Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comTras el Decreto de Urgencia promulgado el año pasado para salvar a los clubes deudores, una nueva ley se cocina en el Congreso, la cual servirá como complemento. ¿Cuál es el panorama que se les presentará a estos clubes?

 

Hace un par de meses fue presentado ante el Congreso el proyecto de ley complementaria para la reestructuración económica de la actividad deportiva futbolística, o la ya conocida como “Ley Otárola”. Como su nombre lo indica, lo que busca la norma es complementar al Decreto de Urgencia 010-2012 que emitiera el Ejecutivo el año pasado.

El proyecto tiene varios detalles particulares, pero vamos a tratar de exponer los puntos más importantes y que buscarán responder las preocupaciones que tienen los hinchas a estas alturas.

Los nuevos escenarios

La intención de la ley es que, una vez que la Junta de Acreedores se haya formado y haya recibido el plan de reestructuración por parte de las administraciones temporales, decida ir por lo que el proyecto llama la “reorganización especial”. El objetivo de ésta es que los acreedores puedan formar, con los activos y pasivos del club, una empresa lucrativa que se administrada por quien ellos crean conveniente.

Pero para eso hay un paso previo. Como es sabido, el Estado es el mayor acreedor de casi todos los clubes que se encuentran ahora en Indecopi. El proyecto toma en cuenta que el Estado no puede ser accionista de iniciativas privadas, por lo que para que se constituya esta empresa -que en el proyecto la denominan “Sociedad Receptora”-, el Estado debe vender todas sus acreencias a un tercero interesado en adquirirlas.

 

 

Entonces, la primera figura es: la Junta de Acreedores crea, con los activos y pasivos del club, una empresa privada, siempre y cuando el Estado haya podido deshacerse de todas sus acreencias. Ésta empresa será administrada por quien designe la Junta, que también podrá ser la administración temporal que está en este momento en los clubes.

Este proceso de venta de acreencias del Estado estará a cargo de Proinversión y, como es probable que ocurra, puede que se dé el escenario en que no se pueda deshacer de todas sus acreencias. Para este supuesto el proyecto señala una vía de solución.

Concesión deportiva

Ante el escenario de que el Estado no pueda trasladar sus acreencias a otro privado interesado en adquirirlas, el proyecto contiene la opción de que se dé un proceso de concesión deportiva.

Esta concesión significa que se dé en usufructo todos los bienes, activos y derechos que tiene el club para que en una “concesión deportiva”, un tercero pase a administrar estos bienes. La lógica es la misma que cualquier proceso de concesión que hace el Estado actualmente, es como concesionar una carretera.

 

 

Se debe hacer un concurso entre los interesados, quienes presentarán sus ofertas y la Junta de Acreedores decidirá el ganador. Se entiende que el ganador presentará la mejor oferta, en el sentido que con su concesión podrá generar una mayor rentabilidad para la Junta de Acreedores cobrando un monto bajo por su trabajo. El proyecto permite que la concesión pueda superar los 30 años.

Así, este segundo escenario significa: al no poder deshacerse el Estado de sus acreencias, se descarta la idea de una empresa privada y los bienes del club pasan a ser administrados por un concesionario a un plazo determinado.

Escenario de salvación

Si bien era de esperarse que un proyecto así viera la luz dado que el Decreto de Urgencia dejaba muchos cabos sueltos, es también claro que la situación de algunos clubes apremia en que una ley así salga cuanto antes. El club más comprometido con una potencial liquidación es el Boys, y eso por las razones que ya expusimos antes. Está quedando claro que el cuadro rosado en este momento no es rentable, aunque se ha querido culpar de eso a un mal manejo de la administración temporal. Esto es algo cuestionable, pero en todo caso con este proyecto se podría comprobar, ya con una acción más directa de los acreedores, si es verdad o no. Está claro que tomar la opción de la “reorganización especial” es alargar una potencial liquidación.

Asimismo, el proyecto busca ser el primer paso para que los clubes pasen a ser sociedades anónimas. Sin dudas, las intenciones son buenas, más allá de los cuestionamientos legales y constitucionales que puede haber. Pero es necesaria la participación de todos los vinculados para que las instituciones actuales no terminen por desaparecer. Finalmente, y entendiendo que es un tema difícil de comprender, dejamos abierta la posibilidad de responder todas las preguntas que puedan tener los lectores acerca del proyecto y del futuro de los clubes a la luz de este.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com

Comentarios ( 1)add
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escrito por Richard , May 25, 2013
En el caso del FBC Melgar me parece lo más optimo que sea convertido en una empresa ya que es un club rentable y hay muchos puntos en que se puede reforzar y mejorar.
Cienciano tiene un escenario parecido, quizas los dos clubes que paa el estado no le sera complicado vender sus acciones o partes.
Alianza y universitario seran casos complicados y es posible que se de la concesión.
En cuanto a Boys, la solución más optima es la liquidación y re-fundación para comenzar con bases solidas.
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