Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comDeChalaca expresa su abierto repudio a la manipulación política del fútbol con intereses personalistas: postergaron la final y así lograron manchar la pelota.

El fútbol peruano vive horas aciagas, una vez más, por lo que ocurre fuera de la cancha y no dentro de ella. Una asquerosa intervención política, con evidentes fines de disuadir la atención de la opinión pública de temas de mayor relevancia nacional, ha generado que la final nacional no pueda disputarse en las fechas establecidas.
DeChalaca, como medio que promueve el culto al fútbol, rechaza de manera abierta y frontal su manipulación y utilización con propósitos ajenos a su triple dimensión de deporte, negocio y espectáculo. No puede haber latrocinio más grande que jugar con la pelota en los escritorios, burlándose de la gente y metiéndole la mano a algo que simboliza una pasión para quienes nos dedicamos en cuerpo y alma a sacar esto adelante.

Como consta en el video adjunto, nosotros hemos hecho el esfuerzo económico, como cada año, de disponer tres enviados especiales a cubrir la final en Chiclayo. No es solo nuestro caso, sino el de varios otros medios y, lo que es peor, de muchos hinchas que se han trasladado hasta esta ciudad para ver un partido. ¿Quién nos reembolsará ese gasto o el tiempo perdido con la familia en un feriado? ¿Algún ministro? ¿O acaso los geniales promotores intelectuales de esta intervención?

La política farandulera se metió en el fútbol. Gracias por nada (Foto: diario La Industria de Chiclayo)

En esta página web hemos tomado la decisión de no mencionar nombres de quienes quieren figurar o ganar notoriedad a partir del fútbol mediante su circense rol en este escándalo, que por otro lado da ya más risa que otra cosa a la opinión pública. Pero sí queremos denunciar de manera abierta nuestro repudio a quienes desde sus roles en medios de comunicación vinculados al fútbol han calentado durante los últimos meses la cabeza del Estado y sus miembros para manipular al fútbol con ideas nocivas y de opinología cuasi terrorista como promover -entre otras acciones- la negación de control policial como medida de presión a la administración del fútbol, con el propósito de inducir así un cambio de autoridades en la Federación Peruana de Fútbol. Promover el empleo de políticas gubernamentales con intereses personalistas es, en cualquier caso, una distorsión de la labor del Estado que solo puede provenir de cerebros retorcidos y carentes de pasión por este juego.

 

 

En el fútbol, hoy, hay muchísima gente -la enorme mayoría- que tiene una voluntad expresa de renovar aires en la FPF y de que Manuel Burga deje su cargo a partir de las elecciones del 18 de diciembre. Habemos muchos que, pese a pensar así, también creemos que eso por arte de magia no solucionará las cosas en el fútbol peruano. Hay otros piensan que para que el fútbol peruano mejore lo primero y más importante es cambiar a Burga; nosotros discrepamos de esa idea, pero respetamos que detrás de ella haya un deseo genuino de mejora. Pero a los que solo quieren sacar a Burga por odio o antipatía personales y les interesa un comino que esto mejore porque su cultura de raje, carroña y negativismo los llevará inequívocamente a seguir haciendo leña cualquier esfuerzo y burlarse de los que sí queremos al fútbol peruano, les expresamos nuestro franco repudio y repulsión. Mientras estén metidos en el fútbol peruano, este seguirá padeciendo de un cancerígeno lastre que conduce a al intento de abortaje de toda intención positiva por mejorarlo. Trabajemos para expulsarlos de la cancha. (EL DIRECTOR)

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
 

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