Todos somos estrellas
La Copa América trajo consigo la caída de los más grandes, ¿o no? Son los equipos chicos los que han dado el salto, ¿seguro? Lo innegable es la paridad existente en los días que corren y la posibilidad de consagración de cualquiera en el continente.
Había una vez un deporte que se jugaba con once jugadores por equipo en el que el objetivo era hacer que la pelota entre en el marco del rival. Todos partían en igualdad objetiva de condiciones pero siempre ganaban los mismos. “El fútbol no tiene lógica” es la máxima que se repetía y se dice hasta hoy, pero antes no tenía validez pues, al final, los campeones eran los de siempre. Toda la vida el chico ha podido ganarle al grande, pero las copas eran monopolio de unos cuantos. Hoy en día, las cosas han cambiado y la tendencia al franco emparejamiento ha postergado a las sorpresas que se daban a la vista de un cometa. Los títulos, con la llegada del nuevo siglo, están finalmente al alcance de todos.
Los chicos tienen diez años
En el 2001, hace exactamente diez años, comenzó lo que hoy ya es una realidad: el emparejamiento de fuerzas de los equipos “chicos” con los “grandes”. En aquel año, Colombia se quedó por primera vez con la Copa América que se disputó en su país; si bien la súper favorita Argentina no la disputó, a partir de entonces más de un patito feo se convirtió en cisne. Por Copa Libertadores ganaron Once Caldas y la Liga de Quito; en la Liga de Campeones de Europa, se consagró el Porto después de casi veinte años cuando nadie lo esperaba; en la Europa League, campeonaron Feyenoord, CSKA, Zenit, Shaktar y dos veces el mismo Porto;y, por la Copa Sudamericana, Cienciano, Arsenal de Sarandí y, nuevamente la Liga de Quito.
Es cierto, también, que la mayoría de los títulos se los siguen llevando los laureados de los países potencias, pero la aparición de estas sorpresas se dio con una frecuencia nunca antes vista. Incluso el Mundial dio espacio a una nueva aparición: España; aunque algunos se enrocharán y discreparán, la ‘Furia Roja’ fue siempre más ruido que nueces hasta no hace más de cuatro años. La corriente no solo sigue su curso en cuanto a títulos, sino también en el nivel de juego. Y que lo diga la actual Copa América.
Todos somos iguales
Al menos en Sudamérica, dentro de nuestro patio, esto ya es una realidad. ¿Cómo no? Si Brasil siempre va a golear a Venezuela y Argentina -sin excepción- derrotará a Bolivia cuando sea local. ¿Vieron que no? Y tampoco es que estos chiquitines del fútbol sean los nuevos cucos, porque los altiplánicos luego caen por poco ante Colombia y los vinotinto no le ganan con holgura a nadie. Perú bien pudo perder por un gol ante Uruguay, poquitos se hubieran sorprendido y no habría este exitismo que se vive en el país. Chile, la nueva gran potencia (cabe la ironía), se fue de la Copa solo perdiendo un partido y con un gol que le marcaron al final del partido. Paraguay no le ha ganado a nadie y puede ser campeón. Argentina y Brasil se fueron sin perder; y, Ecuador, aunque dejó una imagen desteñida, tiene todo para ponerse en el nivel del resto.
Ningún sudamericano le ganó a otro por más de dos goles. Por lo visto en esos partidos, por el juego desarrollado, las diferencias pudieron ser menores y la justicia no se ausentaba. También puede suceder, sin que quiebre ninguna casa de apuestas, que los vencedores de esos encuentros caigan ante sus vencidos por el mismo marcador cuando estos últimos sean locales (no es descabellado pensar que Brasil vuelva a perder en Quito o que Colombia le haga 3-1 a Perú en Bogotá).
Lo que viene es…
…una Eliminatoria de primera. No faltará quien no esté de acuerdo pues quedan -y en mayoría probablemente- los que piensan que Argentina no puede dejar de ir a otro Mundial o que Uruguay debe estar de todas maneras porque quedó cuarto (Brasil que exhale calma por ser local, si no quién sabe lo que le pasaba). Le guste o no a la gente, lo cierto es que Venezuela -el único de esta parte del continente que no ha jugado una Copa del Mundo- puede ir a Brasil 2014 y no como turista. Perú nuevamente tiene también opciones reales de acceder al Mundial. Lo mismo que ambos pueden quedar últimos en la clasificación.
Es el fútbol de hoy. Ahora es un deporte en el que cualquiera le rompe el arco al otro sin importar el color de las camisetas, ni la historia, ni los trofeos en las vitrinas. Gana el que juega mejor el partido; campeona el que es capaz de sostener la campaña. Es el momento en el que todos podemos ser estrellas.
Fotos: eltiempo.com, Reuters
Recorte: revista El Gráfico Perú
Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.com
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