Valeriano López y la selección de Huacho: La suerte del artillero
Durante la extensa carrera de Valeriano López Mendiola en el fútbol pasó de todo: desde hechos reales y comprobados hasta historias que se acomodan mejor en las páginas de un libro sobre mitos futbolísticos. Pero todo ello tuvo un comienzo prácticamente casual, cuando hace 70 años el ‘Tanque de Casma’ formó parte de un equipo huachano que viajó desde su tierra para afrontar un único partido en la capital.
Las postales
Ese día fue el 27 de enero de 1946, fecha en la que Centro Iqueño se enfrentó al ya mencionado combinado en un amistoso para foguear a su nuevo plantel, el mismo que empleó esa temporada al afrontar el campeonato de la Liga de Lima. El encuentro fue el semifondo de un programa que cerraban Sport Boys y Santiago Barranco, cuadros que disputaban su presencia en la máxima categoría.
El choque arrancó a las 13:50 en el viejo Nacional de madera, donde los aficionados que fueron a observar el duelo de fondo terminaron rindiendo aplausos para los de Huacho, que pese a caer 4-3 contra el Iqueño, demostraron estar a la altura del reto. Sin embargo, quien captó la atención de todos fue su delantero centro y autor de las conquistas de su equipo, y que no fue otro más que el mismo Valeriano López.
Luego la historia ya es conocida sobre la rápida acción de los dirigentes de Boys, los que al culminar la jornada se acercaron al goleador nacido en Casma para contratarlo, lo que dio inicio a su particular andar goleador con los rosados y los demás cuadros a los que defendió. Lo que no es conocido es cómo fue que llegó a jugar ese día en Lima, un relato que el mismo Valeriano se encargó de contar por medio del diario La Crónica, cuando en 1974 publicó su biografía.
Según el texto, la noche del sábado 26 de enero se pasó la noche apostando en el local del club Firestone en Huacho -su segundo equipo-, y al amanecer partió rumbo al mercado de la zona en busca de alimento. Fue en ese momento que se encontró con una amistad que le ofreció partir hacia la capital, pues solo contaban con diez jugadores para afrontar el compromiso pactado para esa tarde con el Iqueño. Y así, de pura casualidad, surgió un artillero tan discutido como inolvidable.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica