En 1979, Perú y Chile se enfrentaron en semifinales de Copa América y los mapochinos dieron un duro golpe al orgullo blanquirrojo al vencer en Lima con dos cabezazos de Carlos Caszely, el segundo de los cuales selló el 1-2 a los 76'.
Auspicio Hyosung Perú

 

LIMA, PERÚ, 17 DE OCTUBRE DE 1979. El formato de Copa América con partidos de ida y vuelta vuelve a poner, como en 1975, frente a frente a Perú -campeón vigente- contra Chile en semifinales. Y el capricho del calendario quiere que el primer cotejo entre ambos quede fijado para solo nueve días después de celebrado el centenario del Combate de Angamos. Con gobiernos militares  en ambos países, el clímax es ensalzado al tope, sobre todo en un Perú bastante crecido por su campaña mundialista del año anterior y a la vez envuelto en críticas periodísticas a la gestión del DT José Chiarella Espíritu, nombrado por la FPF como reemplazante de Marcos Calderón.

 

 

En la noche del Nacional, el protagonismo cobra rápido color rojo con un cabezazo de Carlos Caszely, el delantero de Colo-Colo de cabeza redonda, frondosa cabellera y frondoso bigote que se mete en el área entre los centrales peruanos Olaechea y Chumpitaz. Perú logra empatar en el complemento vía Roberto Mosquera, pero apenas 5 minutos después, cuando el reloj marca 76', se produce una jugada increíble: 'Panadero' Díaz, improvisado como lateral izquierdo, comete una innecesaria falta entre el área y el lateral. Manuel Rojas cobra el tiro libre y como una luz, como un fantasma, aparece Caszely corriendo por el medio del área para volver a ganar el vivo a los centrales y peinar el balón a una esquina inatajable para Eusebio Acasuzo. Chile, gracias a su goleador, gana 1-2 y lacera el orgullo peruano.

Las tribunas del estadio Nacional no aceptaron la derrota y los aficionados de populares encendieron fogatas en señal de protesta. Los dardos de la prensa apuntaron al DT Chiarella, enfrentado con varios referentes periodísticos -a los que había desairado al no asistir a un almuerzo organizado por la FPF para limar asperezas, según contaba 'Pocho' Rospigliosi, uno de sus detractores más mordaces- y hasta con Teófilo Cubillas, ausente de la convocatoria. A la semana siguiente, un 0-0 en Santiago sella el debut y despedida de la blanquirroja en el torneo en el que estaba llamado a ratificar su protagonismo, y en el que quedó afuera en una de las formas más dolorosas que su trayectoria en Copa América recuerde, con un verdugo con nombre propio: Caszely, quien esa noche anotó los dos goles que más celebró entre los 29 que marcó a lo largo de sus 49 partidos con 'La Roja'.


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