Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEn una sola tarde Ayacucho revirtió su presente. No solo ganó por primera vez en casa; goleó y vio a Mario Villasantti igualar el registro de segundo máximo arquero goleador en Primera División. La temprana expulsión de Ampuero tuvo mucho que ver con el 3-0 recibido por San Martín.
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    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

El puño en alto y el guante cerrado en señal de victoria, casi como un rezago de aquellos días en que el Ciudad de Cumaná era un fortín inexpugnable y temido por los visitantes de turno. Mario Villasantti es, junto a Henry Colán, el único sobreviviente de esa época no tan lejana pero que en la ciudad de las iglesias se añora como ese pasado glorioso que alguna vez fue. Por eso, su emotiva celebración tras cerrar vía penal el 3-0 sobre San Martín no obedecía solo a su perfecta conciencia del récord que estaba logrando -igualar a Miguel Ego Aguirre como segundo máximo arquero goleador en Primera División-: también era una mezcla de rabia contenida, ansiedad, añoranza y esperanza de tiempos mejores en Ayacucho.

Suele hablarse de goleadas así como aquellas remarcadas con la letra "g" inicial. Pero lo cierto es que en este 3-0 el equipo de Francisco Melgar ganó y goleó, sin llegar a gustar en el camino. Es una tarea pendiente, sin duda, pero el alivio de retomar contundencia es grande para los zorros. Plantearon el partido para jugarlo con un esquema raro pero ofensivo: un cuadrado al medio -planteamiento cada vez en mayor desuso en el fútbol peruano- que buscaba explotar el fútbol conjunto de dos hombres con talento y exquisitez cuando están en su día como Jairsinho Gonzales e Israel Kahn. Y arriba, dejaron a Carlos Orejuela y Marcos Pirchio en antigua función de "punteros - punteros", como habría dicho el maestro 'Vides' Mosquera, todo lo pegados a la raya que fuera posible.

Este esquema cuasi retro tuvo vía libre para comenzar a demoler la resistencia santa a partir de la jugada que determinó el curso del partido: la expulsión de Álvaro Ampuero a los 19' por jalonear en el borde del área a un Orejuela mañoso que se buscó el foul cuando se iba rumbo al gol. A partir de la desventaja numérica, Orlando Lavalle se vio obligado a recomponer piezas: desplazó a Ramiro Ríos al lateral izquierdo y debió retroceder a Luis Enrique Álvarez, con lo que Jesús Chávez se vio obligado a retroceder a primera línea y también debieron replegarse los aleros Jairo Vélez y Ramiro Cáseres, lo que decididamente limitó sus chances de desborde y desequilibrio -las principales armas ofensivas con que cuenta el cuadro albo este año-.

Jairsinho Gonzales fue una de las piezas más peligrosas en el ataque del Ayacucho FC ante la San Martín. (Foto: prensa Ayacucho FC) 

En ese tablero reacomodado, el Ayacucho del 'Churre' Melgar no fue insistente ni acosador; solo taladró al rival, a la usanza del viejo Inti Gas, al punto de agotarlo hasta que el gol cayera por su propio peso. En realidad, no obstante, llegó a través del peso de una cuota de talento: la de Kahn para prolongar su racha anotadora y pegarle con perfección a un tiro libre al filo del descanso. La pinturita del volante se complementó luego con un tanto más guerrero pero también muy celebrado: el del argentino Pirchio y su peculiar dorsal '99' estirándose en tijera en el nivel del suelo para fusilar a Ricardo Farro a poco del reinicio de las acciones.

Lo demás fue degeneración pura de una San Martín abatida -y cansada por jugar con diez- y un Ayacucho que, metódico y paciente, siguió apelando a insistir de manera pareja y sin dilapidar oxígeno. Entró Paolo Joya para reacomodar el medio y también lo hizo luego el colombiano Fabián González para otorgar un poco de entusiasmo al ataque con desbordes y gambetas. Así se generó el penal que tanto gritó Villasantti y que celebró también a rabiar, con infantil ternura, un grupo de niños apostado en Occidente del Ciudad de Cumaná al son de un coro: "Ojo, pestaña y ceja, Ayacucho no se deja". En un contexto de violencia y humanidad inservible alrededor de tantos estadios, resulta muy tonificante y sano escuchar cánticos así en un partido profesional, tanto como volver a ver ganar en casa a un club que siempre fue competitivo en ella.

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Fotos: prensa Ayacucho FC


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La ficha del Ayacucho 3 - San Martín 0

 

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