Foto: jornalreplay.netMéxico 1970 jamás pasará desapercibido sin nombrar a su campeón, Brasil, que brindó un juego altamente expresivo y cautivó a multitudes. Para aquel éxito, mucho tuvo que ver su gran reacción ante Uruguay en semifinales, con aquel clave gol sicológico de Clodoaldo en el minuto 44.

 

Tras una primera rueda llena de resultados previsibles, donde primaron los dientes apretados y que, además, tuvo como gran novedad el hecho de estrenar las tarjetas para amonestar a determinado jugador, el Mundial de México 1970 tuvo el gozo de ver en semifinales a cuatro selecciones con peso de campeones: Brasil, Uruguay, Alemania Federal e Italia. De los mencionados, la escuadra brasileña era la única que contaba con una riqueza técnica deslumbrante: Pelé, Tostao, Jairzinho, Rivelino y Carlos Alberto; muchos de ellos tuvieron actuaciones claves para dejar en el camino a Perú en la instancia anterior. Así, para llegar a la final, los dirigidos por Mario Zagalo debían superar un durísimo escollo: Uruguay.

Los garotos, pues, tenían una deuda pendiente con los charrúas: cerrar la herida que le ocasionaron en el famosísimo 'Maracanazo', en 1950, esa que aún estaba abierta y que debía ser subsanada por el talento natural que poseía la totalidad de su plantilla. El elenco celeste, a diferencia de la gala mostrada por su contrincante, sufrió para meterse dentro de los cuatro mejores del certamen: derrotó agónicamente a Unión Soviética, con un tanto en el tiempo suplementario.

Minuto 44

El 17 de junio, celestes y verdeamarelhos se vieron las caras en el estadio Jalisco de Guadalajara, escenario que albergó, sin lugar a dudas, a uno de los mejores encuentros del Mundial azteca. Apenas iniciado el match, el cuadro charrúa tomó la iniciativa de las acciones, arrinconando a un mojigato Brasil al que lo cohibía la presencia del fantasma del 'Maracanazo'. Por ese motivo, el primer tanto de Uruguay era inevitable. A los 19', el delantero Luis Cubilla (el mismo que dirigiera fugazmente a CNI en 2009) anotó el primer tanto del encuentro, dejando en shock al público asistente y, sobre todo, al elenco brasileño, que sentía la sal en la herida de aquella final disputada en 1950.

Luego del tanto, la presión la siguió ejerciendo la oncena dirigida por el conocido Juan Eduardo Hohberg, que quizo tratar de liquidar a un pasmado Brasil. Sin embargo, esto no sucedió y, de a pocos, la canarinha se fue soltando y comenzó a llegar con peligro al área del golero Mazurkiewicz. Hasta que llegó el minuto 44: Brasil generó una lenta pero efectiva llegada hacia la retaguardía celeste. Tostao recibió un pase de Clodoaldo, quien de inmediato corrió hacia el área, lugar en que recibió un excelente centro de zurda por parte de su receptor y, con la pierna derecha, puso el 1-1 gravitante, vital para quitarse un peso de encima antes de ir a vestuarios. El posterior desequilibrio sicológico charrúa fue aprovechado por la magia de Pelé y compañía. Finalmente, con goles de Jairzinho y Rivelino, el 'Scratch' obtuvo el triunfo por 3-1 y se cobró la tan esperada revancha. 

Lo demás es harto conocido: Brasil disputó la final ante Italia y lo superó largamente con un inobjetable 4-1, para alzarse con la Copa Jules Rimet por tercera vez en su historia. Pero no lo habría logrado sin el gol sicológico de Clodoaldo Tavares de Santana, aquel volante del Santos que jugó 69 veces por su selección y anotó tres goles y que, en la gran final, volvería a aparecer con un regate sublime para dejar atrás a cuatro italianos y habilitar a Carlos Alberto para el gol del triunfo.  Sin duda, la 'Canarinha' no solo ha sabido vivir de delanteros.

Foto: jornalreplay.net

Comentarios ( 1)add
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escrito por JULIO DUHARTE , April 27, 2010
INTERESANTE NOTA, URUGUAY SIEMPRE COMPLICA A BRASIL,NO SE VEN INFERIORES, ES PSICOLGICO.
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