Imagen: Peru Evolution Soccer

El Ciego Oblitas todavía no la ve. Sport Áncash venció por 3-1 a Sporting Cristal, en un partido en el cual no existió mayores diferencias entre el juego de ambos conjuntos, pero en el que ciertas jugadas decisivas -un autogol de Fassi incluido- terminaron haciendo celebrar a los verdes y sufrir a los celestes.  

Poco o nada le sirvió al equipo cervecero viajar en vuelo chárter a Huaraz para no sentir los efectos de la altura: las circunstancias del partido produjeron que sea un mal día para Cristal. De hecho, el club rimense no gana en altitud desde que derrotó a Melgar 0-2 en Arequipa por la fecha 22 del Clausura 2005 (goles de Jorge Soto y Henry Quinteros). En Huaraz no triunfa desde la fecha 5 del Apertura del mismo año, cuando derrotó 0-1 al Áncash con gol del ecuatoriano Gustavo Figueroa.


Gol de Jorge Soto ante Melgar en la última victoria de Cristal en altura, el 2005 (Foto: El Gráfico Perú)


En el trámite del partido hubo hechos determinantes para el resultado final. En la primera etapa, Cristal venía haciendo bien las cosas, y tenía más tiempo la pelota con Roberto Palacios y Jorge Soto como distribuidores de pelota para Luis Alberto Bonnet. Rainer Torres parecía un motorcito y de vez en cuando se iba al ataque; Carlos Lobatón, por su parte se encargaba de ayudarlo en la marca, pero mucho más suelto, y en una atrevida decisión ejecutó un disparo desde casi la media cancha, que dio un rebote extraño en el maltratado gramado del Rosas Pampa. El balón sorprendió a Pablo Pérez y se coló en las redes.

Parecía que el conjunto cervecero se iba con el marcador a favor a las duchas, pero el punto de quiebre vino cuando el argentino Ramiro Fassi metió un autogol en el tiempo de descuentos del primer tiempo. Luego de ser criticado por la prensa por su bajo nivel en el Apertura, el zaguero está con la soga al cuello. Y es que el tiempo de adaptación del ex jugador de Rosario Central ya debería rendir sus frutos; la lentitud en sus achiques y las torpezas que comete al momento del juego aéreo, son recurrentes, y cabe decir que tradicionalmente el equipo bajopontino no atina al traer jugadores que se adapten al juego peruano en esa posición.

Haciendo seña, con excepción del 2006, Cristal siempre contrató a un zaguero extranjero para todas las temporadas de esta década. El 2000 y el 2001 los colombianos Juan Sergio ‘Jeringa’ Guzmán y Wbeimar Villegas no dejaron contentos a nadie en tienda rimense. El brasileño Denisson de Souza (Denis), en el 2002, fue uno de los pocos que mostró un poco de categoría;  anotó algunos goles importantes para el título cervecero de aquel año, pero extrañamente no se le renovó contrato. Lo reemplazó el 2003 otro brasileño, Leonardo de Moraes, que fue uno de los peores refuerzos del año en el fútbol peruano. El 2004 arribó el uruguayo Robert Lima, más recordado por su peinado rasta que por dejar una buena impresión. En el 2005 llegó un nuevo colombiano procedente del entonces descendido Deportivo Tuluá, Andrés Mosquera, que tampoco se afianzó. Y este año llegó Fassi, para proseguir la tendencia negativa y cometer algo que ninguno de los antes mencionados hizo durante su paso por Cristal: un autogol.

Acicateada por el empate, en el segundo tiempo la Amenaza Verde terminó por matar a Cristal, ayudado además externamente por un gol validado por Freddy Arellanos cuando Erick Delgado había desviado un cabezazo de Estigarribia sin que el balón traspusiera la línea. El conjunto huaracino basó su estrategia en la velocidad de Juan Carrillo: el Drogba de los Andes arremetía constantemente por las bandas, y por ello dos goles fueron frutos de sus centros. El primero tras un envío suyo que recayó en la cabeza de Fassi para el autogol, y el tercero tras una gambeta que determinó un pase a Cristian Salazar para que defina abajo y cruzado.

 

 

Solo Freddy Arellanos vio gol en el cabezazo de Estigarribia que despejó Delgado (Imagen: Peru Evolution Soccer )


Parecía que la suerte de Cristal estaba echada de antemano. Oblitas deberá seguir bregando para despertar a este conjunto, aunque requerirá algo de suerte para no volver a encajar un autogol. De hecho, hace mucho que un mismo equipo no marcaba dos autogoles consecutivos. La última vez ocurrió en un mismo partido: el protagonista fue FBC Melgar, cuando perdió 3-2 con Juan Aurich en Chiclayo por la fecha 13 del Clausura 1999. El segundo y el tercer gol a favor de los chiclayanos fueron autogoles de Juan Alexis Ubillús y el golero Alejandro Mulet. Algo distinto pero más curioso ocurrió en 1991: Juan Vidales, de Deportivo Municipal, anotó autogoles en dos partidos consecutivos contra Sporting Cristal y Deportivo AELU en las fechas 3 y 4 del II Regional Metropolitano de aquel año. ¿Lo querría hoy el Ciego en su equipo?

 

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