesenta años Uruguay venció 2-0 a Chile por el Campeonato Sudamericano, pero el partido solo duró 43 minutos, pues se debió suspender ante la invasión al campo del público en el estadio Nacional, que buscó agredir a los uruguayos, y en especial, al goleador Javier Ambrois.

 

Roberto Gando | @Roberto_Gando
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Que la Argentina fue un brillante campeón sudamericano en 1957, eso nadie lo discute, siendo aquel cuadro albiceleste uno de los mejores que su historia registra, en especial por su línea de ataque formada por Oreste Corbatta, Humberto Maschio, Antonio Angelillo, Omar Sívori y Osvaldo Cruz. Pero aquel torneo celebrado en Lima, también tuvo un episodio oscuro que desmereció el final del campeonato.

Las postales

Al ser Perú local, se esperaba que la selección cumpliera un papel destacado en el que -cuando menos- el tercer puesto de entre siete equipos resultaba una obligación. Con miras a ese propósito fue que no cayó nada bien en la afición la derrota por 0-1 que sufrió a manos de Brasil el 31 de marzo, noche en la que el partido se suspendió a los 70’ luego que los jugadores peruanos se retiraron del campo en protesta por un penal cobrado por el árbitro inglés Donald Lynch.

Luego del primer gol uruguayo, Javier Ambrois celebra el gol de Luis Campero dirigiéndose a la tribuna de oriente (Recorte: diario La Crónica) 

Un día después, en el estadio Nacional se jugó un doblete en el que Colombia le ganó 4-1 a Ecuador en el preliminar, mientras que en el choque de fondo Uruguay venció 2-0 a Chile. Más allá de los resultados, lo que se recuerda de aquella jornada fue lo que pasó antes, durante y después del último compromiso.

Con los ánimos aun caldeados por la derrota frente a los brasileños, el público peruano encontró eco para sus reclamos -según la revista Estadio de Chile, que cubrió todo el torneo- en una emisora -no identificada por la revista- que los azuzó al calificarlos de “pueblo cobarde que no sabe defender sus derechos y se deja pisotear en su propia casa”. Además -siempre según Estadio- al ingresar al Nacional la noche del 1 de abril, se repartieron volantes convocando a una protesta en la Plaza San Martín para el día 2 con el fin de pedir que se anule el partido entre Perú y Brasil.

Uruguay cerró el marcador con este gol de Walter Roque (Recorte: diario La Crónica)

Bajo ese ambiente fue que se encendió la llama de la sinrazón cuando Uruguay triunfó en su último encuentro del torneo, siendo la pésima actitud del jugador Javier Ambrois el detonante de los hechos. La primera señal de lo que iba a pasar se dio a los 33’ al anotar la celeste el primer gol, obra de Luis Campero con golpe de cabeza. Fue entonces que Ambrois se dirigió hacia la tribuna de oriente mostrando su camiseta, acción que encontró una silbatina como respuesta. A esto, el goleador uruguayo retrucó con gestos soeces que no hicieron más que provocar más reclamos, esta vez para pedir su salida de la cancha.

Lo peor llegó a los 40’ luego que Walter Roque empalmó un derechazo que batió al golero Francisco Nitsche y señaló el 2-0. Solo tres minutos después, un aficionado trepó el alambrado y fue directo hacia donde estaba Ambrois -goleador del Sudamericano junto al 'Bocha' Maschio con nueve tantos- en busca de agredirlo, pero la situación pudo ser controlada por la policía. Lo que sí no se pudo contener fue la sucesiva invasión de más espectadores, que buscaron cuanta camiseta celeste había para tratar de impartir su propia ley.

La trifulca en la cancha del estadio Nacional con la policía tratando de controlar a los invasores (Recorte: diario La Crónica)

Con tal panorama, al árbitro austriaco Erwin Hieger no le quedó más opción que suspender el choque, aunque los problemas se trasladaron al vestuario charrúa, donde los jugadores se refugiaron casi hasta la medianoche, cuando finalmente se los pudo escoltar hasta su hotel, previo paso por la sede del Círcolo Sportivo Italiano. Al mismo tiempo, en el campo el equipo chileno era vitoreado por los invasores bajo el grito de ¡Chile!, ¡Chile!, ¡Chile!, todo mientras levantaban en hombros al defensa Rodolfo Almeyda.

Al final el encuentro nunca se reanudó, pues ambas selecciones ya habían previsto el regreso a sus respectivos países un día después y los puntos no iban a alterar el desenlace de un título que ganó Argentina tras golear 3-0 a Brasil el 3 de abril.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica

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