Esta vez lo dejaron pasar
Un Sporting Cristal desesperado, al borde de la resignación y con el respirador artificial instalado se dio el lujo de despojarse del equipo que pudo ser juez y verdugo en una sola semana: el José Gálvez de Chimbote, que de la mano de un pletórico Sotil pudo liquidar el partido en el San Martín. El agónico 3-2 a favor de los cerveceros anuncia que hay pelea por la punta para rato.
Chalacas de Vista: Pescados capitales chimbotanos
¿Cristal ya había vencido 3-2 a un club chimbotano en el San Martín?
Fotos: Abelardo Delgado / DeChalaca.com
José Gálvez ha perdido tres puntos frente a Sporting Cristal. Es así de tajante, y al reflejo de sus jugadas. Tal y como sucedió cuando Johan Sotil dibujó como quiso al recién ingresado Mesarina, superó en el pique corto a Ramos y fue derribado por este en el área. Entonces, el remate desde el punto penal que nació en los pies de Juan Iriarte fue desviado, por lo que la acción del ‘Cholito’ solo sumó para el espectáculo, tal y como sucedió con lo que fue “su” partido. Hecho que ha permitido que, una vez más, el cuadro rimense gane un partido jugando mal, tal y como dijo Juan Carlos Oblitas a mitad de semana después de vencer a la Universidad San Martín.
ALIADOS DE VÉRTIGO
El equipo chimbotano hoy es garantía de espectáculo allí donde vaya, y es que de entrada jamás va a esperar al rival. Los de Castillo van por más que solo por un empate, y la velocidad es su aliada. Esto, en el resumen de los 90 minutos, quedó más que claro, por lo que aun temprano, ya un avance del delantero argentino Claudio Velázquez -superó a tres adversarios- marcó la pauta en lucha, por lo que Sporting Cristal también tendría que responder inmediatamente.
En esta oportunidad el mayor aporte del goleador Miguel Ximénez pasó únicamente por llevarse todas las marcas a los 13’ de la primera mitad, cuando Wenceslao Fernández sacó un centro al corazón del área buscándolo. Y aunque el ‘Chino’ no llegó, los defensores que se fueron con él tampoco; pero sí lo hizo Roberto Palacios para que con un zurdazo rompa el bombo y el primero de la tarde.
Aun así,
Sotil y compañía no esperaron mucho, por lo que minutos más tarde el ‘Cholito’ sacó
un centro desde la izquierda que alcanzó a ser pivoteado por Velázquez y permitió
que Meza Cuadra de cabeza encontrara el empate transitorio. Era un golpe a
golpe, como les ocurrió a los chimbotanos el fin de semana pasado frente a
Universitario.
NO HAY PERDÓN PORTUARIO
No hay justificación para que después de realizar un excelente partido, en el que se aprovecharon todos los espacios que dejó el contrario, se pueda perderlo en un par de minutos. Y es que tanto Juan Iriarte como Johan Sotil se dieron un festín con el sistema defensivo celeste (Razotti, Fernández, Villalta, Ramos, Hernández), y habiendo encontrado el apoyo necesario en sus atacantes alcanzaron un lapso de dominio absoluto que encontró el pecado de no ser total.
Aún se
encuentra tatuado sobre el césped del campo cervecero la escapada de Iriarte tras
el lanzamiento de Chacón; el cómo se sacó al arquero Heredia; también la
combinación con Sotil para que tras la devolución de este, el ‘8’ galvista finiquitara
el gol con un simple toque, y despegara el grito a brazos abiertos. Grito que
nunca se podría prolongar.
Y es que ha
parecido ser solo la cuestión de un trámite el hecho que el marcador haya sido volteado.
Primero porque preso del fantasma de la derrota con Universtario una semana
atrás el equipo norteño se replegó como si así estuviera más seguro, 
aun marcando
mal, y con nervios ya que se excedió en las faltas, principal arma de Sporting
Cristal.
Fue entonces cuando los de Juan Carlos Oblitas no perdonaron, primero con un tiro libre al área de Renzo Sheput que alcanzó a ser conectado de cabeza por Miguel Villalta a falta de dos minutos para el final. Y justamente solo dos después, una nueva oportunidad fue obsequiada en lazo y con tiro libre directo -desde una posición similar desde la que Carlos Lobatón también marcó a Melgar en la primera jornada- que significó el 3-2 definitivo con grito de golazo por todo el Extremo Celeste.
No ha sido la mejor presentación para los bajopontinos. Sobre todo, jugando en casa son conscientes de que, como se dieron las cosas, no debieron ganar. Pero la teoría es clara: para ser campeón solo hay que lograrlo, y a la memoria la mayoría de las veces no le importa cómo.
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