Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl ya descendido Walter Ormeño dio una lección de amor propio al remar de atrás para superar 2-1 a Willy Serrato en Mala. Con ello, los lambayecanos se quedaron prácticamente sin chances de alcanzar el título de la Segunda 2014.

El partido fue..

EMOTIVO. Aunque la suerte de Walter Ormeño ya estaba echada, esta tarde los cañetanos lucharon todo el partido y dieron una gran muestra de entrega total. Y es que pese al dominio territorial y la mayor posesión de la que gozó Willy Serrato en el arranque, tramo en el que se pusieron adelante vía penal, los de casa vinieron de atrás en base a empuje colectivo. Y en esa reacción alba no hubo excusas, como la temprana expulsión de Zevallos o las claras limitaciones técnicas. Remontó la historia con amor propio y apostando al buen pie en ataque. Una combinación que dejó con las manos vacías al conjunto lambayecano, que con esta caída le dijo adiós al sueño de lograr el título de la Segunda 2014. ¿Y para Ormeño? Este triunfo, aunque no remediará su descenso, le permite ir bosquejando la columna vertebral para el próximo año. ¿Cómo así? Es que los imperialinos mantendrán a Gustavo Rivas como DT y quieren retener a la mayoría de jugadores de este plantel. Si llegan a concretar esa idea, desde ahora, son candidatos en la Copa Perú 2015.

Las Fotos

El Capo: Anderson Mineiro

El atacante brasileño, que retornó al club hace tres fechas, demostró que el elenco cañetano dio mucha ventaja prescindiendo de su gambeta y velocidad en casi la mitad de este torneo. Hoy tuvo a mal traer a la zaga rival con cada incursión en territorio lambayecano y, como prueba de ello, tuvo participación directa en los dos goles de su escuadra. Y el plus para redondear una formidable actuación fue que se echó el equipo al hombro en el complemento, cuando ya jugaban con 10 hombres. Corrió, metió, aguantó y se fue sustituido a poco del final, totalmente extenuado pero habiendo dejado el corazón en la cancha. Y como el cuadro albo jugará el siguiente año en la Copa Perú, torneo donde no se permite la participación de extranjeros, su nombre podría figurar en la agenda de algunos clubes de Primera y Segunda para la próxima temporada.

La Pizarra

Gustavo Rivas diseñó un 4-2-3-1 para esta oportunidad y el engranaje colectivo cañetano siguió teniendo un semblante sólido, como lo ha sido desde su llegada al club. Taboada y Sánchez fueron garantía de ida y vuelta por los flancos, teniendo en Mineiro y Mayurí a dos socios ideales para las jugadas asociativas. Lo de Rey en punta estuvo caracterizado por el sacrificio y por el generoso despliegue en todo el frente de ataque. Para resaltar también la labor de Pool Espinoza, quien hoy fue un verdadero todoterreno en la medular alba: recuperó innumerables balones y se dio tiempo para pisar el área rival con permanente peligro. Los ingresos de López, Gonzales y Vilca sirvieron para refrescar todas las líneas del equipo, reforzando la vocación defensiva para proteger el 2-1 en inferioridad numérica.

Por su parte, Jesús Oropesa optó por un 3-4-3 donde trató de dejar en claro que llegaba al Sur Chico en busca del triunfo desde el principio. Y de hecho, la vocación ofensiva de ese dibujo táctico le dio frutos en el arranque porque los lambayecanos dominaron en ese tramo gracias al despliegue de Amat y Bustinza, quienes secundaban al tridente conformado por Caldas, Talaviña y Fernández. Sin embargo, después de la primera media hora de juego, los olmanos perdieron la iniciativa y cedieron la hegemonía en las zonas de influencia. Allí fue cuando perdieron equilibrio entre líneas y dejaron expuesta a la última línea, donde Silva, Enríquez y Gómez casi siempre quedaron mano a mano con los delanteros locales. Licencias que su rival no desaprovechó y que cuando el cuadro celeste trató de volver a engancharse con el trámite, ya era demasiado tarde.

Kazuki Ito: Augusto Menéndez

No fue la mejor tarde de la cuarteta arbitral en el Municipal de Mala. Desde temprano, el partido se le fue de las manos a Menéndez y sus asistentes. Y es que lo friccionado del trámite mereció un mejor manejo por parte de los hombres de negro. Nueve amarillas y una roja fueron el balance de un arbitraje que no alcanzó la nota aprobatoria porque actuó con severidad en algunas acciones, como en la expulsión a Zevallos, y que dejó pasar por alto otras entradas más fuertes en el periodo complementario.

Foto: Los Leones Blancos


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La ficha del Ormeño - Willy Serrato
 

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