Juan Seminario contra Perú: La figura del cambio

![]() |
Roberto Gando | @Roberto_Gando Editor |
Cuando el 8 de febrero de 1998 árbitro Alberto Tejada Noriega decidió expulsar a César Cueto en medio de un partido a beneficio, el público no dudó en mostrar su desaprobación a tal medida. Las circunstancias, sin embargo, se encargaron de convertir esa historia en una de las muchas anécdotas que presenta el fútbol peruano, pues Tejada -de buena gana- cedió su lugar en la segunda mitad para permitir el reingreso del ‘Poeta de la Zurda’ y así calmar los ánimos.
Lo que entonces no se recordó fue que en 1962 se había presentado una situación similar, pero con el juez Arturo Yamasaki envuelto en un escándalo mayúsculo junto a Juan Seminario luego de haberlo echado del campo.
Armando el fin
Los 26,210 espectadores que acudieron al estadio Nacional lo hicieron con el único objetivo de ver en acción al ‘Loco’ Seminario, delantero peruano que un mes antes dejó en alto el nombre del país en España, donde con 25 tantos se consagró como el máximo goleador de la temporada 1961/62 con la divisa del Zaragoza.
Poco importaba que en la cancha del Nacional se presentara la selección peruana, que con el brasileño Jaime de Almeyda como entrenador, se alistaba para enfrentar una semana después a Inglaterra en la revancha del histórico 4-1 logrado tres años antes. Poco importaba también en la afición que el rival llegara a Lima tras sufrir cuatro derrotas consecutivas a manos de las selecciones de Argentina (1-0 y 2-0) y Chile (ambas por 2-0), encuentros que formaban parte de la gira sudamericana que emprendió al cuadro maño y cuyo último destino era Perú.
Como ingrediente adicional se tenía la presencia de Guillermo Delgado en la defensa del Zaragoza, club con el que el peruano había firmado contrato por un año el mes anterior. Además, como refuerzo exclusivo para la gira se presentó el golero Antoni Ramallets, quien se había retirado en marzo luego de consagrar su carrera con el Barcelona y la selección española, pero que volvió a la actividad gracias a su amistad con el DT y ex goleador catalán César Rodríguez.
Mañas asociadas
El choque tuvo poco de amistoso durante su desarrollo y ya a los 16’ tuvo su primer gol mediante un penal ejecutado por Seminario. El rendimiento del combinado local distó mucho de lo que se podía esperar, y por más que se probó el arco de Ramallets con sendos remates de Nicolás Nieri y Óscar Montalvo, la mala puntería o la buena respuesta del golero habían impedido la igualdad.
Durante la primera mitad los roces entre ambas escuadras se hicieron notar en cada cruce de Carlos Bravo con Seminario, reaccionando este último con un golpe en la cara luego que a los 31’ recibió una patada del defensa cuando se llevaba el balón. La acción no mereció discusión en la cancha por parte de Arturo Yamasaki, pues de inmediato expulsó a ambos jugadores; pero en las tribunas aquel momento se tomó casi como una provocación, la que creció a medida que pasaban los minutos y no se tomaba en cuenta un pedido generalizado: que reingresara al campo la por entonces mayor figura internacional del medio.
El partido siguió pese a los reclamos que bajaban de las populares y de los cojines lanzados desde los asientos de oriente y occidente. A los 38’ la contienda sufrió una primera suspensión cuando un hincha invadió el terreno de juego, pero lo que pasó cinco minutos después resultó incontrolable: entró otro fanático, pero esta vez seguido por cerca de doscientos espectadores en busca de Yamasaki. El árbitro a duras penas logró evadir la agresión gracias a la ayuda de los jueces de línea y de la policía, dando así por suspendido el compromiso.
Un mundo sin reglas
Contener a un público que se encontraba exaltado se tornó en una situación de riesgo en aquel momento, pero los dirigentes de la Federación Peruana de Fútbol tomaron la decisión de darles el gusto y anunciaron por los altoparlantes del Nacional que el árbitro había revocado su decisión y que para el segundo tiempo tanto Carlos Bravo como Juan Seminario volvían al encuentro.
El último en enterarse de esa medida fue el mismo Yamasaki, quien se negó a aceptar lo planteado, pues ponía en riesgo su carrera, aún más si se tomaba en cuenta que había sido seleccionado por la FIFA para dirigir la Copa del Mundo en Chile que iba a comenzar en la última semana de ese mismo mes.
Para salir del apuro se argumentó que el juez no se encontraba físicamente apto para seguir dirigiendo -incluso se llegó a decir que se le aplicó un calmante-, por lo que se optó por encontrarle un reemplazo y así continuar el amistoso. Fue el línea Héctor Hernández quien terminó conduciendo la segunda mitad, siendo apoyado por sus colegas César Allemant y Walter Ramilla.
Luego de convencer también al cuadro español, que por seguridad se negó a regresar al campo, el complemento sirvió solo para sellar una suerte que ya estaba marcada en contra de la selección: a los 55’ Altalur amplió la cuenta tras asistencia de Seminario; Marcelino marcó el tercero con un zurdazo en 69’; y a los 81’ el mismo Seminario anotó el cuarto sobre la valla de un sacrificado Dimas Zegarra. La agonía peruana acabó recién a falta de dos minutos, momento en el que Hugo Lobatón venció a Ramallets, cerrando así una goleada humillante y sin atenuantes.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diarios La Crónica y La Prensa

