Un histórico flash

Si la historia reciente afianza nuestra paternidad sobre Paraguay en Lima, fuera de nuestro territorio, los números contra los guaraníes no son auspiciosos. Del Defensores del Chaco, apenas hemos sacado un empate oficial (1-1 en 2004). Fuera de nuestras fronteras, sin embargo, resalta un único triunfo peruano: ocurrió en Buenos Aires, en el Sudamericano de 1937.
En aquella edición participaron seis selecciones: la anfitriona Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay y Perú. Contó con una gran innovación: fue el primer torneo del continente que registró encuentros nocturnos, con luz artificial. Esto no fue bien recibido por todas las delegaciones: Perú y Chile firmaron una carta conjunta, sosteniendo que esta circunstancia afectaría su rendimiento.
La selección peruana llegó a la capital argentina en diciembre de 1936, con la base que, cuatro meses antes, había disputado los Juegos Olímpicos de Berlín. De los titulares de la Olimpiada, solo fueron excluidos Víctor Guarderas Lavalle y Eulogio García. La expectativa, por ende, era repetir una actuación semejante. Los cuatro primeros encuentros solo trajeron sinsabores: caímos 3-2 contra Brasil (partido en que se lesionó, y quedó marginado del resto del torneo, el arquero Juan ‘Mago’ Valdivieso), 4-2 contra Uruguay y 1-0 ante Argentina; luego, apenas salvamos un empate 2-2 contra los chilenos.
Después de un mes de competencia, Perú debía despedirse ante Paraguay el 24 de enero de 1937. En un encuentro que parecía de mero trámite, a la larga, obtuvimos un resultado que hoy es estadísticamente sustancial.
El técnico Alberto Denegri decidió no incluir a los ídolos históricos contra Paraguay: quedaron fuera del once ‘Lolo’ Fernández y Alejandro ‘Manguera’ Villanueva, al igual que Segundo ‘Titina’ Castillo. Perú alineó con Juan Honores en el arco; Arturo Fernández y Alberto Soria en defensa; Carlos Tovar, Gerardo Arce y Orestes Jordán al medio; José María Lavalle, Pedro Ibáñez, Jorge Alcalde, Andrés Álvarez y José ‘Cholo’ Morales en delantera. Paraguay, bajo la batuta del legendario Manuel Fleitas Solich, arrancó con el portero Aurelio González; Juan Félix Lezcano y Antonio Invernizzi en defensa; Miguel Ortega (quien fue DT en nuestro medio en los años sesenta y setenta), Diego Ayala y Eligio Esquivel en la volante; Alberto Vera, Martín Flor, Juan Simón Arancibia, Amadeo Ortega y Raúl Núñez Velloso en ataque.
El partido se disputó en el estadio Alvear y Tagle, que se ubicaba en el aristocrático barrio de la Recoleta y que fue demolido un año después; fue el penúltimo estadio de River Plate antes del Monumental de Núñez, inaugurado en 1938. Como novedad, este Sudamericano de 1937 fue el primero que permitió variantes durante el partido: en Perú, para el segundo tiempo contra los guaraníes, Adelfo Magallanes ingresó por Ibáñez y Arturo ‘Cañón’ Paredes por Alcalde.
El gol de la victoria llegó a seis minutos del final: lo hizo el ‘Bólido’ Magallanes, pero el tanto no fue grabado por los fotógrafos. Dada la nula experiencia de fotografiar encuentros nocturnos, prácticamente no existen imágenes de los partidos de aquel Sudamericano; del Perú-Paraguay, hasta donde sabemos, no sobrevivió ninguna.
En aquel momento, el 1-0 pareció ser solo una victoria por el honor. Pero, a la larga, significó mucho más. Si en Berlín, en 1936, habíamos conseguido nuestras primeras victorias fuera del país (7-3 sobre Finlandia y 4-2 sobre Austria), en aquel choque en Buenos Aires logramos ganar por primera vez en otro país sudamericano.
Fue, asimismo, la única victoria que hemos alcanzado sobre Paraguay en territorio extranjero. No se conservan imágenes de ella; mañana, 16 de octubre de 2012, aguardamos que los flashes apunten a los que lleven la camiseta de la franja: que sus goles, sus festejos y su alegría queden grabados para siempre. El Defensores del Chaco nos recibe con esta misión histórica.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: libro 'Lolo, Ídolo eterno', Teodoro Salazar Canaval; Recortes: revista El Gráfico
