B para creer

El hombre de los lentes ahumados era Juan José Tan. Tenía amplia experiencia en la preparación física y era el entrenador de la selección que disputó la Copa América de 1983. Perú cayó en el Grupo 3, junto a Bolivia y Colombia, que recibían a sus rivales en las respectivas alturas paceñas y bogotanas. Luego de debutar con triunfo (1-0) en Lima sobre los cafeteros, la primera misión a domicilio fue La Paz: el domingo 21 de agosto de 1983, Bolivia nos recibió en el Hernando Siles.
Altura domesticada
Como ocurrirá en el choque del viernes 12, Perú no contó con sus estrellas internacionales; no, como ahora, por razones de planificación, sino por la dificultad que implicaba repatriar a los futbolistas que militaban en el extranjero. La reglamentación era difusa y las fechas FIFA, virtualmente inexistentes. Para la Copa América, Perú tuvo que prescindir de Julio César Uribe (Cagliari), Gerónimo Barbadillo (Avellino), Juan Carlos Oblitas (Seresien), César Cueto (Atlético Nacional) y Guillermo La Rosa (Atlético Nacional), y armó un plantel con figuras del campeonato local.
Lo que sí estudió Juan José Tan fue la incorporación de tres elementos de altura: en aquel Descentralizado de 1983, FBC Melgar (en un equivalente del actual Real Garcilaso) peleaba el liderazgo del torneo con Sporting Cristal y Deportivo Municipal. Tan echó mano de tres futbolistas rojinegros: fueron convocados el lateral derecho Jorge ‘Billarista’ Ramírez, el zaguero José Aguayo (quien jugó como lateral izquierdo) y el delantero Genaro Neyra.
No nos hicieron el avión
Para aquel duelo en La Paz, Perú no recurrió a una aclimatación prolongada en Cusco, como la actual o la de los partidos eliminatorios de 1989 (derrota 2-1) y 1996 (empate 0-0). El calendario no lo permitió, pues cinco días antes, el miércoles 17 de agosto, tuvo que recibir a Colombia en Lima.
La llegada a territorio boliviano fue en la víspera, en un vuelo muy accidentado, que se retrasó por una llamada al aeropuerto Jorge Chávez: una voz anónima afirmó que una bomba había sido ‘sembrada’ en uno de los maletines de los jugadores. Tuvo que realizarse una inspección meticulosa a todo el equipaje de la delegación y no se encontró nada. Cuando el vuelo despegó, una segunda llamada alertó que el explosivo había sido colocado en el techo del avión. Este tuvo que hacer escala en el aeropuerto de La Joya (Arequipa) para examinar la zona; tampoco hallaron nada.
‘Chevo’ que sabe
37,738 espectadores acudieron esa tarde al estadio Hernando Siles; entre ellos se encontraba el ex arquero y por entonces entrenador de Colombia, Efraín ‘Caimán’ Sánchez, tomando apuntes sobre el desempeño de Perú en la altura (una semana después, Perú visitó Bogotá y consiguió un empate 2-2). Los jugadores peruanos se quejaron por la hostilidad del público paceño, que les arrojó cáscaras de fruta mientras calentaban.
Tan formó con un 4-cuadrado-2, bastante conservador para la época. Perú alineó con Eusebio Acasuzo en al arco; Jorge Ramírez, Jaime Duarte (trasladado a la zaga central), Pedro Requena y José Aguayo en defensa; José Velásquez y Pedro ‘La Bruja’ Bonelli como dupla de contención; Germán Leguía y ‘El Flaco’ Eduardo Malásquez como dupla creativa; el ataque lo pilotearon Genaro Neyra y Franco Enrique Navarro.
Pese a que fueron titulares en encuentros previos y posteriores, por razones estratégicas, no fueron considerados para este partido Rubén ‘Panadero’ Díaz, Roberto ‘Cucurucho’ Rojas, ‘Lucho’ Reyna, Eduardo Rey Muñoz y Juan Caballero.
Bolivia, como es lógico, tuvo la iniciativa del juego. Las figuras de su plantel eran Ovidio Meza y Erwin Romero, así como la joven promesa Milton Melgar. En los primeros minutos, Duarte y Aguayo lucieron algo desacomodados. Los altiplánicos tuvieron muchas opciones de gol: dos disparos de Édgar Castillo, un cabezazo de Rolando Coimbra, un taponazo al palo de Silvio Edmundo Rojas y un remate a quemarropa de Meza. Pero hubo una figura excluyente esa tarde: si en Santiago en 1985 tuvo su tarde nefasta, la de agosto de 1983 en La Paz quizá haya sido la mejor de Eusebio Acasuzo como arquero de Perú.
A tocar el cielo
El partido no fue televisado, por supuestas fallas en el satélite. Otras versiones, sin embargo, indicaron que el canal peruano fue prohibido de captar las imágenes porque, una semana antes, había transmitido el Bolivia-Colombia sin estar autorizado.
Las crónicas, sin embargo, destacan que Acasuzo estuvo notable. El gol boliviano llegó después de mucha insistencia: a los 66’, un violento y esquinado zapatazo de Romero, desde fuera del área, dejó sin chance al ‘Chevo’.
Tan reaccionó con dos variantes que dieron resultados: a los 70’, José Casanova sustituyó a Duarte; a los 76’, Luis Alberto ‘Cucaracha’ Mora entró por Leguía, el más extenuado del once titular. Perú se lanzó con todo al ataque.
El milagro llegó a un minuto del final, a los 89’: Velásquez, que esa tarde fue el capitán, subió a pelear un balón, cedió para Mora que se proyectó y llegó a sacar un centro: el balón llegó para Franco Navarro, quien conectó de cabeza y decretó el 1-1. Por entonces, el narrador de Ovación, Elejalder Godos, popularizó un acompañamiento para gritar sus goles: “Franco, franco, franco que fue Franco Navarro”.
La franqueza nos obliga a reconocer que este fue un buen recuerdo, como el del ’96, pero que ahora debemos aspirar a subir a una altura mayor: a la altura de una primera victoria histórica en La Paz.
Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.com
Recortes: revista Ovación

Aguayo y Duarte Jugaron bien,contribuyeron para un buen resultado,en la altura si la defensa no juega bien tiene pocas chancEs dE sacar un buen resultado,Duarte salio por lesion y Leguia por que se agoto
Lo de Markarian es realmente una APUESTA... Ojala de resultados, ojala que estos jugadores den talla... Estoy seguro que el Mago los ha preparado bien tacticamente, esperemos que lo demuestren en la cancha... Peru tiene que tener mucho orden... Tenemos que acabar con ese mal endemico de que nos hagan goles al empezar los partidos... La concentracion es primordial, los primeros 20 minutos son claves.