Huancayo - Cienciano: Sello con triple blasón
La frecuencia: CMD
La narración fue de Jorge Kieffer y los comentarios, de Ramón Quiroga. El ex mundialista estuvo más empático que de costumbre. Kieffer, por su parte, sufrió más de la cuenta para identificar a los jugadores de Cienciano. No se lo puede culpar del todo: tras que poco conocidos, estuvieron desordenados.
La pizarra: Sin sorpresas
No hubo novedades en Sport Huancayo: tres hombres atrás, primera línea de cuatro, un enlace y dos delanteros. Llamó la atención el arranque del paraguayo Alvarenga entre los tres zagueros. En Cienciano, en tanto, tampoco hubo cambios de sistema: cuatro atrás, cuadrado al medio y dos atacantes. Pero sí de nombres, porque Trobbiani guardó a todo su equipo, menos a Vegas, para el partido de la Sudamericana a media semana. Con esas propuestas se esperaba que Huancayo ganara sin problemas. De hecho Cienciano no ofreció más oposición que las manos de Vegas, y si no hubo goles en el primer tiempo fue por la inoperancia de los mismos huancaínos.
Los cambiazos: El sello Trobbiani
El técnico de Cienciano tiene una manera muy particular de definir sus variantes. Esta vez sacó a Chávez, el único de su ataque que metía miedo, cuando quizá con su velocidad y la habilidad del reemplazante Cavallo, pudo lograr mejor suerte. Luego desarmó su defensa al retirar a Duffó para incluir a un inofensivo Emanuel Ruiz. Por el otro lado, hizo bien Cubilla en sustituir a Paredes, quien tuvo un flojo partido, para dar paso a Santacruz.
El capo: Blas López
Con tres goles logrados, no hay mucho que explicar. El primero lo logró de puro molesto; en el segundo -de penal- asumió toda la responsabilidad de un partido que imperdonablemente no se ganaba, y el tercero fue de una calidad notable.
El extraviado: Juan Ángel Paredes
Desconocida actuación del paraguayo. Para remate, en el estribo del primer tiempo, Írven Ávila le pivoteó un centro de López cuando estaba absolutamente solo en el área roja, para definir como quisiera. Inexplicablemente, Paredes optó por el cabezazo suave a las manos de Vegas.
Jailaits
Abrimos en rojo: No había goles en cincuenta minutos, y ya debían ser al menos tres de Huancayo por la superioridad futbolística y las llegadas. Chávez se cansó de eso y cogió la pelota, no lo marcaron en tres cuartos de cancha, se abrió hacia la derecha, no le impidieron tirar el centro, lo mandó, apareció Tomasevich un metro delante de su marcador y la colocó lejos de Cisneros, que quedó haciendo una rabieta.
Primer Blasazo: Era un desconocido Sport Huancayo el que caía de local. Había presionado mucho y permitía el lucimiento de Vegas. Hasta que el 'Matador' llegó a armar una por derecha y, en un centro que parecía sencillo, le quedó la pelota a Blas López. Cuando parecía que ya no entraba, pudo mandarla a red.
Segundo Blasazo: Le dio la vuelta al partido y fue de penal. Írven Ávila, de buen partido, le rompió la cintura a Caballero y -caballero nomás- a este solo le quedó tocarlo dentro del área. El paraguayo se cargó toda la responsabilidad porque si no entraba esa, probablemente ya el local no ganaba de ninguna manera. Fuerte, al mismo palo donde voló Vegas, López dirigió el balón y cerró el partido. Luego llegaría el tercer "Blasazo", el más bonito de todos y los errores de Pacheco por dar un penal que no fue a Cienciano y por no expulsar a Cisneros, el supuesto infractor en todo caso.
Fotos: diario Primicia de Huancayo
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