Foto: AFPSan Lorenzo hizo lo estricto para imponerse por 2-0 a una diezmada Universidad de Chile, que presentó un equipo muy joven y sin la contundencia necesaria para amenazar la llave. Di Santo y Ángel Romero resolvieron el pleito para el 'Ciclón'.
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Jimmy Balarezo | @jbalarezo_
Redactor

Diego Dabove tomó las riendas de San Lorenzo de Almagro el pasado enero para reemplazar a Mariano Soso, y si bien hubo críticas a su llegada, al menos existía la esperanza de que el 'Ciclón' adoptara una filosofía de juego más atractiva Tras un mal arranque que incluyó un par de derrotas en la Copa de la Liga argentina, ciertas cosas parecen haberse replanteado para bien.

Para empezar, el extécnico de Argentinos Juniors cambió un par de nombres. Introdujo al juvenil Marcelo Herrera al lateral derecho, y además apostó por Ángel Romero como un segundo punta con mucha intervención en el juego, pero también en la presión sin balón; además, sobre todo, entendió que tener la pelota no era necesariamente el único camino para dominar el juego. Así sucedió en la vuelta de la fase 2 de la Libertadores y así se metió a la cartera su primer triunfo a cargo del equipo.

Cierto es que la Universidad de Chile llegó al partido en el 'Nuevo Gasómetro' con un plantel muy disminuido por motivos sanitarios y tuvo que presentar una muy joven escuadra a tratar de amenazar la llave, pero una cosa no quita la otra. San Lorenzo pegó temprano, entendió los tiempos del partido y luego defendió muy bien ante un ataque conformado por Ángelo Henríquez y Joaquín Larrivey que sí que tenía cómo amenazar el fondo azulgrana, pero que estuvo oportunamente controlado.

Ángel Romero, con todas las polémicas encima que se quiera, es insustituible en este San Lorenzo. Acá celebra su tanto. (Foto: AFP)  

Esa dinámica de esperar para contragolpear, considerando que ya estaba arriba en el marcador, le funcionó a la perfección a San Lorenzo: el rival trataba de vulnerar la defensa del 'Cuervo' a partir de la posesión, pero era bloqueado por la buena labor de la línea de cuatro local. Además, la pareja de mediocentros del cuadro de Boedo, formada por Diego Rodríguez y Jalil Elías, ejecutó con precisión el trabajo de transición de defensa al ataque.

Así, el cuadro local empezó a sugerir que de contragolpe podría hacer más daño aún. Dicho y hecho: con una rápida sucesión de pases se desubicó a la defensa chilena, que esperaba por un fuera de juego, para que Juan Ramírez sirviera a un inspirado Ángel Romero. El paraguayo, a la carrera desde la zona de generación, apareció solo frente a Fernando de Paul y sutilmente selló el 2-0 que definió el partido y la eliminatoria. Fue un triunfo seguro del cuadro azulgrana, que sin haber sido holgado dejó la sensación de ser muy superior a un rival que a priori podría haber complicado más, y que ahora le permite toparse con el Santos de Ariel Holan en un duelo que pinta atractivo.

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