Los ricos también lloran

Su último título en el Brasileirao fue en el ya lejano 1994 -con Rivaldo, Roberto Carlos, Edmundo, Zinho, Flavio Conceição y César Sampaio como figuras-, pero los hinchas del Palmeiras igual inflan el pecho de orgullo por ser los más ganadores del torneo (aunque Santos ya igualó su marca de ocho coronas). Y si bien se suponía que este año les traería motivos para celebrar -el 26 de agosto cumplieron 100 años-, su presente es bastante oscuro. Indigno para su rica historia.
Brasil es un país que no perdona nada a nadie: no vale pestañear. Los ricos muchas veces lloraron. Así, un grande como Vasco da Gama actualmente está en la Serie B (como lo estuvo el propio Palmeiras el año pasado, y también en 2003). Y lo mismo padecieron otros gigantes como Fluminense (1997), Botafogo (2002, y nuevamente está comprometido con bajar), Gremio (2004) o Corinthians (2007). Nadie tiene la categoría comprada.
La tierra del nunca jamás
¿Por qué sucede esto? Para empezar, el Brasileirao es el único torneo del mundo en el que pueden jugar 12 equipos grandes (si todos coinciden en Primera, ver cuadro). Para colmo, el resto de clubes responde, tanto en el campeonato local como en el internacional: Sao Cateano y Atlético Paranaense han llegado a la final de la Copa Libertadores, Goiás y Ponte Preta estuvieron a un paso de ganar la Sudamericana, y Centro Sportivo Alagoano peleó hasta el final por la Copa Conmebol. El Brasileirao, por lo mismo, es un campeonato muy competitivo: cualquiera le gana a cualquiera. No se respetan las jerarquías: jamás se puede dar por descontada una victoria antes de tiempo.
Además, se debe hablar del mal manejo económico e institucional que sufrieron algunos grandes, como Palmeiras. En 2002, año previo a su primer descenso, la crisis empezó a hacerse evidente: hasta el psicólogo o masajista del club renunciaron por falta de dinero. Era inminente que, tarde o temprano, todo terminaría de la peor manera. Sobre todo porque los dirigentes, en su desesperación por armar buenos planteles que tranquilicen a los hinchas, empeoraron las cosas. En 2010, por ejemplo, repatriaron a Jorge Valdivia del Al-Ain de Emiratos Árabes por US$7.5 millones. Pero al no poder pagar las cuotas a tiempo, la transferencia llegó a costar, con el paso de los días y meses, hasta US$20 millones. Y, encima, el equipo no obtuvo ningún logro deportivo. Un autogol tremendo.
El Perú es testigo de que el ‘Verdao’, futbolísticamente, ya no era ningún cuco desde hace un buen tiempo. Sport Áncash lo enfrentó en los octavos de final de la Copa Sudamericana 2008 y le dio pelea: empataron 0-0 en el Nacional, y Palmeiras ganó 1-0 en Sao Paulo, con un agónico gol de Jumar a los 89’. Más recientes son los choques ante Cristal, en la fase de grupos de la Copa Libertadores 2013: los brasileños ganaron 2-1 de locales, y los celestes vencieron 1-0 en el Callao. Y si bien el equipo italiano -como es apodado- avanzó a octavos de final, estaba muy lejos de acercarse a aquel equipazo de Scolari que salió campeón de América en 1999, con Marcos, ‘Chiqui’ Arce, César Sampaio, Álex, Evair y Paulo Nunes como figuras.
La dura realidad
El último domingo Palmeiras pasó, quizá, la peor verguenza del año al caer 6-0 en su visita al Goiás. Con eso, descendió momentáneamente al último lugar. Y si bien el jueves derrotó por 2-0 al Vitória, sigue en la zona de descenso. Lucio es su capitán y referente, aunque el 'Verdao' tiene a otros pesos pesados como el ‘Mago’ Valdivia, los argentinos Fernando Tobio, Pablo Mouche y Jonathan Cristaldo, el brasileño Bernardo o los uruguayos Mauricio Victorino y Sebastián Eguren. Pero ni con todos esos nombres encuentra el rumbo: va de mal en peor.
Dorival Júnior le tomó la posta al 'Tigre' Ricardo Gareca (3 triunfos, 2 empates y 10 derrotas en su breve experiencia paulista), y la situación no mejoró. Quizá hasta empeoró: el bus del plantel fue apedreado esta semana por sus propios hinchas, que exigen la salida del presidente Paulo Nobre. Hay mucho nerviosismo, y ya se teme lo peor.
Ojo, quedan aún 14 fechas y nada está sentenciado: solo está claro que Palmeiras no celebrará en su centenario. Igual, salvarse del descenso no puede ser festejado por el que supo ser un equipo temible en Brasil y Sudamérica: apenas servirá para evitar una catástrofe.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: AFP, Gazeta Press
