Alianza Lima de local en Avellaneda (1964): Localía a domicilio
Roberto Gando | @Roberto_Gando Editor |
El 24 de mayo de 1964 es la fecha más ingrata que se recuerde en la historia del deporte peruano. Aquel día, el estadio Nacional se vistió de luto cuando el fútbol fue lo que menos importó, ello pese a que en la cancha se enfrentaban Perú y Argentina en busca de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio de ese mismo año.
En el registro quedó la huella de los aficionados, que presa del descontrol, perdieron la vida en las tribunas en lo que se conoció como la “Tragedia de Lima”. Solo once días luego de aquel grave incidente, Alianza Lima tuvo disputar un partido de fútbol, que aunque debió ser en la capital, lo acabó jugando en suelo argentino.
A precio de casa
En 1964 Alianza disputó por segunda vez la Copa Libertadores. Era el bicampeón vigente del fútbol peruano, por lo que se presumía que podía cumplir un buen papel en el torneo. En su debut, sin embargo, perdió 3-2 con Millonarios en Bogotá el 7 de mayo. Su segundo partido también fue de visita y en él también le fue mal: cayó goleado por 4-0 con Independiente el 31 de ese mes.
En la rueda de revancha ya no se pudo obviar más el tema de la localía, pues por entonces, el único escenario de Lima con capacidad para albergar un encuentro internacional era el Nacional. Como opción se pensó jugar en alguna ciudad fuera de la capital, pero los rojos de Avellaneda ofrecieron una alternativa: volver a su ciudad para disputar el segundo cotejo en el estadio Presidente Perón -propiedad de Racing Club-, siendo el equipo peruano beneficiado con una cantidad específica de dinero sin tomar en cuenta la asistencia.
El monto que recibió el club victoriano ascendió a la suma de dos millones y medio de pesos argentinos (cerca de 18,200 dólares para la época), cifra nada despreciable en el medio. El partido estaba pactado para el miércoles 3 de junio, pero se debió suspender durante 24 horas por una intensa lluvia que cayó sobre la ciudad.
Torta volteada
A diferencia del primer partido, en el que la cancha de Independiente lució abarrotada, en la revancha el panorama de las tribunas fue desolador pese a ser un choque internacional. Con arbitraje del paraguayo José Dimas Larrosa, el trámite fue mucho más parejo de lo que se podía esperar tras la goleada en la ida, siendo Alianza quien anotó primero: un rebote tras remate de Carlos Ávalos fue a parar a la ubicación de Pedro Pablo León, quien tomó el balón de tijera para vencer la valla de Osvaldo Toriani a los 24’.
Un minuto después Víctor Zegarra combinó con Enrique Tenemás y casi anota el segundo aliancista, pero Toriani salvó la ocasión. Esos fueron los mejores momentos del once blanquiazul, pues luego el campeón argentino se recompuso y a los 42’ logró el empate con fuerte disparo de Raúl Savoy que se le coló a Rodolfo Bazán por su palo.
En el complemento se mantuvo el dominio local y llegó el tercero: una veloz carrera de Osvaldo Mura por la banda acabó en un centro y disparo de Raúl Bernao, pero en la línea Rodolfo Guzmán detuvo la pelota con la mano, por lo que se cobró penal. El remate corrió a cargo de Savoy que a los 60’ volteó el marcador. Para Alianza la situación se puso peor dos minutos después, cuando Manuel Grimaldo se excedió en los reclamos sobre el árbitro y salió expulsado.
Respuesta de nueve
Parecía un triunfo seguro para los ‘Diablos ‘Rojos’, tanto por la ventaja como por lo que pasaba en la cancha. A los 79’, sin embargo, llegó el empate cuando ‘Perico’ León picó para tomar un pelotazo de Héctor Valle. El balón, pese a que resultaba fácil de controlar para Tomás Rolán, quedó a merced del goleador íntimo cuando el defensa uruguayo quedó atrapado en el barro y nada pudo hacer para impedir el gol que señaló el 2-2.
Los últimos minutos fueron todos del cuadro de Avellaneda, que incluso casi gana de no ser por un poste que evitó el tercero de Savoy. Además, a los 89’ los de La Victoria sufrieron otra baja al salir expulsado De la Vega, que demoró mucho tiempo en ejecutar un saque de meta e insultó al paraguayo Larrosa.
Con el empate, las críticas cambiaron de bando, siendo Independiente el blanco de los cuestionamientos por no lograr vencer a un rival que había ofrecido tan poco en su primera presentación. Para Alianza Lima la igualdad fue casi una proeza, una que cobró mayor relevancia el 12 de agosto, cuando los de Avellaneda le ganaron la final de la Libertadores a Nacional de Uruguay, obteniendo así el trofeo por primera vez para sus colores y para el fútbol argentino.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica