Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comTras Juan Carlos Oblitas no hay un técnico igualmente identificado con Sporting Cristal como Roberto Mosquera. Nació, creció y se consagró como futbolista y técnico en La Florida. Es quien mejor representa en la actualidad a la historia del cuadro rimense.

No se puede dividir a Roberto Mosquera de Cristal, es como quitarle la infancia y adolescencia a un hombre. La nostalgia, la experiencia y el aprendizaje. La vida misma. Es, por ello, que no importa de la manera en que se dibuje esta final para el técnico de ‘Ciclón’, pues siempre será un encuentro de sentimientos que lo marcarán el resto de su carrera.

La nostalgia maquilla

El título de 2012 fue uno muy al estilo de Cristal. Arrasó con todos. Dominó desde un juego ofensivo aplastador con un once top para el medio. Ese es Sporting Cristal, ese fue el de Roberto Mosquera. El recuerdo hasta enero de 2013 era magnífico para cualquier hincha cervecero y sobre todo para quien dirigió a ese equipo. Pero el recuerdo quizás sea más feliz en unos lustros más.

Sporting Cristal obtuvo el título nacional en 2012 con un estilo muy marcado, bajo la conducción de Roberto Mosquera (Foto: Andina)

Todo tiempo pasado fue mejor según la nostalgia, pero la realidad suele estar divorciada de ella. Mosquera se fue mal de la casa donde creció. Salió y le crearon un Manual del Estilo al lugar que él conocía más que el 90% de personas en el club. ¿Qué estilo quería Cristal sin Mosquera? Sabe a excusa hasta el día de hoy, al igual que unos malos resultados a una propuesta y un trabajo que habían hecho méritos suficientes para recibir la confianza necesaria.

Entonces, a mediados de 2012, Universitario contaba con un técnico que no completaba más de un semestre y no convencía, pero respaldó un proceso tras aquella goleada recibida por Cristal. Mientras tanto, el cuadro campeón de 2012, de cabo a rabo y de manera impecable, dejó ir a su técnico tras recibir el vuelto del cuadro crema. ¿Cómo te sientes si en la casa del vecino cuidan a un ‘desconocido’ más que a ti en tu casa?

El regreso

Antes de la llegada de Mosquera, Aurich era un equipo sin identidad. Sin compromiso para seguir una idea y sin convicción para levantar al equipo del fondo. Llegó Mosquera desde la ventana de su hogar anterior y entró por la puerta trasera del ‘Ciclón’ para ordenar la casa por dentro: comprometer un grupo. Clave para buscar resultados.

Roberto Mosquera demoró en encontrar el equipo para el Aurich. Ahora, está frente a otra final nacional, nada menos que ante los rimenses (Foto: diario La Industria de Chiclayo)

Desde que llegó a Chiclayo, Roberto Mosquera ha hecho de cero a este Aurich. Le ha trasladado su esencia para generar un aspecto común en el colectivo. Un fútbol que no se trabaja para ser estético, pero lo es. Con libertad ofensiva, motivado por el ataque y la defensa a partir del cuidado del balón. Un cuadro solidario desde la posesión y que prefiere condicionar.

Es entonces una final de propuestas con distintos matices pero con una actitud idéntica. La valentía desde salir a jugar y hacer frente al rival. Mosquera, pues, tiene que encarar con riesgo a un equipo que está en su latitud. El resultado, positivo o negativo, no va a garantizar una contentura absoluta inmediata, pero sí una satisfacción que se trasladará en el tiempo para el corazón celeste que se ha jugado todo por los rojos.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Andina, diario La Industria de Chiclayo

 


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