Imagen: Peru Evolution Soccer

 

Primera victoria de Cienciano en el Clausura frente a un rival que le trae malos recuerdos y mucha rivalidad reciente: Sport Áncash. El paraguayo Eugenio Peralta resultó siendo otro delantero que debutó con gol esta jornada y con golpe de cabeza anotó el tanto decisivo para el 2-1 final.

 

 

Diversos capítulos distancian a los dos equipos que juegan en ciudades de mayor altitud en el fútbol peruano. La historia comenzó en agosto de 2005 en el Garcilaso de La Vega, por la fecha 2 del Clausura de aquella temporada. Su protagonista fue el boliviano José Martín Menacho, quien a falta de 5’ para el final del partido entre cusqueños y huaracinos dio la victoria a estos últimos con golpe de cabeza y con ello cortó una racha de 31 partidos sin derrotas en casa de Cienciano. Pero más que la pérdida del registro, lo que jamás perdonó la afición cusqueña fue el extenso festejo del altiplánico: se metió al camarín haciendo señas de que el partido había terminado, para luego regresar al centro de la cancha y hacer la simulación de dispararse con dos pistolas en ademán de locura. Clara provocación al equipo presidido por Juvenal Silva, quien quedó tan resentido con esta acción que cuando en el último Apertura Ramón Rodríguez, jugando para el Total Clean, ensayó una celebración similar, desató las peores reacciones en el presidente rojo, quien anunció que el Ratón -hoy figura en Municipal- jamás volverá a jugar por el cuadro de su ciudad natal mientras él esté a la cabeza.

 

 

El controversial José Martín Menacho (Foto: El Gráfico Perú)

 

 

Los roces entre rojos y verdes no quedaron allí. Un nuevo protagonista de ellos fue el hoy volante del Atlético Minero Franco Mendoza, quien para el Clausura 2006 pretendió ser transferido de Áncash a Cienciano. Habiendo ya arreglado contrato con los rojos y -según versión cusqueña- recibido un adelanto por ello, José Mallqui, mandamás del Áncash, prohibió su partida. En esa época, la relación entre Mallqui y Juvenal Silva era irreconciliable; irónicamente, hoy ellos son quienes hacen irreconciliable su presencia con la afición peruana.

 

Esta vez, el choque entre ambos conjuntos transcurrió de ida y vuelta, con innumerables fallos en los pases, y jugadores que no encontraban su posición. Tras un tiro libre de Guillermo Guizasola, un rebote en el capitán ancashino Rafael Villanueva introdujo el balón en el arco de Pablo Pérez. Inesperado gol para el equipo del Pepe Basualdo. Luego, los cambios marcaron la pauta del partido: el ex seleccionado Sub-20 Orlando Allende era el mejor de la visita, pero sorpresivamente fue cambiado antes del descanso por Juan Carrillo. Precisamente, una jugada del Drogba de Los Andes, al más puro estilo brasileño, dejó sin cintura a un impávido César Ccahuantico y terminó dentro del arco rojo tras un nuevo rebote, esta vez en Villamarín. Minutos después ingresó el paraguayo Eugenio Peralta, reciente contratación de Cienciano, quien se mostró movedizo y así, tras un centro de la Rana Huertas, decretó el 2-1 con un gran cabezazo a la derecha de Pérez.

 

 

Guizasola abrió el marcador al servir un tiro libre que rebotó en Villanueva (Imagen:Peru Evolution Soccer)

 

 

El mencionado paraguayo Peralta, escribió una nueva página en su historia que se asemeja cada vez más a la de otro compatriota suyo, también delantero y llegado para el Clausura: el aliancista Juan Ignacio Acosta. Y no solo por compartir un mismo apellido materno (Cabrera) y haber debutado ambos en la fecha 3 del Clausura con goles para sus respectivos equipos, sino principalmente por haber desarrollado su carrera en Argentina: jugó en All Boys, en el Nacional B; también jugó en Primera B en Argentino de Merlo, Tigre y -su último club antes de arribar al Cusco- Defensores de Belgrano, y en Primera C por el Deportivo Paraguayo, del barrio bonaerense de Barracas.También vistió los colores del Sud América de la Segunda División uruguaya en las temporadas 2001 y 2002. En pleno oleaje de los colombianos, ¿habrá llegado la hora de los paraguayos en el fútbol local? Por lo pronto, el tercer centrodelantero guaraní del fútbol local, Richar Estigarribia, anduvo con poca fortuna en el Garcilaso, aunque al cabo de los ’90 haya quedado la impresión de que Áncash pudo merecer mejor suerte.


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